Los nuevos pisos turísticos en Aranda alarman a los hoteles

A. del Campo
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Los empresarios tradicionales del sector acusan una bajada en el número de clientes y reclaman al Ayuntamiento que intervenga ante lo que califican de «competencia desleal»

Los pisos turísticos, esos alojamientos ofertados en plataformas digitales para acoger visitantes haciendo las funciones de los clásicos hoteles pero en muchos casos sin licencia, son un problema asociado a las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Sin embargo, parece que la polémica ha llegado o está a punto de llegar a Aranda. En la capital de la Ribera los alojamientos publicitados en Airbnb, la principal página de alquiler de los llamados pisos turísticos, ya son casi los mismos que los hoteles tradicionales censados. Es decir, en Aranda hay 12 pisos turísticos por 15 hoteles.

Las diferencias entre los alojamientos vacacionales de toda la vida y los nuevos ofertados únicamente vía online son varias. La primera y más llamativa es la titularidad de los inmuebles, mientras los primeros corresponden a empresas o autónomos registrados y supeditados a la normativa vigente, en el segundo caso es difícil conocer quién explota el negocio. En las plataformas digitales como Airbnb es difícil conocer los datos de los caseros, que normalmente solo se facilitan una vez está tramitada la reserva de la vivienda a alquilar.

El hecho de que los dueños de los pisos turísticos estén realizando un negocio con una vivienda particular sin, en muchos casos, declarar una actividad empresarial, es lo que más enfada a los hoteleros tradicionales. «Claro que es una competencia desleal. No te imaginas hasta qué punto. Ellos no pagan ningún impuesto y a nosotros nos sangran. Así normal que puedan tirar los precios y hospedar a cinco personas por lo que vale una habitación en un negocio normal», declara una hostelera arandina. Otra compañera del sector coincide en sus palabras y añade otro dato: «Este último año hemos notado una bajada en el número de reservas, no sé si es por los pisos turísticos o no, pero una reducción sí ha habido». Su homóloga va más allá y sentencia: «Desde que han empezado a salir estos pisos ha sido el momento en el que se ha producido la pérdida de clientes».

Todos los problemas que los pisos turísticos están generando a los hoteles tradicionales llevan a sus gestores a lanzar una petición al Ayuntamiento de Aranda. Reclaman que el Consistorio «regule» y «controle» este nuevo negocio pare evitar que se siga produciendo una «competencia desleal». En las diferentes áreas del equipo de Gobierno esta es una situación que no se han planteado hasta ahora porque tampoco «nadie se ha puesto en contacto con el Consistorio». Por lo que no hay una postura definida al respecto. Eso sí, la alcaldesa, Raquel González, adelanta que no van a obviar el problema: «Solicitaremos información y analizaremos la necesidad, que probablemente sea necesario regularlo, y por tanto una vez verificada la realidad, analizaremos qué hacer».
La diferencia de tarifas entre pisos turísticos y hoteles no es tan desorbitada como se espera, los precios en los primeros van desde los 23 a los 118 euros por noche mientras que en los segundos oscilan entre los 22 y los 85. La diferencia es que el coste de los hoteles es para un solo huésped mientras que el de los pisos puede ser hasta para seis turistas.