El PP, dispuesto a abrir el cuarto distrito para los barrios periféricos

H. Jiménez - A. Ramos / Burgos
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El equipo de Gobierno podría ampliar el número previsto tras la petición de los implicados y destaca que buscará «un consenso amplio» entre el resto de grupos

El nuevo equipo de Gobierno está dispuesto a reabrir el melón de los distritos. Javier Lacalle y su anterior concejala de Participación, María José Abajo, presentaron a principios de abril un mapa con la nueva organización territorial municipal, dieron cifras, expusieron los cambios y dieron por hecho que aquello pasaría por el Pleno del mes de abril para su aprobación inicial.

Luego habría que hacer una exposición pública, aplicar los retoques definitivos, y sus cálculos pasaban por que a finales de año la nueva Corporación pusiera en marcha esta concepción ‘revolucionaria’ por el reparto de financiación y competencias. Sin embargo, aquello no pasó por el Pleno de abril, ni tampoco por el de mayo, llegaron las elecciones y borrón y cuenta nueva.

María José Abajo ya no está, ha sido la vicealcaldesa Gema Conde la que ha tomado las riendas de Participación y con los nuevos tiempos el discurso precipitado de los meses anteriores a los comicios ha vuelto a relajarse. Ahora ya no hay prisa, Conde no quiere marcarse plazos y la nueva consigna es «consenso» con el resto de grupos políticos.

La edil del Partido Popular explica que, tal y como ya avanzaron durante la campaña electoral, su grupo no tiene una «postura inamovible». Consciente de que en abril dejaron preparada una estructura con tres distritos (dos al norte del Arlanzón, separados por la avenida de Cantabria, y un único distrito al sur del río), Conde abre la puerta a modificaciones porque «es un tema lo suficientemente importante como para buscar un acuerdo de todos los grupos».

A la espera de esas conversaciones con PSOE, Imagina y Ciudadanos, una de las cuestiones que el equipo de Gobierno tiene asumida es la posibilidad de crear un cuarto distrito que agrupe a los barrios periféricos. Fueron ellos mismos los que plantearon que Villatoro, Villafría, Cótar, La Ventilla, Cortes, Villalonquéjar o Villagonzalo Arenas tienen una serie de problemas comunes como el transporte, la asistencia médica o la cobertura de servicios sociales que no tiene el resto de barrios de la ciudad y que merecería un trato diferenciado.

Precisamente cuando en la pasada legislatura se abrió una consulta on line a través de la página Ciudadanos Conectados de la Escuela de Participación Ciudadana la reclamación del cuarto distrito fue la que concitó un mayor número de votos (hasta el 64%) de los emitidos en esa web.

«Creo que es bueno tenerlo en cuenta y lo haremos», dice ahora la vicealcaldesa, pero siempre basándose en lo que ella llama «un consenso amplio». ¿Significa esto que debería ser por unanimidad? No necesariamente, pero al menos sí entre varios de los cuatro grupos políticos presentes en la Corporación recién estrenada.

Un nuevo rol vecinal

Junto con el número de distritos, la compleja puesta en práctica de la descentralización de servicios que estos conllevan también deberá ser objeto de una larga negociación primero política y luego administrativa, pues sus implicaciones afectan tanto al organigrama municipal como a los trabajadores que al fin y al cabo tendrán que ocuparse de los distritos e incluso a las asociaciones vecinales y consejos, que a partir de ahora asumirán un nuevo rol cuyo detalle se desconoce.

«Por el acuerdo que hemos tenido con otros grupos crearemos una comisión de transparencia y participación ciudadana, y ahí tendremos que ver hasta dónde puede llegar la descentralización administrativa no solo como voluntad política sino que habrá que hacer una cuantificación económica», comenta Gema Conde, quien pone un ejemplo: «Abrir una oficina tributaria en Gamonal, o como se determine esa nueva área territorial, requerirá de personal y eso supone dinero a fin de cuentas. Todo esto aún está verde y tendremos que hablarlo entre todos para definir claramente hasta dónde se quiere llegar en la descentralización».

El Partido Popular ya no quiere ponerse plazos ni límites temporales. Todo depende de cómo avancen las conversaciones con las múltiples partes implicadas (también los sindicatos de los funcionarios) y el equipo de Gobierno recalca que esta es una «cuestión de ciudad» que en el nuevo tiempo político sin mayorías absolutas requerirá de mano izquierda. Y no solo porque varios grupos de la oposición sean de este signo político.