Un itinerario cultural recuperará la memoria de las aljamas sefardíes

F. Trespaderne / Burgos
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La primera referencia histórica se remonta al siglo X, en el fuero de Castrojeriz, y a finales del XV existían en la provincia 22 juderías de las que dependían 60 localidades con judíos avecindados

La sinagoga de Miranda, izquierda, se transformó un buen día en bar. - Foto: Truchuelo

La iniciativa de Castrillo Matajudíos para cambiar su nombre por el de Mota de Judíos ha puesto de actualidad una parte de la historia de la provincia bastante desconocida, como es la presencia de las comunidades judías, que ahora puede ponerse en valor si se materializa el proyecto en el que trabaja la Diputación para desarrollar el denominado itinerario cultural ‘Sefardíes en la provincia de Burgos’, que discurre por las localidades en las que se asentaron las principales aljamas o juderías.

Como señala el diputado responsable del área de Cultura de la institución provincial, Luis Jorge del Barco, la judería más antigua documentada de Castilla yLeón es la de Castrojeriz, según se recoge en el fuero condal de la villa, redactado en 974, y posteriormente hay constancia de otras 21 comunidades o aljamas, la mayor parte de ellas en villas asentadas junto al Camino de Santiago, de las que dependían más de 60 localidades con judíos avecindados, aunque no en número suficiente como para constituirse en aljamas.

De la extensa red de juderías que se tejió en la provincia entre los siglos X y XV, es decir hasta su expulsión en 1492, destacaron aquellas que se encontraban bajo la protección directa de la corona, como por ejemplo la de Burgos, Miranda de Ebro o Pancorbo, y las que se ubicaban en territorios controlados por las grandes casas nobiliarias, como las de Briviesca,Medina de Pomar, Belorado,Frías, Poza de la Sal o Villadiego, dominios de los poderosos Fernández Velasco, Contestables de Castilla.

 En el caso de la aljama de Oña dependía del Monasterio de San Salvador y algunas de la Ribera del Duero deben ponerse en relación con la influencia de Beltrán de la Cueva, señor de Roa. En esta zona destacan por su importancia las juderías de Aranda y de Coruña del Conde.

Pero, como se pone de manifiesto en el estudio que maneja la Diputación, además de estos emplazamientos, hay constancia documental de la existencia de altas concentraciones de judíos en otros lugares de la provincia, como por ejemplo La Bureba e incluso están documentadas un par de rutas o caminos de judíos. En concreto se habla de un camino, conocido como ‘Carrera de los Judíos’,  que va desde Oña a Quintanilla de los Judíos, posiblemente se trata de la villa burebana de Quintanilla San García, para adentrarse entierras riojanas a través de la vertiente sur de los Montes Obarenes. También era conocido con ese mismo nombre el camino que unía Santo Domingo de Silos con Lerma.

Poner en valor esos dos caminos y, en principio quince juderías es lo que pretende la Diputación con el itinerario ‘Sefardíes en la provincia de Burgos’. «El objetivo es crear en cada uno de los lugares propuestos un punto informativos al aire libre con los  datos más relevantes referidos a la antigua aljama de cada localidad, preferentemente situado en el solar de la antigua judería», señala DelBarco, quien insiste en que el primer paso es ubicar las aljamas en los propios municipios, algo complejo porque no hay referencias físicas visibles en algunos casos, y a partir de eso ponerlas en valor con paneles y folletos informativos, así como campañas de promoción. «Se trata de que los municipios identifiquen un producto turístico a mayores, creando una sinergía entre ellos, instalando una señalización unitaria para todos y venderlo como un producto singular», afirma el diputado provincial responsable de Cultura, quien indica que el coste de los puntos informativos rondará los 130.000 euros.

 El proyecto, indica Del Barco, «se puede quedar tan solo en conocer mejor las aljamas, documentarlas más, o llegar muy lejos, depende de los ayuntamientos».