El artista burgalés Bruno Cuevas ha terminado, de forma definitiva, su obra ‘La Puerta de la Sierra’, como ha bautizado a las puertas que ha realizado para la iglesia de San Cristóbal de Quintanar de la Sierra. La obra está elaborada con la difícil técnica del cobre batido y en ella ha utilizado elementos clásicos y modernos que dan un espectacular resultado a este trabajo, inspirado en la naturaleza y en otros aspectos relacionados con la localidad.  

La puerta, de más de tres metros de alto y dos de ancho, tiene en su parte superior una arcada de estilo moderno y para cuyo diseño Cuevas se ha inspirado en la corteza de los pinos cuando ya está seca. Dentro de ella, según explica el autor, se representa parte de la vida de Jesucristo a través de dos discípulos, que recogen, justo a su rosto, una serie de espirales con tendencia modernista.

Respecto a las hojas de la puerta, cada una de ellas muestra escenas diferentes. En la parte superior izquierda se puede apreciar el momento en el que el ángel anuncia a los pastores el nacimiento del Niño Jesús, mientras que en el centro de esta parte aparece en relieve el pórtico de la iglesia de Quintanar y gente entrando en ella. En el lado superior derecho se pueden distinguir a los tres Reyes Magos junto a la Virgen, San José y el Niño Jesús desde una perspectiva moderna, según explica el propio Cuevas, que destaca al San Cristóbal que aparece en el centro de esta parte, cruzando el río con el niño a hombros.

De la obra también destaca el tirador, a modo de ramajes, igual que la parte central de la puerta, donde sobresale la cara de Jesucristo rodeados de ramas. Igualmente, son de bella factura, el resto de cenefas y elementos decorativos que completan esta bonita puerta que se encargó al artista y cuya instalación ya ha concluido.

Bruno Cuevas es uno de los artistas burgalesas más prestigiosos a nivel internacional y que en la actualidad está inmerso en un importante proyecto. También llevan su firma La Castañera, situada entre en la confluencia del Puente de Santa María y el Paseo del Espolón de la capital burgalesa y el dinosaurio de Salas de los Infantes, ubicado en la N-234.