A ritmo de inspiración divina

M.C.SÁNCHEZ (SPC)
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La banda de música tradicional Manantial Folk rinde su particular tributo al legado de Santa Teresa de Jesús en 'La luz de la palabra'

 
Para los antiguos griegos, cuando un hombre lograba la inspiración alcanzaba un estado de éxtasis o locura poética que era capaz de transportarlo más allá de su mente, dejándolo en condiciones de percibir los pensamientos de los propios dioses. Una especie de catarsis o furor divino que, decenas de siglos después, Santa Teresa de Jesús recuperó para marcar la cumbre de la mística cristiana. Este año, en plena conmemoración de los cinco siglos del nacimiento de la abulense, considerada una de las grandes maestras de la vida espiritual en la Historia de la Iglesia, las musas celestiales vuelven a estar de su lado. Así, su valioso legado poético cobra vida de nuevo, pero esta vez en forma de melodía, gracias al particular tributo que rinde a su obra el grupo de música tradicional Manantial Folk.
Procedente del mismísimo corazón de la Sierra de Gredos, la veterana banda, que cuenta con más de dos décadas de trayectoria a sus espaldas, acaba de publicar su vigesimoscuarto trabajo. De esta forma, bajo el evocador título de La luz de la palabra, pone ritmo a dos de los poemas más conocidos de la religiosa -Vivo sin vivir en mí y Oh hermosura que excedéis-, así como a otras ocho composiciones firmadas por creadores contemporáneos del más alto nivel: Los amores del agua, de José Pulido; Del límite en el amor, de Clara Janés; Árbol de Santa Teresa, de Carlos Aganzo; El rumor de la llama, de Antonio Colinas; Nieve, de Rafael Morales; Gorrión, de Claudio Rodríguez.
Con una presentación cuidada al extremo y en formato disco-libro, este álbum recupera también el Sefarad, del desaparecido Santiago Castelo, además de incorporar el poema Llama oscura de José María Muñóz Quirós. Este último, colaborador habitual de Manantial Folk en calidad de asesor literario, fue quien propuso el proyecto al grupo, que aglutina miembros tanto de la localidad abulense de Candeleda como de la cacereña de Madrigal de la Vera.
«La idea fue hacer del legado de Santa Teresa, en el año en el que se cumplen cinco siglos de su nacimiento, el eje conductor del álbum. Un trabajo fundamentado en la música tradicional y los ritmos autóctonos, obtenidos de los instrumentos propios de la Sierra Gredos», tal y como relata uno de los integrantes de la banda, Ángel Tirado. El resultado es un disco cargado de canciones de cariz pausado, alejadas de las rondeñas o las jotas serranas tan características de Manatial Folk, pensadas para ser escuchadas con tranquilidad, buscando alcanzar ese súmmum de le reflexión interior que elevó a la religiosa abulense a la cima del misticismo religioso. 
Además de la parte estrictamente musical, en la Luz de la palabra el oyente encontrará un libro que recoge todas las composiciones, comentadas en algunos casos por sus propios autores, además de varios artículos que analizan la trayectoria de Santa Teresa de Jesús en profundidad, como el que firma quien fuera director de la Real Academia de la Lengua Española, Victor García de la Concha.
 
INSTRUMENTOS SINGULARES. Junto a los ritmos que acompañan a los poemas, los grandes protagonistas de este trabajo son los instrumentos musicales empleados en cada una de las canciones. Elementos muy singulares como el laúd, la guitarra y el rabel de una sola cuerda, similar al que empleaban los pastores para amenizar el final de sus largas y duras jornadas de campo, al calor de una lumbre. 
«El resultado creemos que es muy interesante pues, normalmente, a la Santa se la ha rendido homenaje de una manera mucho más clásica, mediante grandes amenizaciones corales. Nuestros ritmos populares no tienen nada que ver con ello, pero pensamos que pueden ser mucho más próximos a su esencia espiritual, fundamentalmente alegre y sencilla, que los anteriores. De hecho, nos consta que ella misma tocaba alguno de esos instrumentos, lo cual avala esta teoría», asegura Tirado. 
Poner música a los versos que un autor redacta para ser leídos y no cantados es, en cualquier caso, una labor compleja que, como reconoce el portavoz de la banda abulense, les ha dado más de un quebradero de cabeza, por la falta, por ejemplo, de un estribillo que se repita. Sin embargo, ellos se muestran orgullosos de su último trabajo, que viene a consolidar la trayectoria de un grupo que ofrece mucho más que canciones a sus seguidores. Y es que, Manantial Folk es también el responsable de la publicación de dos cancioneros que recuperan centenares de piezas populares, en su firme compromiso con los sonidos de su tierra. Un afán del que siempre han hecho patria, llevando los ricos y variados ritmos de los pueblos de la Sierra de Gredos por toda España e, incluso, más allá de las fronteras patrias, como ocurrió con su aclamada participación en el Festival Europeo de Villancicos.
El álbum, financiado por la Diputación de Ávila, se está dando a conocer desde el pasado marzo, y así seguirá siendo durante todo el verano, gracias a una gira de presentación, que comparte el nombre del disco, y que llevará su esencia tradicional a largo de toda la geografía castellana y extremeña. Un espectáculo que se suma a Los sonidos del tiempo, la propuesta habitual sobre el escenario que suele desarrollar el grupo abulense.