«Estoy con más ganas e ilusión que nunca de continuar como alcalde»

A. Ramos-A. Melcón / Burgos
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Javier Lacalle, alcalde de Burgos

Perfil. Licenciado en Derecho, su primera oportunidad a nivel municipal se la dio Valentín Niño. Después fue director general de Juventud de la Junta y entre 2003 y 2011, el número 2 con Juan Carlos Aparicio. En mayo de 2011 logró la mayoría absoluta en las elecciones municipales y su sueño de ser alcalde. A sus 45 años también es secretario provincial del PP.

 

Asegura que sobre todo el cariño que recibe de muchos ciudadanos en la calle, pero también la debilidad que siempre ha sentido por trabajar por su ciudad, le han llevado a tomar la decisión de repetir como candidato del PP a la Alcaldía. Sobre el momento «más duro» de la legislatura, los disturbios de Gamonal, dice que ha pasado página y se refiere a lo sucedido como «una maniobra política para intentar desestabilizar al equipo de Gobierno y a la ciudad». Se felicita especialmente de la gestión económica realizada en esta legislatura y aspira a obtener de nuevo un respaldo mayoritario en las urnas.

 

Estos cuatro años de legislatura están siendo convulsos. ¿Qué le lleva a presentarse de nuevo?

Han sido cuatro años efectivamente complejos y difíciles en todas las administraciones, pero también en la esfera particular de los ciudadanos. Posiblemente han sido los más complicados de toda la etapa democrática, marcados por una situación económica que ha condicionado gran parte de las actuaciones. Y Burgos no ha sido una excepción. Sin embargo, ahí están los resultados. 
Pese a ello, ¿tiene ganas de seguir?
Estoy con más ganas e ilusión que nunca de continuar como alcalde de la ciudad de Burgos. Ésa es la realidad. Estoy recibiendo y percibiendo un calor de la gente extraordinario, en muchos casos de personas anónimas que me paran por la calle, y eso me anima a seguir. La última decisión la tendrá el partido, como es lógico.
¿Cuándo tomó la decisión? 
Insisto en que en este momento sólo puedo hablar por mí. Y por mí estoy en disposición de continuar. A partir de ahí el partido debe decidir y no conozco su decisión. Se sabrá en los próximos días. 
Pero el PP sí conoce la suya.
Sí, de hecho yo se lo trasladé al presidente provincial, César Rico, el pasado lunes. 
¿Y a Juan Vicente Herrera?
Directamente no. Lo he puesto en conocimiento de la dirección provincial. Pero con Herrera hay una relación muy fluida y hemos hablado muchas veces durante los últimos meses. 
Y prevé contar con su apoyo, se entiende...
No puedo hablar por los demás. Sé lo que a mí me apetece y lo que me traslada gran parte de la ciudadanía y muchos afiliados. 
Si esta decisión se hubiera tenido que tomar hace un año, quizá no hubiese sido usted elegido candidato.
No lo sé. Hace un año, hace dos hace tres...
Bueno, es evidente que los disturbios de Gamonal contra el bulevar de la calle Vitoria han sido el momento más crítico del mandato, y además, la repercusión de la noticia a nivel nacional fue enorme. 
Sí, sin lugar a dudas. Fueron diez días muy duros, pero no hablo del ámbito estrictamente personal o institucional. Fueron duros para la ciudad. No fueron agradables las situaciones que se vivieron. Pero, al final, yo entiendo que cuando hay que tomar una decisión y ver qué personas pueden representar al Partido y éste presentarles como candidatos, lo que se hace es una valoración de un trabajo realizado durante la legislatura y con la trayectoria de años anteriores. Y eso es lo que se analiza. Yo en aquel momento y con posterioridad, en todo momento, percibí por parte de los responsables del Partido un apoyo extraordinario. 
Con la perspectiva del tiempo, ¿qué conclusiones saca de todo lo que ocurrió en enero de 2014? Porque no sólo se frustró una obra; pasaron muchas cosas... 
Fue una maniobra política para intentar desestabilizar por completo no ya al equipo de Gobierno, sino a la ciudad. Porque precisamente aquellas personas radicales se han ido retratando en distintos escenarios en el día a día. En Burgos nos conocemos todos, o la gran mayoría, y el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio. Lo de menos era una obra local en un barrio;había un trasfondo político apoyado por una cobertura mediática afín para intentar desestabilizar por completo una institución y una ciudad. Y creo que los burgaleses lo tenemos muy claro.
En este año, que es crucial electoralmente hablando para reorganizar las administraciones, ¿piensa pedir responsabilidades a alguien, de Partido adentro, por el papel que jugó en aquellos días?
No, en aquel momento ya pasamos página, al igual que muchos vecinos de Gamonal, que por cierto es el lugar de Burgos donde más cariño he recibido siempre. En Gamonal tenemos gente extraordinaria y cuatro radicales no representan para nada al barrio. Por tanto, de la misma forma que esos vecinos y el resto de la ciudad ha pasado página, algunos hemos hecho lo mismo. Cada uno sabrá la responsabilidad que tenía en su momento y si actuó mejor o peor.
¿Y cree que la gestión del incendio de Campofrío le ha ‘ayudado’ a afianzarse? 
No lo veo en clave de ayuda. Cuando sucedió aquella desgracia estuvimos desde el primer momento al pie del cañón con quienes teníamos que estar, gestionando aquel día tan complicado y los posteriores, y dando pasos para lo que realmente nos importaba, que era que Campofrío siga siendo una realidad en Burgos. ¿Que eso fue especialmente bien valorado y que hoy mucha gente, no sólo trabajadores o familiares directos sino también ciudadanos en general, trasladan el agradecimiento de lo que se hizo y se sigue haciendo? Sí, creo que la impresión del trabajo realizado desde el Ayuntamiento es positiva. Y eso es reconfortante.  
En época electoral hay que vender balance. ¿Cuáles considera como logros de la legislatura?
Estoy muy satisfecho. El balance lo tiene que decir cada uno cuando vaya a ir a votar, pero yo me remito a hechos objetivos. Teníamos tres líneas de actuación muy claras cuando comenzó la legislatura. Por un lado, la normalización económica. Por otro, la prestación de servicios públicos. En tercer lugar, continuar -a pesar de las dificultades económicas- con mejoras en la ciudad, y ahondar en la proyección de Burgos hacia el exterior. En cuanto a los resultados económicos, hemos conseguido reducir la deuda a menos de la mitad. Empezamos con 208 millones y vamos a terminar con menos de 100. Además, se ha reducido el tiempo de pago a proveedores de ocho meses a uno y hemos pasado de una situación de déficit a finales de 2012 a superávit. Respecto a los servicios públicos municipales, había que gestionar lo relativo al ámbito social, cultural, deportivo, de aguas, de limpieza... con menos recursos y hemos sido capaces de hacerlo. 
¿Y las mejoras en la ciudad?
Hemos sido el Ayuntamiento con más inversión de toda Castilla y León, incluso por encima de Valladolid, según datos de la Cámara de Contratistas. Se han hecho actuaciones fundamentales como gran parte del bulevar que no existía, la finalización de las obras y la puesta en servicio del Fórum, el inicio de las obras de ampliación de la depuradora y del pabellón multiusos, así como la rehabilitación del centro histórico. Y hay otras actuaciones menores desde el punto de vista cuantitativo pero no menos importantes como los dos centros cívicos y las dos guarderías. Y desde el punto de vista de proyección de la ciudad, no hay que olvidar que llevamos dos años consecutivos a la cabeza en datos de turismo en Castilla y León.
Ha hecho alusión a que la situación económica ha condicionado mucho la gestión municipal estos cuatro años, pero habla de ello como si no hubiera estado en las dos legislaturas anteriores. 
Cada uno tiene las responsabilidades que tiene en cada momento y yo puedo hablar del momento en el que soy el máximo responsable del Ayuntamiento. Puedo hablar, por ejemplo, de que iniciamos la legislatura aprobando un plan de austeridad, que fue la primera medida que adoptamos. Antes de ser alcalde, puedo hablar de un área en la que creo que se consiguió dar un vuelco a esta ciudad por completo gracias a distintos proyectos de mejora, pero no puedo hablar de una responsabilidad global en el Ayuntamiento. Cada uno nos tenemos que centrar en el momento en que hemos tenido esa responsabilidad, y yo la tengo desde junio de 2011. 
¿Y por qué no puede reconocer que la situación que había en 2011, en términos económicos, era dantesca?
En el mismo despacho y en la misma mesa que estamos ahora estuve yo en diciembre de 2011 con el concejal de Hacienda, Salvador de Foronda, casi poniéndonos de rodillas para que no nos cortasen la luz en algún centro cívico y en algún polideportivo. Y tuvimos que recurrir a muy altas instancias para que eso no fuera así. Por tanto, la situación era muy complicada porque se juntó el hambre con las ganas de comer. Había muchas deudas y además empezaban a bajar los ingresos. Sin ir más lejos, el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) pasó de 12 ó 15 millones de euros a 1,5. Sin embargo, la prestación de los servicios municipales se iba encareciendo y, por tanto, cuadrar   eso, era muy complicado. 2011 y 2012 fueron años muy difíciles y, afortunadamente, a lo largo de 2013 comenzamos a ver la luz al final del túnel. A este respecto, fue fundamental el Plan Montoro porque nos vino Dios a ver a todos los ayuntamientos. Nos permitió ponernos al día, afrontar la deuda y devolver el adelanto que nos hizo el ICO. 
La situación de los consorcios del Desvío Ferroviario y Villalonquéjar se ha ‘reconducido’, pero la deuda es enorme. En un año cabe la posibilidad de que haya que pagar casi 30 millones a los consorcios. ¿Está el Ayuntamiento preparado para asumir un golpe así?
Empiezo a ser optimista y me remito a la última venta que se ha producido  [se refiere a la compra por parte de Mercadona de dos parcelas que suman más de 9.500 m2 entre Pentasa y Gamonal] porque estamos hablando de casi siete millones de euros a repartir entre el Consorcio del Desvío y el Ayuntamiento. Esto no había pasado en todos estos años y confío en que igual que ha empezado a darse salida a estos activos, pueda seguirse en la misma línea con otros. Y en segundo término, poniéndonos en el peor de los escenarios, vamos a ver quién tiene que afrontar y qué. Habrá que analizar hasta dónde llega la responsabilidad municipal y la de otros. En tercer lugar, pienso que si hemos sido capaces de sacar adelante la situación económica de este Ayuntamiento, siendo esto importante, estoy convencido de que se puede afrontar sin ningún tipo de duda. Pero me quedo con el primero de los escenarios. Soy optimista. Lo difícil ha sido ser capaces de renegociar. Posiblemente ha sido el tema que más reuniones y dolores de cabeza nos ha llevado en este despacho, sobre todo en la segunda parte de 2013, al concejal de Hacienda y a mí. 
El hecho de que salieran a la luz distintas noticias vinculadas a la situación de las arcas locales municipales y derivadas de la gestión  anterior le ha ‘pasado factura’ con su predecesor en la Alcaldía. ¿Ha echado de menos un mayor respaldo a su gestión por parte de Juan Carlos Aparicio?
Evidentemente la relación no puede ser la misma al pasar de estar trabajando juntos en el día a día a no coincidir en el mismo edificio y la misma institución. Por tanto, hemos pasado de una relación de varias veces a la semana a verte de forma puntual en determinados actos. En este sentido, claro que hay una menor relación. A partir de ahí, ¿más respaldo o menos respaldo? Cada uno tendrá su interpretación y sus conclusiones y yo ahí no voy a entrar. Nos hemos limitado a hacer el trabajo que teníamos que hacer y cada uno sabrá si en algún momento debiera haber estado más próximo o no. Yo respeto la forma de actuar de cada uno. Mi relación con él sigue siendo correcta. 
¿Qué dicen las encuestas a nivel local?
Creo que es bueno tener un análisis de lo que opina y siente la ciudadanía... Eso es obligado para ver cómo se respira. 
¿Y qué se respira?
Yo en Burgos respiro buen ambiente dentro de la situación tan complicada nacional. Pero más allá de estudios y de encuestas que podamos tener y que tendremos, lo que más me vale es lo que percibo en la ciudadanía. Y ese cariño y ese respaldo de la gente para mí ha sido definitivo a la hora de tomar la decisión. 
Si se produjera un vuelco electoral, ¿la responsabilidad sería del candidato o del contexto nacional?
De todos. Hoy las circunstancias de la marca PP no son las mismas que en enero de 2011. Lo que ofrecemos es un proyecto de estabilidad, de continuidad y de avance de la ciudad como hemos demostrado estos años, y eso es lo que vamos a presentar a los burgaleses en la campaña electoral. El enfoque va a ser muy local.
¿Cuál sería para usted un buen resultado electoral?
Aquel que nos permita poder seguir dando estabilidad a la ciudad y sacarla adelante. Más allá de hablar de un número u otro, todo lo que sea estabilidad y permita que podamos gobernar es un buen resultado.
Ya se habla de la posibilidad de un pacto poselectoral, del que el candidato socialista ha dicho que únicamente excluye al PP...
Me parece muy bien que estén hablando de pactos o no pactos. En estos momentos, la izquierda parece una jaula de grillos. Nosotros ofrecemos un proyecto serio para cuatro años y a lo que aspiramos es a tener un respaldo mayoritario para que haya estabilidad en el Ayuntamiento, que no pase lo que ocurrió años atrás, cuando distintas formaciones llevaron a una paralización total de la ciudad entre el 99 y el 2003. Nosotros tenemos un modelo, con errores, sí, pero que ha permitido que Burgos avance como nunca, y otros llevaron a la paralización durante cuatro años. La gente tendrá sus opciones, como esa plataforma de extrema izquierda en la que hay algunos sobradamente conocidos, y está bien que todos sepamos dónde está cada uno. Y está el PSOE, aunque no sabemos a qué parte del PSOE se va a votar. 
En la 99-03 quizás también influyó mucho que el PP dijera ‘no a todo’.
Los ‘reyes del no’ han sido el PSOE, UPyD e IU. No recuerdo una sola actuación de mejora para la ciudad que haya sido respaldada, salvo en el caso de la Depuradora. Eso también lo valorarán los burgaleses. Si hemos sacado las cosas adelante es porque ha habido estabilidad. En aquel momento la oposición haría su trabajo, pero quien tenía la responsabilidad de gestionar era quien estaba de alcalde. 
Tradicionalmente el principal grupo al margen del PP es el PSOE. ¿Cómo ve a su candidato, Daniel de la Rosa?
En lo personal hay buena relación, como con Tudanca. Me parece buen chico y es agradable. A partir de ahí, creo que no tiene el respaldo de un partido que está dividido, y si su gran apuesta es que no van a ir a misa, que fue su primera iniciativa... Ser alcalde es mucho más. Si va a continuar con la línea de oposición a todo, no es lo que necesita Burgos. 
¿Se ha referido antes a la «plataforma de extrema izquierda»?
Sí, claro. Así se definen ellos. A mí radical o de extrema izquierda me parece lo mismo. Habrá algunos más moderados, pero hay otros perfectamente conocidos e identificados en esta ciudad que son radicalismo puro y duro. Me remito a los acontecimientos que los han retratado. 
Cite algún proyecto para Gamonal que vayamos a ver en su programa electoral.
Seguirá habiéndolos como los ha habido hasta ahora en la calle Constanza, en la confluencia de calle Vitoria con Juan Ramón Jiménez... Esta misma semana empezaremos una reforma importante de urbanización en la plaza de San Bruno. Se va a hacer con la Brigada de Obras, pero tiene un presupuesto de 300.000 euros. Gracias a esa obra se crearán zonas verdes y se instalará nuevo mobiliario urbano. Las mayores obras las hemos hecho en Gamonal. Santa Bárbara, Sáez de Alvarado o el bulevar a través de los puentes de Capiscol son obras en Gamonal.
Cosas nuevas, no lo que ya es conocido.
Es lo que estamos analizando, pero sin ningún tipo de duda habrá actuaciones concretas.
En el caso de la vieja estación, hay peligro de que se pierdan fondos europeos...
El jueves nos reunimos con las empresas adjudicatarias y no lo creo. La licitación se ha alargado mucho porque la legislación es muy garantista. Hablamos de un desfase de unos dos meses. Contemplo que pueda haber una prórroga que ya hubo en el Urban de 2008 que se amplió hasta junio de 2009...
...sí, pero es que este Urban terminó el 31 de diciembre de 2013. Ya estamos en prórroga.
Yo quiero confiar en que haya otra prórroga. Si no fuera así, hay otras fórmulas para facturar y certificar antes del 31 de diciembre, y de eso hemos hablado ya. Se trata de no perder fondos europeos, y si se perdieran que sea lo mínimo. 
Si se pierde parte de la subvención quién va a responder de ello y cómo.
Reitero en que confiamos en la prórroga y, si no la hay, en un escenario que permita reducir el plazo de obra o de las certificaciones.
La obra de la plaza de toros ha salido adelante, no sin problemas. ¿Cómo va la ejecución y con qué piensa inaugurar?
De un ‘arena’ se habla desde los años 90, incluso de proyectos de más de 50 millones. Se planteó un proyecto de 25, pero en el contexto económico ni se nos pasaba por la cabeza hacerlo con ese coste. Pero entre hacer eso y no hacer nada existían opciones, y la nuestra ha sido convertir la plaza de toros en un pabellón multiusos con un coste de una cuarta parte de lo que costaba el ‘arena’. A lo que sí me he negado es a invertir 3,5 millones para utilizar la plaza únicamente en la semana de la feria. Eso también era una irresponsabilidad.
Vale, pero ¿cómo va la ejecución y con qué piensa inaugurar?
La obra va a ser mucho más visible en las próximas semanas por el cerramiento exterior. Avanza a buen ritmo, aunque lleva un ligero retraso. Inauguración como tal no va a haber, y para estrenarlo hay distintas opciones, aunque ya digo que no va a haber una actuación estelar. Será algo muy normal. La programación cogerá ritmo en verano y los meses posteriores. Es verdad que se nos acerca gente que antes no podía plantear una actuación en Burgos por problema de aforo. Ya avanzo que habrá una programación estable y actuaciones importantes. Un recinto así deberíamos haberlo tenido desde hace 20 años.
Vendieron que la ‘sintonía’ política con Valladolid y Madrid agilizaría proyectos, pero el AVE tampoco llega este año, el Parque Tecnológico sigue parado, Correos no se va de la vieja estación, la renegociación del desvío no se ha cerrado...
Si no existiera esa sintonía no tendríamos ni de broma los más de 30 millones que en este momento se están invirtiendo en la circunvalación, y eso es gracias al compromiso de la propia ministra. Acabamos de inaugurar el séptimo centro cívico, que lo es gracias a un convenio con el exministro Gallardón. Ahora llamas y se te ponen al teléfono. Antes no te respondían ni a las cartas. ¿El AVE? Que llegue a final de año o en el 2016 no es relevante, pero va a llegar gracias a una inversión de 200 millones. 
Llega pero no continúa.
Sí, pero vamos ‘partido a partido’. Primero que nos conecte con la red de Alta Velocidad. Queda una parte fundamental, ir hacia la frontera, pero lo importante es que llegue. Ya avanzo que nos vamos a incluir en la Red de Ciudades AVE en abril o mayo para hacer el trabajo previo para comercializar la ciudad con la red de Alta Velocidad. Y sobre la renegociación: por ahora no se nos pide ni un euro.
Tampoco lo pedía Zapatero y se le exigía a diario que zanjara la cuestión.
Pero es que entonces no estaba funcionando el desvío. Hay cuestiones que están en el juzgado y que, mientras no se resuelvan, no permiten trabajar sobre una cifra. Se zanjará cuando se resuelva por los tribunales, pero sabiendo que en modo alguno se van a asumir las cuantías de las que se llegó a hablar.
Si de usted depende, ¿Autobuses seguirá siendo un servicio público en 2019?
Sí. No hay previsión, como no la hay en Aguas... Siempre al principio y final de legislatura se marea mucho la perdiz con la privatización de esos servicios. Somos una de las dos ciudades que tenemos gestión directa de autobuses. Hay que reforzarlo con más recursos tanto humanos como materiales, más allá de si es a través de la adquisición o del rénting. Eso es compatible con que siga siendo un servicio público gestionado directamente por el Ayuntamiento.
 
«A mí ibáñez no me ha hablado de su futuro»
 
¿Cuándo se va a conocer la composición de la lista del PP a las municipales?
El 14 o el 15 de abril. El día anterior a que se abra el plazo para presentarla a la Junta Electoral, ya puedo asegurar que no va a ser antes.
¿Y qué tal el 22 de mayo? ¿Qué esconden?
No. Lo haremos exactamente igual que en ocasiones anteriores. Esta vez no será una excepción. Quien está en la oposición se puede permitir florituras, quien está gobernando no. 
¿Muchos cambios?
Ya lo veremos. No ha habido nunca una lista que sea igual que la anterior. Siempre hay gente que continúa y gente que sale. Es verdad que decir esto es como no decir casi nada, pero sobre la lista digo que habrá cambios, pero para saber cuántos tenemos dos meses por delante.
Tendrá más cuidado con los puestos de relleno, no sea que, como en esta legislatura, termine necesitando tirar del banquillo...
Siempre se prepara una lista con la mejor ilusión y muchas ganas, pero cuatro años son mucho tiempo. Ha habido dos o tres cambios, y en Santander ha habido seis.
Cambios vía dimisión.
Yo solo he recibido una dimisión (González Braceras), porque en el otro caso (Villanueva) fue un cese.
Porque se movió para evitar que Blasco materializara su anuncio de dimisión...
A mí en modo alguno me la ha presentado.
Presentarla no, comunicarla.
Yo dimisiones solo he conocido una. El equipo ha trabajado realmente bien, sabiendo que hay áreas que son más visibles que otras.
Si sigue gobernando, ¿piensa mantener su política de dedicaciones exclusivas?
Somos el Ayuntamiento que menos dedicaciones exclusivas tiene en ciudades de más de 100.000 habitantes. A priori no sufriría muchos cambios.
La pregunta no son cuántas, sino a quiénes.
Sin saber si quiera de qué personas hablamos es difícil hacer una previsión. La idea no es incrementarlo. Tenemos cuatro dedicaciones en un grupo de 15, más las de la oposición.
Usted mismo ha afeado en público la deficiente gestión de Esteban Rebollo, pero le ha mantenido a sueldo...
Yo no he afeado a Esteban en modo alguno, pero sí digo que en el tema de transportes hay cosas que son mejorables y, evidentemente, el tema más gordo es haber dedicado tantos recursos del área a hacer una remodelación integral del transporte y no haber sido capaces de sacarla adelante. Eso es una realidad. Los cambios en un final de legislatura tampoco aportan mucho.
Parece cada día más evidente que el destino de Ángel Ibáñez está en Valladolid.
Pues saben más que yo. Yo estoy encantado con Ángel Ibáñez y, desde luego, es el mejor que tenemos en el equipo por muchas razones. Yo hablo por el presente, y por el presente estoy muy a gusto de cómo está trabajando.
¿Por qué el ímpetu por ocultar que no seguirá siendo su número dos?
Pues sabrán ustedes más que yo. A mí él, y aparte de ser compañeros nos une una amistad importante, no me ha hablado nada de su futuro. No hemos entrado en ello.
¿Qué tal una vicealcaldesa?
Puede hacer la pregunta por activa, por pasiva o por perifrástica. Tenemos dos meses para trabajar hasta mediados de abril. Con las personas que se puedan incorporar a la lista ya les aseguro que no se hablará hasta principios de abril. Ni se ha hecho, ni se va a hacer ninguna gestión con quienes puedan participar de la lista hasta pasada la Semana Santa.
Pues vale. ¿Cómo van las gestiones para recuperar a Gema Conde?
Gema Conde está haciendo un trabajo extraordinario como diputada y no hay más al respecto. Insisto en que no vamos a entrar en la nueva lista hasta las vísperas. No vamos a hablar ni de entradas ni de salidas. Entiendo que quinielas van a ser muchas, pero todavía no es hora de tomar decisiones.
¿Su troika son De Foronda, Blasco y Gómez?
Tenemos personas que están trabajando especialmente bien, pero no todos los concejales tienen la misma responsabilidad ni el mismo protagonismo, ya sea positivo o negativo. Los tres que acaba de decir están trabajando estupendamente, pero también otros que no ha citado.