Las deudas acosan al CV Diego Porcelos

Ana Isabel Angulo / Burgos
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«Buscaré el paraguas de la Universidad de Burgos para poder competir en Segunda», reconoce Miguel Garcés

Miguel Garcés (i) conversa con el rector de la UBU, Alfonso Murillo. - Foto: Luis López Araico

El 26 de junio de 2012 fue uno de los días más negros del deporte burgalés. Se confirmaban oficialmente los rumores que apuntaban a la renuncia del Universidad de Burgos en la Superdivisión femenina, después de 15 años. El presidente Miguel Garcés reconoció la imposibilidad de competir al máximo nivel con la elite nacional, pero afirmó que el club no desaparecería.

No han pasado ni dos meses y la situación ha empeorado hasta límites insospechados. Constantes denuncias y embargos hacen peligrar el futuro del Club Voleibol Diego Porcelos, entidad deportiva fundada en 1976. Treinta y seis años de historia están a punto de cerrarse.

«El club tiene muchas deudas y estamos viviendo una situación límite. Me paso el día en los juzgados porque tenemos muchas denuncias. El otro día, sin ir más lejos, se resolvió la de Pepo -María José Garrido-. El club está embargado», confiesa el presidente Miguel Garcés.

Todas las ayudas institucionales que recibe el CVDiego Porcelos quedan mermadas hasta límites irrisorios y el club prácticamente carece de financiación. «La pasada temporada nos embargaron 40.000 euros y nos trabaron las cuentas en las cajas. Así es muy difícil trabajar», aduce el máximo responsables.

Ante esta situación, Miguel Garcés quiere buscar el refugio de la Universidad de Burgos, entidad patrocinadora de los equipos del club en las últimas campañas. «Es la mejor solución. El equipo de Segunda debe acogerse al paraguas de la Universidad y desligarse totalmente del club. De lo contrario no tendrá futuro. La Universidad debe hacerse cargo del equipo. Es la única que puede», argumenta.

El presidente tiene intención de reunirse en breve con el rector de la UBU, Alfonso Murillo, y explicarle la situación del club y del equipo de Segunda División detalladamente.

Por otro lado, hay que comentar que Miguel Garcés, que cree en que el futuro del equipo femenino pasa por la Universidad, ya le ha inscrito en la Federación de Castilla y León de Voleibol. «Nosotros tenemos que cumplir los plazos y aunque no haya nada en firme, si no lo apuntábamos no iba a poder competir ni en Segunda, destaca. En principio, el cuadro burgalés de Segunda Femenina estaría formado por las jóvenes jugadoras que la pasada campaña dirigiera Isidro Revilla. Si sale a competir es posible que Isidro cuente con la colaboración de Álvaro Castaño.