Dos semanas después del inicio de la tregua en el este de Ucrania, representantes del Gobierno en Kiev y separatistas prorrusos llegaron ayer a un acuerdo para el establecimiento de una zona tapón.
Ambas partes deben retroceder sus armas pesadas al menos 15 kilómetros, según señaló el expresidente ucraniano Leonid Kuchma en Minsk. «Así se crea una zona de seguridad de más de 30 kilómetros», indicó.
En la reunión, de casi siete horas del grupo de contacto, las partes en conflicto firmaron un plan de acción para la paz que entrará en vigor en un plazo de 24 horas. El embajador ruso en la capital ucraniano, Mijail Surabov, apuntó que de esta forma habrá un reducción de la escalada en el conflicto.
Además, se prohíbe el uso de armas, aviones de combate y aparatos no tripulados en la zona en conflicto, aseveró Kuchma. Se excluyen los drones de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
«Observadores de la OSCE vigilarán, en el futuro, la frontera entre Rusia y Ucrania», añadió el exmandatario.
Así, «algunos combatientes extranjeros deberán abandonar el país, añadió. Las informaciones sobre incursiones de soldados y vehículos militares rusos en el este de Ucrania aumentaron durante muchas semanas la tensión entre Kiev y Moscú.
El Ejecutivo ucraniano acusa a Moscú de abastecer a los separatistas prorrusos con multitud armas y combatientes a través de la frontera. Pero Rusia rechaza las informaciones.
«Sobre el estatus de la región de Donbass se hablará más adelante», afirmó el líder separatista Alexander Sajarchenko. Por su parte, los rebeldes quieren la independencia de las autodenominadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. El Gabinete de Kiev lo descarta.
El presidente, Petro Poroshenko, concedió, recientemente, por ley un estatus especial para los próximos tres años a las regiones separatistas, con derechos de autogobierno incluidos, pero rechaza la independencia de la zona.
En el este del país las peticiones van desde una autonomía dentro de Ucrania, hasta la secesión o la anexión a Rusia.
En las últimas negociaciones, celebradas el cinco de septiembre, el Ejecutivo de Kiev y los separatistas acordaron un alto el fuego que desde entonces se mantiene pese algunas violaciones.
La mano de Cruz Roja. Por otro lado, un tercer convoy con ayuda humanitaria desde Moscú, compuesto por unos 200 camiones con 2.000 toneladas de mercancías, llegó a la ciudad de Donetsk, tras cruzar la frontera sin ser controlado por la aduana desde la región de Rostov y sin la presencia de representantes de la Cruz Roja.