«Hay que tener las tablas de un veterano pero la ilusión de un niño»

R. Travesi / Burgos
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Trayectoria. Ha sido 11 veces campeón de España de 1.500 metros, 28 veces internacional con la selección española absoluta y ha participado en tres Juegos Olímpicos (Sidney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008)

«Hay que tener las tablas de un veterano pero la ilusión de un niño» - Foto: JUAN LAZARO

Le entrevistamos con el tiempo justo antes de salir a entrenar por la Casa del Campo de Madrid, que es el espacio abierto más cercano a la Residencia Blume. Es de Aranda de Duero pero vive entre semana en la capital en unas instalaciones que le sirven para seguir una rutina diaria. Juan Carlos Higuero (1978) se muestra orgulloso de su  Plata en Campeonato de Europa de pista cubierta en Goteborg. Los triunfos no le han cambiado y la humildad es una de sus señas de identidad, sin olvidar el trabajo y el esfuerzo que le han permitido llegar a lo más alto del atletismo nacional e internacional.

¿Cómo se siente después del segundo puesto en el 3.000 de los últimos Europeos?

Salgo fortalecido y supone una felicidad inmensa por ser subcampeón de Europa.

¿Era necesario este triunfo?

No creo. Pienso que todo lo que venga ahora es un sobrante de felicidad. He conseguido muchos éxitos en el atletismo aunque no tiene porqué quedarse ahí. Voy a a continuar. Era necesario en el sentido de que uno siempre necesita nuevos estímulos.

¿Ha vuelto el ‘León de Aranda’? ¿O nunca se había ido?

(Risas). Yo creo que nunca se había ido, modestia aparte. Lo único es que tuve una operación quirúrgica del pubis muy dura y superar eso conlleva tiempo. Por mi parte, he seguido con los entrenamientos como este año, aunque no haya conseguido los resultados deseables.

¿Así que a sus 34 años se siente como un juvenil?

Sí. Voy a entrenar con la misma ilusión. Tengo los mismos proyectos y cada campeonato que voy me siento joven porque disfruto mucho con el atletismo, como un niño o un adolescente. Esa es la mentalidad. Hay que tener las tablas de un veterano pero la ilusión de un niño.

¿Se esperaba esa segunda plaza o iba de tapado? ¿Pensaba acabar cuarto o quinto?

Siempre que salgo a la pista trato de conseguir la medalla. La verdad es que este año, como no estaba entre los primeros del ránking, tenía la incertidumbre de cómo iban a reaccionar los demás. Yo sabía que estaba bien y así lo demostré en el Campeonato de España. Siempre hay dudas de cómo iba a responder ante las grandes figuras pero al final podía entrar en las quinielas. Bien es cierto que hasta que no cruzas la línea de meta, no te lo crees.

¿Cuánto ha pesado la veteranía para alcanzar ese triunfo?

Siempre pesa. El atletismo es un deporte en que das el 100% y da igual el DNI. Al final, es sacrificio, esfuerzo y tener fuerzas pero en este Campeonato ha pesado la veteranía. En semifinales, no me cebé con el primero y ahorré energías. Son detalles que luego cuentan para conseguir la medalla. Fue un momento en que supe controlar todo lo que ocurrió en carrera y no se me subieron las pulsaciones. En la final, hubo codazos con los franceses pero mantuve la cabeza fría. Era importante no enzarzarse y tener claro el objetivo.

¿No podía fallar ese poderío final en los últimos metros, tan característico en su forma de trabajar?

La verdad es que la última vuelta fue ‘made in Aranda’. Esa virtud la conservo y, al final, acabar un poco más fresco que el resto es lo que me ayuda a ganar competiciones. Pensaba que ya no tenía esa virtud después de las lesiones pero veo que aún tenemos esa baza ahí. Por lo tanto, hay que seguir explotándola.

¿Este triunfo ha servido para callar bocas después de haber dudado de su calidad?

No. He oído comentarios pero gracias a Dios tengo muchos amigos, no solo en el mundo del deporte. Se había dicho que ‘si estaba acabado’ pero tampoco prestaba mucha atención. A mí lo que me importa, verdaderamente, es lo que digan mi familia y mis amigos que siempre están al lado. Esto tiene que servir de ejemplo para la gente. Cuando uno crea que está fuera de las pistas o de otro ámbito, hay que saber aprender a tener paciencia, esperar y confiar  en las posibilidades.

¿Pensó en algún momento en tirar la toalla y abandonar?

Lo piensas, sobre todo con la operación del pubis. Desconocía cómo iba a estar mi cuerpo. Luego, con la recuperación, siempre hay dudas de si iba a recuperar toda la fuerza que tenía antes. Pasar por el quirófano fue el momento más duro de mi carrera. Pero, en realidad, nunca pensé en abandonar. Entre otras cosas, por que me gusta tanto este atletismo y sería incapaz de pensar en eso. Pudo haber un lapsus pero poco más.

¿Son las lesiones lo peor para un atleta profesional?

Es lo peor con diferencia. Habrá entrenamientos duros, críticas de la gente por una carrera o fracasos por los resultados pero, al fin y al cabo, las lesiones es lo que estresa y consume a un profesional. Quieres entrenar y no puedes. Tienes disponibilidad pero hay un impedimento físico.

¿Es difícil tener que vivir de una determinada marca para poder competir? ¿Es lo más justo?

El atletismo es muy exigente. Ganan muy pocos y a nivel social solo tiene reconocimiento el podium. Hay unas marcas y unos objetivos, para los que tienes todo un año para la preparación. También hay referencias de otras temporadas. Al final, el atleta sabe que el día D y la hora H tiene que estar en plenitud física. Hay que hacer una mínima unos meses antes para quitarte esa presión. Es una presión con la que hay que vivir y que no se puede evitar. El que mejor lo lleve, irá a los campeonatos.

¿Fue una medalla dedicada a su padre, fallecido hace poco?

Mi padre era el fan número uno y siempre me apoyó y animó. Ahí está la diferencia entre el apoyo de la familia y los amigos íntimos y el resto. Hiciera lo que hiciera, ahí estaba siempre. Se conformaba con cualquier cosa pese a que yo pensaba que lo podía hacer mejor. Me quedo con las muchas cosas positivas que me dio en vida.

¿Cuánto pesa la fortaleza mental en un deportista de elite para sobreponerse a situaciones adversas? ¿Es superior, incluso, a la física?

Creo que sí. Es donde se puede limar y arañar algo. Todos nos entrenamos al 100%, tenemos una buena preparación pero luego la diferencia está en detalles. Si vas a un campeonato convencido de que puedes ganar, ayuda mucho. Es difícil porque llega la hora del calentamiento y las pulsaciones se alteran. Ves a los otros 11 tiburones que te pueden comer. Al final, hay que saber manejar esas situaciones y la mente juega un papel clave en los detalles. En una final, todos están muy preparados y con las fuerzas justas por lo que aquel que menos errores cometa será el que pueda ganar.  

¿La victoria en Goteborg le cambia los planes de cara a los Mundiales de Moscú?

(Risas). Lamentablemente, tengo que decir que sí. Teníamos una idea a principio de año de hacer el 5.000 por edad y tradición. Pero, viendo la última vuelta que di en los Europeos creo que aún tengo algo que decir en el 1.500, que es la prueba con la que me siento más identificado y en la que más he luchado. En mayo y principios de junio, corro un 1.500 en Hengelo (Holanda) o en Roma y, luego, un 5.000 en Huelva. Será la clave para optar por una o por otra. Habrá que ver mis sensaciones y cuál es la mejor marca, de cara a los Campeonatos del Mundo de Moscú.

¿Descarta doblar distancias?

Sí. Ahora mismo, es imposible en un Mundial. En un Campeonato Europeo se puede doblar distancia pero a nivel mundial, las pruebas son muy selectas y no veo a nadie capacitado. Tal vez, Mo Farah en 5.000 y 10.000 metros, que son similares. Podría hacerlo pero creo que un Mundial hay que asegurar una prueba porque el nivel es tremendo, con mínimas que han bajado aún más.

¿Es de lo que reproduce en vídeo una y otra vez las carreras para ver fallos y aprender tácticas?

Por supuesto, las veo varias veces, sobre todo cuando queda poco para el Campeonato. Soy muy metódico aunque, a veces, pueda parecer un poco despistado. Cuando estoy solo en la habitación de la Residencia o en casa, cojo el ordenador y repaso todo, vuelta por vuelta. Necesito tener la mayor información imposible. Hay quien puede pensar de que esto es correr pero en ritmos fuertes, aunque hay que analizar cada detalle para aprender. Luego, cada carrera cambia mucho. Por mucho que estudies, los exámenes son con diferentes preguntas.

Cuéntenos cómo es un día normal en la vida de Higuero. ¿Cuántas horas entrena y cuántos kilómetros recorre a la semana?

Salgo a correr los 7 días a la semana. Cuatro de ellos, hago doble sesión, mañana y tarde. A la semana, corro un volumen de entre 140 y 150 kilómetros. Dos días, voy al gimnasio, otro más, con cuestas de 200 metros. También, hay dos días con ritmo de competición.

¿Es clave crear una rutina?

Por supuesto. Hay que crear unos hábitos. Es necesario ser profesional y tomárselo como un trabajo. Cuánto más tiempo inviertas en algo más cosas puedes corregir. Además, me cuido mucho la alimentación y acudo tres días al masajista.  

¿Ya ha cerrado la planificación para la temporada de aire libre o el segundo puesto de Goteborg cambia sus planes de preparación?

La planificación no cambia mucho de un año a otro. Este año, ha variado un poco porque corría en otra prueba. Esta temporada será la más compleja de todas. Antes, tenía claro que hacía el 1.500 y todo el entrenamiento iba dirigido a esta distancia. Ahora, tenemos la tesitura para ver dónde encajo. Ya hemos hablado mucho mi entrenador y yo pero es muy complejo. Puedo decir ahora una cosa pero luego los entrenamientos plantean otra. Lo más acertado es correr un 1.500 fuerte e intentar buscar una mínima y, después, hacer un 5.000 para ver la marca. Al menos, son pruebas compatibles en el entrenamiento.

¿Río 2016 está muy lejos o hay posibilidad de llegar con garantías?

No puedo pensar en eso. Hay que ir objetivo a objetivo, año a año. Una Olimpiada marca la diferencia al ser el momento esperado, con una gran expectación social, pero hay que ir paso a paso.  Ahora, hay un Mundial en Moscú, luego un Europeo en Zurich en 2014. Esos son los objetivos y no puedo mirar más allá.

¿Sería su cuarta Olimpiada?

Correcto. Me perdí la de Londres por una lesión. Participar en una Olimpiada es lo mejor y me encantaría llegar. Lucharé para llegar pero no es mi objetivo principal porque está muy lejos.

¿Cómo ha afectado la crisis al mundo del atletismo?

Le ha afectado como a otros deportes y como en otros sectores de la vida. Los atletas dependemos mucho de las subvenciones, que han sufrido una reducción.

¿Y a usted en particular?

Como a todos. He tenido años buenos pero ahora las contrataciones en las carreras han bajado alrededor de un 25%, al igual que la aportaciones de los clubes deportivos y las marcas. Al final, hay que estar por encima de todo eso y mi labor es entrenar y participar en carreras, con lo que disfruto.

Hace poco, ante los recortes del Consejo Superior de Deportes a la Federación de Atletismo, abogó por la opción de garantizar un puesto de trabajo a un deportista con determinadas internacionalidades. ¿Eso es posible a día de hoy?

Eso ya se hace en Italia. Allí, cuando alcanzas un número de internacionalidades absolutas y llega la hora del retiro del atletismo, te ofrecen un puesto de trabajo en el Cuerpo Nacional de Policía o en el de Bomberos. O plantear la opción entre disfrutar de una beca o un trabajo en el futuro.

¿Es necesario un cambio de gestión de las federaciones? La fórmula, hasta ahora, ha valido pero es posible que esté agotada con la crisis.

No lo sé. Habría que ver cuál es la mejor alternativa. Soy consciente que es complicado y difícil encontrar patrocinios importantes para el atletismo. Todo es mejorable. No hablo de hacer un cambio radical en la Federación pero sí se pueden mejorar las cosas.

¿Es rentable, por ejemplo, que la Federación de Atletismo envíe a atletas a competiciones donde apenas hay posibilidad de ganar (ejemplo de los Mundiales de Cross, donde los africanos tiene todo el poder)?

Existe un comité que debe valorar la situación y estudiar las posibilidades reales que existen para que un deportista sea competitivo. Se pueden ahorrar gastos ahí pero hay más margen en otros sitios. Yo creo que también es bueno tener una representación en un Campeonato del Mundo de Cross. Si no va nadie, es imposible potenciar esta modalidad y tampoco se ilusiona a los deportistas.

¿Siente respaldo de las instituciones locales y provinciales?

Sí, mucho. Hago todo lo posible para llevar el nombre de Aranda de Duero y Burgos. Apoyo el deporte allí donde voy y puedo multiplicar las ayudas que recibo. Es un retorno importante. Creo que llego a la gente y soy un ejemplo para los chavales. Además, a través del deporte, se conoce la provincia. Tengo la gran suerte de vivir en Aranda y Burgos y de dar a conocer valores como que el esfuerzo y el trabajo tienen su recompensa en la vida.

¿En qué actividad se ve dentro de 10 años? ¿Le gustaría seguir ligado al deporte y al atletismo?

Me gustaría acercar el atletismo a los más pequeños, en el deporte base. Tengo ideas para organizar alguna carrera  para promocionar el atletismo.

¿Tiene un atleta el futuro asegurado?

No hay nada asegurado aunque cuando un atleta logra medallas a nivel internacional, tiene mucho camino hecho. El reclamo de los patrocinadores y de la sociedad son las medallas.

¿Lamenta que el atletismo, al igual que otros deportes, sea minoritario y que todo esté monopolizado por el fútbol?

Todos sabemos que el fútbol es el deporte rey, que cuenta con más seguidores pero, en los últimos años, el atletismo ha crecido de forma emergente. Hay muchas carreras populares y cada vez te encuentras más personas por los parques haciendo ‘running’. El atletismo está en auge.

¿Por qué cree que ahora hay más afición por correr?

En primer lugar, es una actividad que mantiene en forma. En segundo lugar, es un deporte a practicar con poco presupuesto, con solo unas zapatillas y ropa. La gente se ha dado cuenta que hay que cuidarse más y qué mejor manera de tener retos de carreras populares, para batir kilómetros.

¿Por qué animaría usted a correr a la gente?

Es una actividad física muy bonita. Mientras corres, puedes observar todo lo que te rodea. También, es un reto personal y una satisfacción cuando alcanzas una distancia. Habrá muchas combinaciones como gimnasio pero correr es lo que más calorías quema y permite una mejor circulación de la sangre o regula el colesterol. Son todo beneficios.

¿Hay suficientes instalaciones para los atletas?

Si tienes la capacidad de moverte para ir a centros de tecnificación, no hay problema. Otra cosa es si vives en un pueblo pequeño. Se puede mejorar pero creo que hay suficientes instalaciones.

Por cierto, ¿cómo es su vida en la Blume?

No soy de los que madrugo. Me levanto a las 9 de la mañana para desayunar algo ligero porque sobre las 11 hago una primera sesión de entrenamiento. Después, un masaje y comer con bastantes hidratos de carbono. Por la tarde, otra sesión de entrenamiento con más gimnasio y fortalecimiento. Ceno sobre las 21 horas y  luego hay un rato para hablar con los amigos y la familia.

¿Cuántas personas residen en la Blume?

Creo que somos 286 deportistas de todos los ámbitos.

¿Tiene más relación con atletas o de otro ámbitos?

Me relaciono con todos. Hombre, hablo más con los atletas porque hay más cosas en común. Nos llevamos muy bien porque somos una gran familia y hay que convivir lo mejor posible.

¿Cómo se lleva lo de compaginar su vida profesional con la familiar y personal? ¿Es duro?

La familia viene a verme a Madrid cuando llevo una temporada sin ir a Aranda y también me sigue en las competiciones. Cuando estoy en la Blume, la comunicación es por teléfono y hablamos de todo, no solo del deporte o de la vida en la Residencia.

¿Fue una experiencia dura llegar a la Blume con solo 18 años?

La decisión de venir a Madrid fue difícil porque es un cambio duro y radical. Pero en la vida hay que tomar decisiones para triunfar y tratar de que sean acertadas. Al principio, estaba un poco desorientado pero luego aprendes rápido.

¿Qué papel juega un entrenador en un atleta? ¿Cómo es su relación con Antonio Serrano?

Antonio y yo hemos conectado muy bien. Nos complementamos muy bien en los 14 años que llevamos juntos. Nos vemos todos los días y hemos tenido buenos y malos momentos. Yo creo que es el mejor entrenador de España. Habrá muchos pero confío en el mejor. He tenido la gran suerte de conocerle y que me llevara a la elite. Es una relación casi de hermanos.

¿Cómo es el ambiente de las expediciones entre los compañeros?

Depende de la personalidad de cada uno. La convivencia entre los rivales es cordial y saludable. No hay piques. Todos sabemos el esfuerzo que hay detrás y nos respetamos mucho.

¿Qué piensa cuando los deportistas españoles se van a otros países ante la falta de apoyos?

Lo veo bien. La gente reacciona y cada uno tiene que labrarse un futuro. Si aquí un deportista de elite no encuentra los medios, se ve obligado a otros países en busca de más apoyos. Es una pena pero es la realidad.  

¿Eso es vender también la marca España?

Es evidente. Tenemos el premio del ADO por resultados. Representar a tu país, en una disciplina como el atletismo, es lo más importante y por eso luchamos.

¿Qué atletas ve con proyección en el panorama nacional?

Hay bastantes atletas con proyección. Quizás los que más sean Ana Peleteiro, en el triple salto que tiene muchas papeletas para convertirse en una de las grandes del atletismo mundial. También está Javier Cienfuegos, en martillo, y Kevin López, que ya es una realidad con 23 años. Además, hay juniors con mucho talento pero aún no han obtenido los resultados esperados. España cuenta con media docena de deportistas que pueden ser los referentes en el atletismo en unos años. Tal vez no haya tanta gente como antes pero siempre sale gente.

¿Es partidario de las nacionalizaciones? (casos en España o el de Ibrahimov –que de no ser europeo habría ganado usted el Europeo).

Es un tema que hay que abordar de la mejor manera posible. Soy partidario de ofrecer nacionalizaciones después de una residencia de 10 años en el país, como creo que era antes. Otra cosa es cambiarte de país por intereses económicos. A mí, en el último Europeo me ha ganado un africano disfrazado. Además, son personas que quitan la plaza a otros deportistas que llevan toda la vida.

¿Es muy dura la nueva Ley Antidopaje?

No. Nada es duro. Cuánto más duro, mejor. Las leyes y los castigos deberían ser aún más severos. Todo lo que sea luchar contra el dopaje es lo acertado. Tolerancia cero y castigos ejemplares. Es muy difícil de controlar el dopaje pero ahora la gente sabe que, antes o después, van a detectar el fraude. Yo creo que el atletismo está más limpio que nunca.

¿Le preocupa la imagen que da al deporte el juicio de la Operación Puerto?

Es un plato de mal gusto. No solo para España si no para cualquier país. No se puede controlar. Cuanto antes acabe todo este asunto, mejor. Perjudica mucho porque, además, estamos metidos en la candidatura de Madrid para las Olimpiadas.

¿Habrá un antes y un después con este juicio?

No lo sé. A partir de ahora, la gente se lo va a pensar más porque hay muchos controles y hablamos de un delito, con pena de cárcel.

¿Cómo ha vivido los casos de Marta Domínguez o Paquillo?

Son asuntos que no gustan. Pero qué podemos decir de esto. Se trata de temas muy delicados y quien se ha dopado lo está pagando con el castigo.

¿Qué le parece la candidatura de Madrid 2020? ¿Hay posibilidades de ganar?

Es una candidatura prometedora, ilusionante y que sería un balón de oxígeno para todos los españoles, en especial para los deportistas. Sería una salvación para salir de la crisis. Una Olimpiada genera mucho empleo y mueve el dinero de las empresas. Hay muchas posibilidades de ganar.