Villafría encadena 14 meses de caída de pasajeros tras su peor semestre

H. Jiménez / Burgos
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El aeropuerto de Burgos vive su peor momento desde la inauguración en 2008 y el panorama de cara a este verano es pesimista, sin chárter de Air Nostrum y con Good Fly solo a Baleares

En el primer trimestre del año el número de usuarios ha sido casi la mitad de los más de 6.000 logrados entre enero y marzo de 2011. - Foto: Alberto Rodrigo

 

 
El aeropuerto de Villafría, inaugurado en julio de 2008, vive sus horas más bajas. Sin la alternativa de explotar sus posibilidades como aeropuerto de carga, en estos casi cinco años ha fiado su desarrollo al movimiento de pasajeros. Juega todo a una carta, y no tiene precisamente un as. El aeródromo de Burgos se ha topado con un momento crítico para la aviación comercial en España que amenaza con comprometer su futuro.
Villafría acumula ya 14 meses consecutivos de caída en su número de pasajeros, comparando cada uno de los meses con el mismo periodo del año anterior. Desde enero de 2012 no hay cifras positivas y la tendencia del último semestre es especialmente preocupante. De media han pasado por la terminal burgalesa 34 personas, y ha de tenerse en cuenta que cualquier estadística de pasajeros suma a los que llegan y a los que se van.
Desde que acabó la temporada estival del pasado ejercicio, tanto el otoño como el invierno han sido muy malos. Solo marzo consiguió pasar del millar de pasajeros tras cuatro meses por debajo, febrero fue el segundo peor dato de la corta historia del aeropuerto de Burgos con 844 viajeros (solo empeorado por enero de 2010) y en lo que va de año la caída acumulada asciende al 31% respecto al primer trimestre de 2012, cuando los datos ya empezaban a ser malos.
De hecho, el arranque del ejercicio es el peor del último quinquenio. Entre enero, febrero y marzo solo han sido capaz de sumar 3.367 pasajeros. Son casi un millar menos que el dato de 2010 (hasta el momento el peor), y suponen casi la mitad de los 6.111 alcanzados en el primer trimestre del año 2011, cuando el aeropuerto de Burgos presentó sus mejores cifras.
La caída mantiene a Burgos en el grupo de los aeropuertos españoles con menos viajeros, aunque ni siquiera en los momentos de bonanza logró salir de ese pelotón de cola. Al menos adelanta a Salamanca, cuyo aeródromo de Matacán presenta una mayor caída incluso que Burgos, y a Vitoria, donde el aeropuerto de Foronda se ha desplomado en los últimos meses.
Aunque los datos a buen seguro mejorarán de cara al verano, parece imposible repetir el récord de 5.557 pasajeros (casi 180 diarios) logrado en el mes de agosto de 2010. Las perspectivas para la temporada estival que se avecina no son buenas, en tanto que Air Nostrum ha anunciado una reducción de sus rutas y los vuelos chárter impulsados por el Consorcio solo irán a Baleares.
La filial de Iberia para vuelos regionales, única compañía que opera en Villafría todo el año y que lo hace desde el mismo día de su inauguración gracias a un acuerdo de colaboración con la Junta de Castilla yLeón en el que media dinero público, recortará este verano a solo dos frecuencias semanales el enlace con Barcelona, que desde el primer momento ha sido la ruta ‘bandera’ y en buena medida la razón de ser del aeropuerto de Burgos.
 
de recortes. Eso ya lo hizo el año pasado alegando la baja demanda de la capital catalana durante el verano, dado que en buena medida se nutre de viajeros de negocios («pasajeros de corbata», los llaman los dirigentes de la compañía). Pero es que además esta temporada dejará a Burgos sin vuelos chárter a Baleares o a Canarias, algo que sí mantiene en León, Valladolid y Salamanca alegando que en estos otros aeropuertos de Castilla y León la demanda y el ratio de ingresos por pasajeros son mejores.
Por su parte, el organismo promocional del que forman parte el Ayuntamiento, la Junta y la Diputación Provincial ha tenido que conformarse este año con fletar unas rutas especiales a las islas Baleares, pero no repetirá a Málaga, Jerez o Faro, como ocurrió la temporada pasada. Una vez más será la compañía Good Fly la que las operará, a cambio de una subvención. Volará en aviones con mayor capacidad y también durante un mayor número de días (abarcará del 21 de junio al 7 de septiembre) pero son destinos limitados. Había que garantizarse una demanda mínima y las islas parecen ser las únicas con el atractivo suficiente.
 
Y la empresa de pintura sigue en tierra
Ante la evidencia de que el aeropuerto no puede sobrevivir solo con sus pasajeros, pues eso sería tanto como tener la espada de Damocles permanentemente sobre su cabeza, el Consorcio de promoción del aeropuerto y más concretamente el Ayuntamiento lleva meses dando vueltas a la posibilidad de traer a Burgos una empresa de mantenimiento de aviones.
Con la colaboración del Real Aeroclub, y la mediación de AENA y la Junta de Castilla y León, en 2012 contactaron con unos emprendedores interesados en realizar en Villafría labores como el pintado de grandes aeronaves. Tendría que construir un hangar junto al viejo aeropuerto militar, se habló de una inversión de 10 millones de euros y de la generación de más de una treintena de empleos. Pero no acaba de concretarse.
El alcalde, Javier Lacalle, lo anunció para finales de 2012. Luego para principios de 2013, y ya estamos con abril avanzado. El concejal de Fomento, Ángel Ibáñez, que también ha jugado un papel protagonista en el desarrollo de las conversaciones, apunta que por el momento no hay grandes novedades aunque «se sigue avanzando» en un proyecto que conlleva «una tramitación administrativa ciertamente lenta».
Lo último que supimos, a finales de febrero, es que la empresa (constituida en noviembre con el nombre de Aircraft Paint) buscaba inversores locales. Dado el importante volumen de la actuación, habría contactado con firmas burgalesas, a través de la Cámara de Comercio y Cetabsa (el Centro de Transportes de la Aduana), para buscar interesados en aportar a su proyecto. Y en paralelo proseguirían los trámites con AENA para autorizar modificaciones en la vieja pista de aterrizaje del aeródromo y en las calles de rodadura, de forma que los grandes aviones que vinieran a Villafría a hacer su mantenimiento pudieran maniobrar sin problemas. 
Si llegara a instalarse la empresa de pintura, el aeropuerto burgalés abriría la puerta a su orientación industrial y dejaría de depender de los pasajeros, con la carga descartada dados los condicionantes de la pista.
Dicen desde AENA que el organismo estatal está «muy interesado en que se establezca la industria aeronáutica en sus aeropuertos». En el caso de Burgos, explica que «hemos manteniendo conversaciones» y «se está estudiando el proyecto puesto que esto requiere una adecuación para acoger a los tipos de aeronave planteados por los promotores». Además, menciona, «también se está en contacto con otras empresas cuyo negocio es el mantenimiento y la recuperación de aeronaves». Pero de momento no despega.