La diócesis se suma a la campaña contra las 'devoluciones en caliente'

Angélica González / Burgos
-

La Mesa de Pastoral con Inmigrantes de Burgos forma parte del grupo de 130 ONG que han pedido al Gobierno que no vulnere los derechos de las personas provenientes de Marruecos que pisan suelo español

El primer acto vinculado a la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado fue un ‘círculo de silencio’. - Foto: Ángel Ayala

La Mesa de Pastoral con Inmigrantes de Burgos forma parte del grupo de 130 organizaciones no gubernamentales de todo el país que están llevando a cabo una campaña para evitar que se legalicen las denominadas ‘devoluciones en caliente’ como las que se están produciendo en la frontera con Marruecos, es decir, que las fuerzas de seguridad del Estado puedan hacer volver a ese país a las personas que han pisado ya suelo español. El responsable de la Mesa, José Luis Lastra, recordó ayer que «todos los derechos humanos tienen que respetarse también en las fronteras».

Estas entidades están llevando a cabo distintas acciones para evitar que se cambie la norma pero con poco éxito hasta ahora pues el pasado 11 de diciembre se aprobó en el Congreso. Actualmente se encuentra en el Senado. Se trata de modificar la Ley de Extranjería para que se  permita entregar a Marruecos sobre la marcha a cuantos inmigrantes sean interceptados en el salto de las vallas sin que medie ningún procedimiento administrativo.

Lastra recordó, en este sentido,  que el lema de la Jornada Mundial del Inmigrante y del Refugiado, que tiene lugar este próximo domingo,  ‘Una Iglesia sin fronteras, Madre de todos», ha sido elegido personalmente por el Papa Francisco y  que es «una frase que ya utilizó hace más de un año en su exhortación Evangelii Gaudium».

Por otro lado, precisó que en Burgos sigue bajando el número de personas extranjeras «aunque bastante menos que en años anteriores». Según los datos que facilitó, hasta el pasado 2 de enero y desde enero de 2014 se habían marchado de las principales ciudades de la provincia (Burgos, Aranda y Miranda) 1.170 inmigrantes empadronados. La situación actual, pues, es que Burgos acoge a unos 27.000 extranjeros, que supone algo más del 7% de la población. Esta caída, a su juicio, «se compensa en parte» con el número de nacionalizaciones, que es cada vez más alto: «Hasta el año 2012 se nacionalizaban mayoritariamente personas procedentes de América Latina pero ahora lo hacen más los marroquíes porque hay muchas personas que llevan más de diez años en Burgos».

 En cualquier caso, se trata de un colectivo que sigue siendo fuertemente golpeado por la crisis económica «porque no desciende el número de parados» y en el que  existe una gran movilidad: «Hay gente que se va pero no se desempadrona porque tiene intención de volver; familias en las que se va algún miembro pero no todos... Es un momento confuso y revuelto que no sabemos hacia adonde nos llevará aunque intuyo que bastante de estas personas volverán, sobre todo las que tienen nacionalidad española y permiso de trabajo de larga duración».

«Ninguna violencia en nombre de Dios»

El primer acto vinculado a la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado fue un ‘círculo de silencio’. Se trata de un gesto simbólico que se realiza periódicamente para reivindicar los derechos de las personas inmigrantes pero que en esta ocasión se quiso aprovechar para condenar los atentados de Francia: «Ninguna violencia puede ser ejercida en nombre de nada y menos en nombre de una religión y de Dios», dijo José Luis Lastra, coordinador de la Pastoral con Inmigrantes.