'Como Cabras' recupera la trashumancia más tradicional y sostenible

L. Montes / Burgos
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Durante tres días y casi 40 kilómetros, un grupo de jóvenes de la Sierra de la Demanda y un ganadero local han trasladado 82 cabras desde la Granja de Arceredillo hasta Tolbaños de Arriba

Qué hace un doctor en Biología, con un máster en Biotecnología Alimentaria, al frente de un rebaño de 82 cabras pirenaicas y celtibéricas por mitad de la Sierra de la Demanda? Seguramente suene a chiste, pero no, esa ha sido la experiencia que Diego Serrano ha disfrutado esta semana, en la que ha revivido en sus propias carnes el ya casi extinguido proceso de la trashumancia. Ganador, junto a otros dos socios del Concurso de Ideas UBU, este joven emprendedor rural arrancó el pasado lunes desde la Granja de Arceredillo en Ezquerra, a 10 kilómetros de Pradoluengo, con 82 cabras, destino Tolbaños de Arriba. Por delante más de 35 kilómetros monte a través, divididos en tres etapas y con la compañía de sus dos socios del proyecto ‘Como Cabras’, Julio Lacalle y TeófiloSerrano, así como del propietario de las cabezas de ganado, Enrique Santamaría.

«No sabíamos como iban a responder las cabras al recorrido, ya que es la primera vez que lo hacían y había varios cabritos», reconoce Diego Serrano.Y es que las tres jornadas de travesía que finalizaron ayer en Tolbaños de Arriba han sido «de sol a sol». El primer día cumplieron las expectativas; salieron de la Granja de Arceredillo, a las 8 de la mañana y llegaron a dormir, cerca de las 20 horas, a las laderas del pico Cabeza Aguílez, pasado Pradoluengo. El segundo día madrugaron y a las 7 de la mañana ya estaban de camino. «Hay que aprovechar las horas en las que menos calienta el sol para avanzar lo máximo posible.Caminar de 12 a 5 de la tarde es una locura, por lo que nos detenemos en alguna majada para que las cabras descansen». Esa noche durmieron pasado Barbadillo de Herreros, «en mitad de un prado», cuando sus mejores previsiones eran descansar en las tenadas de Casa de la Sierra, situadas antes de llegar al pueblo.

No todo el camino iba a ser de color de rosa; ayer tuvieron que levantarse a las 5 de la mañana porque la zona donde montaron el corral para las cabras estaba rodeado de colmenas. «Tuvimos que madrugar más de lo habitual para pillar a las abejas dormidas y llegar a Tolbaños sin problemas», aclara Diego.Este imprevisto les hizo adelantar aún más su llegada a Tolbaños, prevista para la tarde de ayer, pero que se produjo a media mañana.

Junto a sus dos socios y al ganadero, la expedición estuvo acompañada por la hermana y la novia de Diego, así como el presidente de la fundación Oxígeno, Roberto Lozano. Serrano valora que «la gente que se cruzaba con nosotros por el monte nos acompañaba trozos del camino, nos animaba y se sorprendía de que se siguiera realizando este tipo de traslados a pie». En la llegada a Pradoluengo «hubo mucha gente» y en la de Barbadillo de Herreros «la gente se quedó maravillada, más de 20 personas nos recibieron a la entrada del pueblo y nos acompañaron por las calles del municipio».

El joven emprendedor hace balance y considera que «ha sido una experiencia muy buena a nivel personal, a pesar de las broncas que surgen a lo largo del trayecto». Además, apunta que actividades como esta tienen un impacto directo sobre la sociedad rural, demostrando que los pueblos deshabitados de la zona aún ofrecen oportunidades, sobre la economía y sobre el medio ambiente, ya que han reemplazado el traslado por carretera para hacerlo «a pie, como toda la vida».