El PSOE se vuelve a agrietar

AGENCIAS
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La cesión de senadores socialistas a ERC y CDC para formar grupo parlamentario propio en la Cámara Alta provoca una riada de críticas liderada por algunos 'barones' del partido

 
«Es inexplicable». Así califica el secretario general del PSOE de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, la cesión de dos senadores de su partido a ERC y otros dos a Democràcia i Llibertat (DiL), la candidatura de Convergència (CDC), para que formen grupo parlamentario propio en la Cámara Alta. Una decisión que sirvió ayer para despertar de nuevo el fantasma de la crisis en las filas socialistas.
Visiblemente molesto, el barón extremeño señaló: «Tengo muy claro que en política, aunque las cosas sean difíciles de explicar, si se explican se pueden entender, pero luego hay cosas que son inexplicables y yo esto no lo entiendo, no lo entiendo». Así, para el dirigente, la decisión de su partido «no es aplicable ahora» debido a que estas dos formaciones catalanas «están trabajando para irse de España», aunque matizó que la dirección nacional socialista es «soberana», por lo que «respeta» la postura tomada en el asunto. 
Sin embargo, Vara insistió en que «no lo comparto, porque si dijera lo contrario me estaría engañando y eso significa engañar la ciudadanía». Y añadió: «Es una decisión que yo asumo porque lo tengo que hacer, pero no lo entiendo».
Esta no fue la única voz discordante que se pronunció en el PSOE pues, otro de sus barones regionales, el presidente de Aragón, Javier Lambán, también se mostró en contra de la cesión de senadores a grupos separatistas. «Nosotros consideramos absolutamente indeseable cualquier tipo de colaboración activa o pasiva con los independentistas, toda vez que una de las primeras tareas que tendrá que acometer el Gobierno de España, que espero presida Pedro Sánchez, será combatir la agenda independentista del actual Govern de Cataluña».
Lambán, secretario general de los socialistas aragoneses, añadió, no obstante, que tiene «que aceptar las explicaciones del portavoz de su grupo en el Senado, Óscar López, que calificó lo ocurrido como un hábito en ambas cámaras, una cortesía parlamentaria, aunque no deja en buen lugar a las instituciones ni al sistema».
En esta línea de apoyo a las afirmaciones de López se encuadró la vicepresidenta segunda del Congreso, Micaela Navarro, quien sostuvo que el préstamo de senadores a otros partidos por parte de socialistas y populares es habitual y se hace con «asiduidad».
 
CONVERSACIÓN CORDIAL. Para añadir aún más leña al fuego de la confrontación en el PSOE, Sánchez contactó con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para comprometerse a «restablecer los canales de comunicación y diálogo entre ambas instituciones», un extremo en el que el catalán coincidió.
De este modo, como señaló un diario nacional, una vez que el líder socialista telefoneó a Puigdemont, ambos habrían mantenido una conversación «cordial» de 20 minutos de duración y en la que el madrileño manifestó su determinación por «abordar una reforma federal de la Constitución que resuelva la crisis catalana».
Asimismo, Sánchez, tras poner en valor «el papel del PSC en la política catalana», trasladó al recién investido president que para su partido «es prioritario resolver los problemas que comparten los catalanes y el conjunto de España». Entre las cuestiones clave para el dirigente socialista, y que expresó al mandatario catalán, se encuentran la lucha contra el paro y la desigualdad, así como la regeneración de las instituciones.
Sánchez y Puigdemont acordaron, además, que mantendrán el contacto para seguir hablando sobre los temas abordados.