Escalas inabarcables

I.L.H. / Burgos
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El fotógrafo burgalés Javier Bravo se estrena en el CAB con 'Arquitecturas de aire', una exposición de imágenes de gran formato en las que contrasta la dimensión de los grandes edificios con los seres humanos que los habitan

Qué grandes no solo son, sino también parecen algunos edificios! Situarse al lado del Reichtag de Berlín, el Batel de Cartagena o el British Museum de Londres nos hace sentirnos diminutos. Imponen los pasillos y espacios diáfanos del Laboral de Gijón o el MACBA de Barcelona y los pasillos interminables del Museo de Oteiza. En otros siglos eran las catedrales las que marcaban las distancias y ahora lo son, sobre todo, los centros culturales. En todos los mencionados se detiene el fotógrafo y arquitecto burgalés Javier Bravo, que retrata con su cámara esas escalas inabarcables para el ser humano, esos contrastes entre la grandiosidad de un volumen creado por el ser humano y su presencia diminuta dentro de ellos.          

Las imágenes con las que Bravo ha compuesto su primera exposición individual captan el aire que fluye entre el visitante y los techos y paredes del edificio, los grandes espacios muchas veces vacíos y la soledad de quienes los recorren en solitario. «Esa dualidad de los espacios, el contraste de las escalas en las que siempre aparece la figura humana, el contraste entre el edificio grande y la persona pequeña, esa sensación que tiene el visitante de que no puedes abarcar el edificio entero», subraya el artista. «No dejan de ser espacios llenos de aire, que es lo que queda en esa estructura inabarcable», añade el autor para quien el gran formato de las imágenes ayuda también a que respiren en el entorno elegido para ser expuestas, la planta -2 del CAB.

Arquitecturas de aire son diez fotografías de gran tamaño en las que se rinde homenaje a arquitectos como Ricardo Velázquez, Francisco Javier Sáenz de Oiza, Santiago Calatrava o Norman Foster y al papel que los edificios tienen dentro de nuestra cultura: «Me gustaría poner en valor los espacios y a quienes los han hecho posible, como por ejemplo al arquitecto Oiza, encargado de realizar el Museo de Oteiza -al que el artista dedica una serie-, o al estudio Selgascano, responsables del Batel de Cartagena, que para mí es el mejor estudio de arquitectura de España».

Arquitecto de profesión y fotógrafo autodidacta, Javier Bravo (Burgos, 1988) expone su obra en el mismo espacio en el que ha mostrado sus imágenes José Manuel Ballester, una de sus referencias en el mundo de la fotografía, o Jaume Plensa, escultor al que el joven burgalés también admira. «Mi padre decía cuando se inauguró el CAB, ‘ojalá expongas aquí un día’, y mira, al final ha sonado la flauta. Es un orgullo y un privilegio», sentencia.

Con proyectos vinculados a su ciudad natal -está trabajando en una serie con espacios menos conocidos que tienen una función y valor cultural como un local de ensayo-, Bravo compagina su afición por la fotografía con el trabajo en un estudio de arquitectura de Madrid y la realización reportajes de edificios para varias publicaciones.

Arquitecturas de aire responde al compromiso del CAB de ofrecer una «mirada constante» a los artistas jóvenes y abierta «a los que son profetas en otras tierras y estando más lejos no se prodigan en casa o se estrenan aquí», tal y como ayer recordó Óscar Martínez, responsable de la actividad cultural de la Fundación Caja de Burgos.

La exposición que habla de vidrios, hormigones y piedras, luces y ventanas, vacíos y volúmenes podrá visitarse en el CAB hasta el próximo 20 de septiembre.