Pendientes de una decisión del Consejo de Ministros. Así es como están en la sociedad municipal de Aguas, cuyo Consejo está presidido por la concejala ‘popular’ Carolina Blasco, después de su última reunión, en la que se tomó acuerdo para sufragar a partes iguales el proyecto de construcción de los nuevos depósitos de Cortes y de todas las conducciones que requiere.
La sociedad estatal Acuaes costeará el otro 50%, pudiendo así iniciar el proceso para contratar los planos definitivos y adelantar un tiempo que es oro molido. De hecho, hoy se escenifica la firma de este acuerdo entre el alcalde, Javier Lacalle, y la directora general de Acuaes, Aranzazu Vallejo.
Esa obra tendrá un coste que rondará los 38 millones, pero el 80% está financiado con cargo de fondos europeos. Sin embargo, ese equilibrio económico se mantendrá siempre y cuando la última certificación de obra se emita antes del 31 de diciembre de 2015. Todo lo que se invierta a partir de entonces irá al 100% contra las arcas de la ciudad.
Otro de los problemas que resta solventar es el vinculado a la expropiación de los terrenos por los que discurrirán las redes que conecten la Potabilizadora de Arlanzón con los futuros depósitos. Al afectar a varios términos municipales, el Ayuntamiento no puede acometer ese proceso, motivo por el que se espera la declaración del interés general de la obra por parte del Consejo de Ministros. A partir de entonces, será Acuaes quien se encargue de todo el proceso de expropiación, contratación y ejecución de las obras.
Mientras, Aguas gana tiempo acelerando la redacción de un proyecto (costará 100.000 euros) que, en realidad, es una adaptación del que hizo en su momento la Junta de Castilla y León.
Estratégico
Pero la importancia de esta obra trasciende a la que tiene por sí misma una inversión millonaria. Tal y como quedó reflejado en el protocolo de colaboración suscrito entre el Ayuntamiento, Acuaes y Aguas de Burgos, la capacidad total de la red de depósitos de Burgos (cerro de San Miguel, Villalonquéjar y Villatoro) es de 67.000 metros cúbicos, «equivalente a medio día de suministro en periodo de máximo consumo y claramente insuficiente para garantizar un suministro aceptable de conformidad con las Directivas europeas en la materia».
En el mismo documento se destaca que las únicas tomas existentes tienen 40 años y «presentan multitud de averías, siendo relativamente precaria la garantía de suministro». Por eso se plantea, además de los depósitos propiamente dichos, la construcción de una nueva conducción, algo que aparte de blindar el suministro capitalino mejoraría sensiblemente el del alfoz de Burgos. Cuatro núcleos urbanos (Ibeas, San Millán, Castrillo y Cardeñajimeno) se conectarían a esa nueva conducción principal.