Bambalúa alborota el gallinero de la historia

R.P.B. / Burgos
-

La compañía burgalesa recurre a la comedia, el drama y el teatro del absurdo para narrar con talento e inteligencia la invasión napoleónica. Kikiripum! se pone en escena otra vez hoy

Kikiripum! es una obra plena de ingenio, una aleogría ‘animal’ sobre la invasión napoleónica. - Foto: Christian Castrillo

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿La libertad o el absolutismo? Salen los actores de Bambalúa a la puerta del castillo portando faroles que proyectan una luz macilenta, como apariciones fantasmagóricas, y guían al público al interior de la barbacana y lo colocan frente a un escenario que se convierte en una granja, en la representación alegórica de una Francia en la que gobiernan, con mano dura, Sus Majestades el gallo y la gallina, opresores del resto de animales. Hay bailes divertidos, suena una música alegre. Pero entra en escena el zorro, portador de ideas de libertad, igualdad y fraternidad que les inocula a todos el virus de la insurrección: adiós a los reyes. Caput. Liberté.

Pero hete aquí que a las bestias les atrapa la melancolía: se habían acostumbrado a ser mandadas y añoran aquellos tiempos. Es entonces que el pollito se convierte en emperador, en el gallo Napoleón, faro de su destino, que no tarda en querer ampliar el gallinero y se fija en el del vecino, español por más señas.  Le petit cabrón se lanza a su conquista... Suena la Marsellesa. Y el Cocoguagua... Las luciérnagas encienden el suelo. Las estrellas, el cielo. Sopla airecillo en la oscuridad de la fortaleza. La función avanza. La ciudad se difumina abajo, como un animal luminoso que estuvise aletargado.

Cambio de escenario.Entre las ruinas del castillo, unos peripatéticos soldados españolitos, revestidos con máscaras blancas que mueven a la hilaridad del público, gesticulan muertos de miedo mientras tratan de contener las embestidas del francés. Pobres, mal preparados, aterrados, se enfrentan a la ambiciosa bestia gabacha. De nuevo cambia el escenario; ahora otras ruinas cobijan el encuentro de un francés y un español, que se hermanan y reflexionan sobre lo absurdo de la guerra mientras unos seres deformes, heraldos de la muerte, se burlan de ellos porque saben cuál será su final. «Hicimos mal matándonos -se dicen, muertos ya-. Perdimos el corazón y se murió la verdad».

Gallináceo trono

Cae la noche y la ciudad se enciende por completo. La oscuridad reina en el castillo. Avanza la obra. Ahora se escenifica el corral español. Dos gallinas, tan ambiciosas como cobardes, se disputan el trono español. Ambas quieren coronarse -Carlos IV y Fernando VII-, que si tú, que si yo... La interpretación gallinácea de los actores es sublime y está llena de humor. Pero irrumpe el gallo francés y ambos huyen de miedo: la corona es para los Bonaparte... Nuevo escenario, sobre el muro de otra almena. Es el instante más dramático de la obra: tres personajes, tres monólogos brillantes: el guerrillero patriota; el afrancesado que es capaz de sacar lo mejor de la ocupación: la limpieza de las calles, el diseño de los parques, la creación de un cementerio extramuros... La grandeu, en resumen. Y ella: fantástica, soberbia la actriz Cristina Salces en el papel de la mujer humillada, violada, sometida... Puro drama. Pura tragedia. Teatro con aroma clásico. Puro teatro.

Penúltima escena: suena una canción de amor entre dos soldados, como anticipando un romántico desenlace. Se acerca el fin. Se regresa al gallinero en el que todo empezó: el gallo Napoleón es informado de que los levantiscos españoles les están comiendo el terreno. Que les están empujando.Que avanzan ganando batallas. Que adiós. Au revoir, gabachos. Disgusto del emperador franchute. Rabia y resignación. Pataleta al canto.

El telón es la noche que ha caído sobre el castillo que fuera volado en la huida de las tropas francesas. El público aplaude a rabiar. Los actores saludan. Suena la música. Al rato el silencio conquista la noche.Cuando Carmen cierra las puertas del castillo se quedan solas las estrellas y las luciérnagas, testigos de excepción de una obra de teatro inolvidable.

*Kikiripum! Bambalúa Teatro. Esta noche, a las 22,00 horas, en el Castillo. 5 euros la entrada.Otras fechas: 7, 8, 9, 14, 15, 16, 21, 22, 23, 28, 29, 30 de agosto. 5, 6, 12 y 13 de septiembre.