Una contrarreloj de 5 meses

S.R. / Aranda
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La aceleradora de empresas comienza su andadura con 10 proyectos. Algunos de los futuros modelos de negocio se englobarán en el sector agroalimentario, la educación y el ocio. En mayo se lanzará la segunda convocatoria

Algunos de los artífices de los proyectos comenzaron ayer su programa de mentorización. - Foto: S.R.

Han apretado el pedal del acelerador y no van a soltarlo hasta dentro de cinco meses. Por fortuna no se encuentran en la carretera, sino en la aceleradora de empresas Aranda Emprende por lo que, lejos de generar ningún tipo de peligro, pueden convertirse en un potente motor de empleo y riqueza. Los responsables de los diez proyectos seleccionados para inaugurar esta iniciativa municipal comenzaron ayer su programa de mentorización.

De la mano de Raúl del Pozo, fundador de Cink Emprende -empresa adjudicataria de la gestión de la aceleradora- y de un equipo de expertos, esta decena de ideas pueden dejar paso a la creación de varias empresas relacionadas con  el sector agroalimentario, la educación, el ocio, la tecnología o los productos alimenticios.

Quizás en una de ellas, las galletas de Cristina se conviertan en las protagonistas bajo un letrero luminosos en el que podrá leerse Sweet Kitchen. «Es repostería creativa y me centro mucho en las decoraciones 3D o la reproducción de fotografías». Cuenta que lo que comenzó como un hobby quiere que ahora se convierta en su forma de vida. «Vi el auge de las webs americanas y dije: yo también puedo hacerlo». Su intención es poner en marcha el negocio de forma online, pero le gustaría poder abrir su propia tienda. En la Ribera, claro, pues uno de los objetivos de la aceleradora también es apoyar la economía local.

«Estos proyectos pueden crear empleo y fijar población», comentó ayer la alcaldesa, Raquel González, antes del inicio de la primera sesión de la aceleradora. Por ese motivo, aunque el asesoramiento dure cinco meses, el Ayuntamiento ya ha tanteado posibles entes financiadores. En este sentido, el concejal de Promoción y Desarrollo, Javier Rojas, adelantó que «se está trabajando para llegar a un acuerdo con tres entidades bancarias que ya han mostrado interés», sostuvo, y auguró un futuro prometedor para esta iniciativa basada en las experiencias de otras localidades. «Ya se ha demostrado que funciona y Aranda no será la excepción».

Con ese convencimiento trabaja Roberto en ErgoCortex, una plataforma educativa enfocada a la enseñanza de asignaturas de ciencia. De hecho lleva haciéndolo desde hace cuatro años. «En septiembre lo lancé en versión beta y la aceleradora me va a permitir conocer las posibilidades que tiene y si se puede ir más allá», explicó este ingeniero electrónico.

Cree que la mayor novedad de su propuesta se centra en el diseño de  un entorno 3D que «permitirá a profesores y alumnos moverse e interactuar por escenarios tan peculiares como un campo magnético», apuntó.

Fuera de la pantalla, Jowita y Yera persiguen crear un nuevo concepto de hostelería. La psicóloga polaca y la química donostiarra llevan cuatro años asentadas en la capital ribereña y su objetivo es abrir una cafetería en la que las madres y padres pueden pasar tiempo con sus hijos. «Queremos impartir talleres de inglés y preparar comida, a poder ser ecológica, a partir de buenos productos de proveedores locales», comentan, y subrayan la ayuda que necesitarán a nivel de contabilidad.

Puede que alguna de estas ideas no llegue a buen puerto, «pero también serán un éxito», opinó Del Pozo. «Quizás el proyecto sea maravilloso y no exista mercado. Tenemos que trabajar para descubrir si son viables», añadió, tras negarse a definirlo como un fracaso. El fundador de Cink Emprende destacó, además, la iniciativa del consistorio arandino. «Me parece una apuesta muy innovadora. Es la ciudad más pequeña con un proyecto de estas características».

El balance llegará en junio, pero la aceleradora ya ha puesto la directa. Y no piensa frenar.