Arranca, como cada verano desde hace cinco años, el Festival Pollogómez Folk en Villangómez. Rodrigo Barriuso, el organizador del acontecimiento recuerda que, cuando llevaron a cabo el primer festival, resultó algo caótico, pero que la asistencia fue «desbordante». Además, las raciones de pollo que se repartieron para vecinos y visitantes eran gratuitas. Sin embargo, a partir de la segunda edición decidieron colocar un precio simbólico de un euro a las degustaciones para evitar que se tirara tanta comida y, así, contribuir a mantener las calles del municipio anfitrión limpias.

En esta ocasión, los organizadores han contado con un presupuesto aproximado de 10.000 euros cedidos amablemente por la Diputación, el Ayuntamiento local, la Caixa, Campofrío, Embutidos Artesanos Villafuertes y Centro Cívico Alameda, entidades e instituciones con las que Rodrigo se siente muy agradecido. Sin embargo, llevar este festival a buen puerto no solo ha dependido de ellas, sino también de la inestimable ayuda de los tabaneros y tabaneras que mañana y durante estos días han concentrado todos sus esfuerzos para hacer que los asistentes se sientan cómodos.

Los grupos que este año compartirán escenario y amenizarán el evento a partir de las seis de la tarde de mañana, responden al nombre de La M.O.D.A., la popular y, al parecer, imparable banda burgalesa que acapara ya unos 70 conciertos y 14 canciones publicadas, y que ha actuado en festivales tan sonados como el BBK Live, No Sin Música o el Sonorama, entre otros.

El siguiente grupo invitado es ‘Luar Na Lubre’, hoy por hoy, la banda de folk más internacional de la comunidad gallega, que ha recorrido lugares como Palestina, Canadá, Argentina y Alemania y ha vendido ya más de 300.000 copias de sus distintos trabajos.

La novedad esta vez se encuentra en el grupo ‘La Camerata Cervantina’, tercer finalista del I Concurso de bandas folk ‘Burgos, Raíz y Evolución’, que organizó el IMC junto a Castilla Folk, Demanda Folk y Pollogómez Folk.

Por otra parte, es importante destacar que este quinto festival busca impulsar el desarrollo cultural y la recuperación de tradiciones en el entorno rural.

Más que música

Además de los conciertos de folk, el evento también acoge distintas actividades como un mercadillo artesanal, una muestra de caballos y de instrumentos insólitos, diversos talleres infantiles de máscaras, pasta de dientes y tablillas, este último organizado por el Museo del Libro de Burgos, nuevo colaborador este año junto a la Fundación Oxígeno. Además, no podía faltar la típica degustación de pollo asado.