Cortes quiere unas pantallas entre la A-1 y el barrio para minimizar el ruido del tráfico

C.M. / Burgos
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La instalación se haría entre los kilómetros 238,400 y 239,736 y se combinaría con una valla vegetal con diferentes especies arbóreas en todo el tramo y otra de madera en la zona central

Un camión atraviesa la circunvalación, con las casas al fondo. - Foto: Alberto Rodrigo

Los vecinos de Cortes sufren a diario los ruidos que provoca del tráfico de vehículos que circulan por la autovía A-1, en el tramoque va del peaje de Castañares hacia el nudo Landa y que toca el sur del barrio. Cansados de esta situación, han decidido solicitar al Ministerio de Fomento la instalación de vallas que minimicen los decibelios que tienen que soportar, así como el impacto visual que provocarían, mediante la plantación de setos, arbustos y árboles.

No es la primera vez que realizan una petición en este sentido pero nunca ha sido atendida. Sin embargo, ahora quieren implicar también al Ayuntamiento de Burgos para que apoye la propuesta que harán en las próximas semanas al Ministerio desde la Asociación Cortes Siglo XXI y esta tenga más fuerza. Si no contestan o la respuesta no es satisfactoria para sus intereses no descartan llevar a cabo protestas o denuncias ante los tribunales. «Queremos que el Pleno del Ayuntamiento apruebe una declaración institucional en este sentido y así tener mayor respaldo a la hora de realizar la petición a Fomento», apuntó José Luis Rubio, presidente de la asociación.

La organización vecinal convocó hace unos días a una reunión a sus vecinos para aclarar las dudas que pudieran surgir pero consideran que es una petición «justa» que mejoraría sustancialmente la calidad de vida del barrio. Los escasos asistentes a la cita votaron por unanimidad pedir las pantallas acústicas. «Pensamos que sería muy beneficioso para el barrio y los ruidos se reducirían considerablemente», añadió.

Ya en 2005 se cursó está petición con motivo de las obras del tercer carril y en 2007 se volvió a demandar a través de la Subdelegación del Gobierno. Tres años después, aprovechando la remodelación integral de la vía, se envió un escrito al Ministerio de Fomento en el mismo sentido pero acompañado de un proyecto de fin de carrera de dos alumnos de la Universidad de Burgos, Francisco José Lucio y Alba Martínez, que justificaba la instalación de «una barrera acústica vegetal y artificial en la A-1 a su paso por Cortes» debido a que el nivel de ruido es muy superior al permitido y, de paso, proponían atenuar el impacto visual que producen los depósitos de la empresa CLH, visibles desde cualquier punto.

Las mediciones, que se realizaron en días laborables en el barrio de Cortes, superaron en todo momento los 55 decibelios, el máximo permitido. Se considera que un ruido inferior a los 35 no produce efectos molestos; entre 36 y 65 puede perturbar el sueño y el descanso, y de 66 a 85 provoca fatiga y otros efectos psíquicos. Las medias recogidas en un día laborable normal se situaron entre los 60,6 y los 71 decibelios, dándose niveles máximos en algunos casos de hasta 95,8 y, por lo tanto, perjudiciales para los residentes en el barrio, especialmente los más próximo a la vía.

La solución planteada consiste en instalar una barrera acústica mixta, es decir con una parte vegetal y otra artificial, para que el impacto visual no sea desagradable para los vecinos de Cortes. La vegetal se dispondría a lo largo de todo el recorrido y en la parte más conflictiva se combinaría con otra artificial de madera, que puede reducir los niveles sonoros en 31 decibelios. La zona de actuación sería de 2.136,7 metros lineales, desde el punto kilométrico 238,400 al 239,736. Se calcula que por esta vía de circunavalación circulan más de 9 millones de vehículos al año.

La pantalla de vegetación propuesta en el estudio tendrá un fondo variable de al menos 10 metros y con árboles altos para que el ruido sea absorbido y también para que tenga un efecto psicológico al proteger la visión a los habitantes de la visión permanente de los vehículos en circulación.

Según el estudio realizado por los alumnos de la UBU, se espera reducir a 35 y 40 decibelios los 65 que llegan ahora a las viviendas de Cortes, lo que situaría el ruido en niveles no perjudiciales, debido a que los paneles reducen los niveles de 10 a 15 decibelios en la zona de sombra.