Los veranos de Iceta pescando en La Culebrilla

María José Fernández/Briviesca
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El secretario general del Partido Socialista de Cataluña pasó las vacaciones de su más tierna infancia en Briviesca • Insinúa que le encantaría dar el pregón de las fiestas

Miquel Iceta, el secretario general del Partido Socialista de Cataluña que para muchos es sinónimo de ‘el político más bailón de la última campaña electoral’, guarda un secreto de infancia que muy pocos conocen. Los veranos de su más tierna niñez los pasó ¡oh sorpresa! en Briviesca. El diputado barcelonés se ha bañado y ha pescado muchas veces en La Culebrilla, el paraje en el que varias generaciones de briviescanos han desgastado sus largas tardes de julio y agosto.

Resulta que Iceta, además, se sabe la letra del Himno de Briviesca y de ello ha hecho gala a primeros de mes durante una entrevista emitida en la radio catalana RAC1, del Grupo Godó. Esta curiosa anécdota  corrió como la pólvora por las redes sociales y DB no dudó en contactar con él. El dirigente socialista aceptó enseguida contestar a unas preguntas sobre su infancia burebana pero pidió algo de tiempo para buscar fotos de «aquellos maravillosos años».  

Dicho y hecho. Iceta, nacido en 1960, ha contado a este periódico que su madre Montserrat Llorens es de Barcelona y que su padre Miguel Iceta, ya fallecido, era de Bilbao. «La familia de mi padre tenía una relación muy estrecha con Julio Ortega de Castil de Peones, más conocido como ‘El Chato’ y a partir de esa relación, la familia Iceta (madre viuda y 8 hermanos) adquirió la costumbre de pasar sus vacaciones en Briviesca», revela. El político recuerda haber pasado en la capital burebana los veranos de 1964 a 1972. La primera vez que estuvo en la localidad apenas tenía cuatro años.  Iceta recuerda «con especial cariño» las fiestas de agosto y el Canto del Himno. La familia se hospedó un año en una pensión cercana al Ayuntamiento y, en otras ocasiones, alquiló una casa en el número 15 de la avenida de los Reyes Católicos. «Recuerdo también con mucho afecto las sesiones de cine y las excursiones a Castil de Peones y a Santa Casilda. Mucho más a menudo íbamos a bañarnos en La Culebrilla, un recodo del río Oca al que frecuentemente acompañaba a mi padre a pescar cangrejos», rememora.

El político catalán asegura que «fueron veranos de infancia difíciles de olvidar» y nombra los paseos por la Taconera, los aperitivos en el bar Peña las almendras garrapiñadas.... «Y las morcillas de arroz caseras que aún adoro», confiesa. Iceta no ha vuelto desde entonces a Briviesca y preguntado si aceptaría leer el pregón de fiestas en agosto si se lo propusiera el Ayuntamiento se limita a decir que  «tengo alguna práctica en pregones de fiesta mayor». A buen entendedor, pocas palabras bastan.