El indepediente Marín arrebata la Alcaldía al PP después de 37 días

J.A. de Hoyos / Villagalijo
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La moción de censura contra el alcalde popular José María Espinosa Benito, interpuesta por los dos concejales de la AIV, la lista más votada en los comicios del 24-M, salió adelante

 
Dos alcaldes en menos de dos meses. Gracias a la moción de censura, aprobada con dos votos contra uno, Luis Lorenzo Marín se ha hecho con la Alcaldía de Villagalijo, sustituyendo a José María Espinosa Benito que lo era desde el pleno constituyente del pasado 13 de junio al ser el candidato más votado  de forma individual, aunque como partidos, lo fuera la Agrupación Independiente. A las elecciones del pasado mes de mayo se presentaron tres listas: Agrupación Independiente de Villagalijo, con Luis Lorenzo Marín y Eugenio Espinosa Manso; el PSOE, con Emilio Espinosa, y de suplente Teodoro Espinosa González; y por el PP, José María Espinosa Benito, María Concepción Fernández Ochoa y Fernando Bartolomé Córdoba. Se elegía tres concejales en listas abiertas.
       La lista más votada, en una localidad en la que hay 23 lares abiertos, a excepción de los meses de invierno crudo y pocos más en estos días de fuerte calor, fue la encabezada por Marín, pero su compañero, Eugenio Espinosa, de viaje en la jornada de celebración del pleno constituyente, puso en bandeja la Alcaldía al PP, accediendo al sillón de primer regidor José María Espinosa Benito.
       Molestos los de la AIV, según palabras del alcalde hoy elegido, que llegó a decir que  «con esa decisión plenaria no se cumplió la voluntad del pueblo que nos ha otorgado más votos…»,  presentaron una moción de censura contra el alcalde, que se resolvió en el pleno de ayer, propiciando el cambio de alcalde. Marín afirmó ayer que la moción «está apoyada por los votos recibidos en las urnas y así se cumple la voluntad del pueblo, que la lista más votada ocupe la Alcaldía para trabajar en beneficio de todos». 
        Por su parte, el regidor destituido, manifestó que al «igual que se me otorgó legalmente la Alcaldía, la propia legalidad permite que se me retire y lo acepto; no comparto ciertos criterios y puntos de vista con mi sustituto y el tiempo quita y da razones, pero a pesar de ello estaremos apoyando su gestión en todo lo que sea razonable».
        Y así, el nuevo alcalde, por boca de la secretaria actuante, levantó una sesión plenaria corta, apenas  duró 15 minutos, y que, curiosamente, tuvo un vecino que visitaba la casa-escuela, hoy Ayuntamiento, después de 40 largos años sin contemplar su pupitre. El resto de residentes de Villagalijo esperaban sentados a la sombra, el desenlace del acto, frente a la Casa Consistorial, sin involucrarse para nada, aparentemente, con lo que allí sucedía.