«Se puede vivir de la danza»

C.M.
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La primera bailarina del Ballet Nacional de España, Jessica de Diego, inauguró ayer el nuevo curso de la Escuela Profesional de Danza • Animó a sus alumnos a seguir esforzándose para cumplir con su vocación artística

La bailarina, cuyo padre es burgalés, en el momento de entrar al centro educativo. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Dedicarse a la danza supone muchos años de estudio, disciplina, esfuerzo, sacrificio y superación, pero merece la pena al ser una profesión muy vocacional. La primera bailarina del Ballet Nacional de España, Jessica de Diego, transmitió ayer esta reflexión a los alumnos de la Escuela Profesional de Danza de Burgos durante la inauguración del nuevo curso 2012-2013 y les animó a hacer realizar su sueño.

Durante su intervención contó sus comienzos en el mundo del baile, detalló su trayectoria profesional para que sirva de aliciente a las nuevas promesas y animó a los padres a que apoyen a su hijos si deciden orientar sus pasos hacia este mundo. «Bailar es realmente es un arte con el que se nace. Si un niño o una niña lo lleva en la sangre debe venir a una escuela como la de Burgos porque lo más bonito que te puede pasar en la vida es dedicarte a lo que te gusta. En mi caso me encantaba bailar y mi madre no me puso ningún problema mientras llevara bien los estudios. Yo no sabía qué repercusión iba a tener el baile en mi vida, pero me ha enseñado valores como disciplina, esfuerzo, trabajo y superación», indicó al auditorio.

Jessica de Diego se congratuló de la existencia de escuelas de danza como la de Burgos (su padre es de Santa Cruz de la Salceda) porque permite formar en igualdad de oportunidades. «Esta escuela es fantástica. Burgos como cualquier capital debe tener su conservatorio porque puede haber jóvenes que tengan cualidades para ser grandes bailarines y merecen tener su oportunidad», añadió la bailarina.

recomendaciones. En este sentido, recomendó a los alumnos que sigan en todo momento los consejos de sus profesores, que participen en concursos y continúen formándose. «Deben pedir consejo a sus maestros en todo momento, que son los que mejor les pueden guiar en su futura carrera profesional. En mi opinión, los maestros son lo más importante para un bailarín. También es interesante participar en concursos y presentarse a pruebas porque dan prestigio, tanto a la escuela como a los propios bailarines», subrayó.

Jessica de Diego (Madrid, 1982) se incorporó al Ballet Nacional en 2002, en 2005 ascendió a la categoría de solista y en 2010, a la de primera bailarina. Los recortes también han llegado a esta compañía al depender del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pero esta bailarina prefiere hacer frente a las adversidades. «Aunque somos personal laboral, los recortes nos afectan como a cualquier funcionario. Nos han quitado la paga de Navidad y reducido las horas extras, pero es un trabajo como otro cualquiera y hay que seguir trabajando porque se puede vivir de la danza».

El Ballet Nacional presentará del 25 de octubre al 24 de noviembre en el Teatro de la Zarzuela su nuevo repertorio con las obras: El paso a cuatro, de Antonio Ruiz Soler; Farruca, de Juan Quintero; una jota que coreografiará Pilar Azorín, y Medea, de Granero, Sanlúcar y Narros.

La Escuela de Danza de Burgos inicia el curso con 189 alumnos al haberse incorporado una docena más en septiembre. Su director, Juan Carlos Santamaría, lamentó la reducción del número de pianistas por los recortes. «El centro no tiene marcha atrás, aunque ahora tendrá que caminar a una velocidad más pausada».