La población canina de la ciudad se eleva a un perro por cada ocho habitantes

G.A.T. / Miranda
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Los veterinarios explican que aunque no es obligatorio censar a otros animales, los gatos están en un claro aumento, llegando incluso a igualar en número de atenciones a los perros

Las cientos de personas que se acercaron en la mañana de ayer a la ermita de La nave para celebrar San Antón cumplieron con la tradición de dar las nueve vueltas al templo. - Foto: G.A.T.

Paseando por la calle, en el portal esperando el ascensor o subiendo o bajando las escaleras, en las puertas de un comercio o correteando por el parque..., además, claro está, de ayer, día 17 de enero, en la ermita de La Nave, celebrando San Antón. Los perros son compañeros cotidianos de nuestra sociedad, y para muchas personas, muchas, un elemento inseparable de sus vidas. Tanto que en Miranda, según los datos oficiales de la Junta, que obliga a registrar a los perros, uno de cada ocho mirandeses tiene un perro.

Son 4.605 canes identificados en la ciudad por el departamento de Agricultura y Ganadería (193 son de los considerados peligrosos), y aunque los dueños tiene obligación de ponerles un chip y dotarles de documentación, se sabe que hay muchos que incumplen con la normativa, por lo que el número de perros es mayor que el que aporta el dato oficial.

Y eso hablando solo de perros como principales animales de compañía, que además son los únicos obligados a identificar (además de ciertas especies consideradas exóticas). Porque si abrimos el abanico, el número de habitantes que posee algún animal de compañía se eleva notablemente.

«Nosotros tenemos ya igual o incluso más demanda de atención por parte de propietarios de gatos que de perros», explican desde la Clínica Veterinaria Linneo, donde atestiguan cómo en los últimos años ha habido un crecimiento «muy importante» de los gatos como animales de compañía. «Probablemente el hecho de que requiere menos cuidados es un factor que contribuye a esto», valora la veterinaria Candela Martínez.

Gatos y perros son las estrellas, aunque hay otros muchos mirandeses que optan por mascotas bastante comunes como pájaros y peces, y otras más exóticas como hámsters, cobayas, conejos o incluso ciertos tipos de reptiles.

«Desde el punto de vista normativo en nuestra comunidad es obligatorio que estén identificados solo los perros, a partir de los tres meses de edad o al salir de un criadero, y tienen que tener además una documentación, que se llama pasaporte», explica el presidente del Colegio de Veterinarios de Burgos, Tomás Fisac.

Y cree que en general la gente es bastante cumplidora, aunque también entiende que hay un número notable que se escapan de la legislación, y eso que hay multas importantes que pueden ser de un mínimo de 5.000 euros. Recuerda Fisac que además de la vacuna de la rabia, que es obligatoria cada dos años, hay otras que son recomendadas y procesos necesarios como las desparasitaciones, «ya que hay que tener en cuenta que hay algunas enfermedades que son compartidas por animales y el hombre, y por ello estamos hablando de un tema sanitario también para las personas» dice.

Desde la clínica creen que la gente en general es responsable con sus animales y mascotas, aunque siempre hay casos de abandonos, «pero sí que se ha notado que se ha rebajado el gasto en su atención, se espera más a la hora de venir al veterinario, se atrasan las vacunaciones, se compran menos accesorios y en la comida las de gama alta se venden menos», apunta Martínez, preguntada por si la crisis ha afectado también a este sector.

Otro factor lo apunta Fisac al explicar que la administración subió el tipo impositivo de su actividad, hasta el 21%, lo que considera «un agravio comparativo», recordando que su trabajo es también salud pública.

Además de la norma autonómica, en Miranda hay normas específicas para los animales de compañía, en particular para los perros. No obstante este año ha habido una variación, ya que el Ayuntamiento ha eliminado la tasa por tenencia de perros, ya que muchos no la pagaban y su reducido precio (15 euros al año) no compensaba el trabajo para su cobro. También cuenta con una ordenanza específica reguladora de la tenencia de perros que, por ejemplo, obliga a que la vacunación de la rabia sea anual.

Y hay sanciones de entre 1.000 y 10.000 euros por llevar al perro sin correa, dejarle defecar en espacios públicos destinados al paso de personas o en parques infantiles, no recoger sus excrementos o llevarles sin bozal si es que se consideran peligrosos.

Con todo, las sanciones son mínimas en proporción a la población canina existente, y a los incumplimientos -¿quién no ha pisado un excremento en plena calle?- de la norma. En el último balance cerrado, el de 2013, de las cerca de 300 denuncias por incumplir las ordenanzas, 39 estaban relacionadas con los perros, 12 por no recoger excrementos, 21 por llevarlo suelto, 4 por no inscribirlo en el registro y 2 por tener perros que causaban molestias a los vecinos.

Miranda, además tiene censadas en explotaciones ganaderas más de 1600 ovejas, 427 cabras, 370 gallinas, 136 caballos, 92 cerdos y 76 vacas.