15 pueblos están a más de 30 minutos de Briviesca, en contra de la ley sanitaria

M. José Fernández / Briviesca
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Incumplimiento. La legislación dice que los puntos de atención médica deben estar a un máximo de media hora. Los núcleos burebanos afectados recurrirán.

Entrada a Cantabrana donde ya se señaliza que el acceso debe hacerse con prudencia. - Foto: M.J.F.

El exitoso caso de la localidad manchega de Tembleque, que ha conseguido paralizar judicialmente la supresión de las guardias médicas nocturnas, ha animado a los 26 pueblos que dependen sanitariamente del centro médico de Oña a plantearse la interposición de  un recurso conjunto contra el recorte sanitario aplicado en esta zona por la Junta de Castilla y León el pasado 1 de octubre. El argumento principal será que más de la mitad de las poblaciones afectadas se encuentran a más de 30 minutos de distancia hasta el centro salud de Briviesca, que es ahora el único punto de toda la comarca donde se presta el servicio de guardias nocturnas. «La Junta está incumpliendo su propia normativa en lo que a distancias se refiere», denuncia el alcalde oniense, Arturo Pérez.

Para meter más presión a la administración autonómica, los siete ayuntamientos en los que se agrupan los 26 pueblos (Oña, Poza de la Sal,Salas de Bureba, Cantabrana, Rucandio, Aguas Cándidas y Padrones de Bureba) han confeccionado un calendario de concentraciones frente al centro médico oniense para los primeros sábados de mes «hasta que la Junta dé marcha atrás». La primera movilización se realiza mañana sábado a las 13 horas.

Entre los vecinos de la zona, hay indignación y mucha preocupación. Especialmente entre los que residen en las zonas más alejadas de Briviesca que se temen lo peor. «Si una noche tenemos una urgencia médica, mientras llamamos al médico y viene por estas carreteras tercermundistas, el problema se puede agravar mucho y no hay que olvidar que la población de esta zona es gente muy mayor y que en muchos casos no tiene coche para desplazarse por sus propios medios; va a ser un desastre», apuntan varios vecinos de las pueblos más altos del Valle de Caderechas. En invierno, residen en toda la zona que ahora se ve afectada por el recorte sanitario unas 1.800 personas y en verano más de 5.000.   

Las guardias médicas nocturnas desaparecieron de Oña hace cuatro meses. «Fue un lunes y nos enteramos del recorte el viernes anterior a las dos de la tarde mediante un fax», critica el alcalde oniense Arturo Pérez quien anima a toda la comarca a asistir mañana a la concentración convocada. Al acto, acudirán los alcaldes de las localidades perjudicadas por la nueva medida. Todos ellos mantienen una postura unánime frente al recorte y vaticinan muchos problemas si la Junta no da marcha atrás y restablece las guardias médicas en Oña. José Antonio Martínez alcalde de Rucandio, critica el recorte porque atenta contra un servicio básico y recuerda la avanzada edad de la población de la zona, con lo que ello conlleva. «Desde ninguna de mis juntas vecinales se llega a Briviesca en 30 minutos», asegura. En relación con las movilizaciones convocadas para los primeros sábados de mes, señala que «había sido mejor haberlas hecho incluso antes para evitar el recorte porque mucho nos tememos que va a haber casos preocupantes». La alcaldesa de Cantabrana, Consuelo García, califica de «injusto» el recorte y se pregunta qué cifra concreta se ahorra la administración con el asunto de las guardias de Oña. «Nunca hemos oído nada de esa cifra y muchos creemos que antes hay que recortar de otras cosas». Además, esta regidora sostiene que la medida aplicada por la Junta de Castilla y León impedirá nuevos asentamientos en el mundo rural porque «la gente que quiera venir, lo primero que preguntará es qué servicios hay». Rubén Saiz, alcalde de Salas de Bureba, afirma que la supresión de las guardias es «un golpe» contra los habitantes rurales que  cada son más mayores y disponen de menos medios.  Miguel Ángel García, alcalde de Padrones de Bureba, está convencido de que los recortes sanitarios «perpetrados» por el Gobierno pretenden «mandar al carajo» al mundo rural «y todo va encadenado: la supresión de servicios médicos, de las pedanías...» apunta. Este alcalde hace especial hincapié en las malas carreteras que existen en la zona. «Desde Padrones a Oña hay 17 minutos y desde Padrones a Briviesca, 43 minutos, así que imagínese las consecuencias que puede tener este asunto en un enfermo de urgencia», apunta.

El alcalde de Poza de la Sal, José Tomás López, señala que se solidariza con los habitantes del Valle de Caderechas porque cree que son los más perjudicados y pide que el centro de salud de Briviesca, que también atiende los accidentes de tráfico en la N-I y la AP-1, que se refuerce con UVI móvil.