Cerrarán parte de la Plaza Mayor y los vecinos no podrán asomarse al balcón

Á.M. / I.E. / Burgos
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El Ayuntamiento amplía el perímetro de seguridad tras el accidente registrado el año pasado. Ha pegado carteles en los portales situados en un radio de 120 metros desde el río para informar de que no deben salir de sus casas

Tras el accidente que causó 24 heridos la noche del 30 de junio de 2014 durante la sesión de los fuegos artificiales el Ayuntamiento extremará este año las medidas de protección de los espectadores y de los vecinos que viven dentro del radio de seguridad de 120 metros que marca la ubicación de los artefactos. Hoy habrá una parte sensible de la Plaza Mayor que estará cerrada a los ciudadanos. ¿Por qué? Pues porque hay una superficie de aproximadamente 2.000 metros cuadrados que debe ser acotada para cumplir con la distancia obligada por el Reglamento de Artículos Pirotécnicos y de Cartuchería. Esta precaución no se respetó en años anteriores, aunque ayer el concejal responsable del IMC, Fernando Gómez, daba otra explicación. La ampliación de la zona protegida se debe a que «los artefactos están más separados en el punto de lanzamiento, lo que ha obligado a extender el perímetro en dirección al Espolón y hacia la calle Valladolid, no así hacia los puentes».

Esta modificación del plan de seguridad municipal afectará a la terraza de la cafetería Casino, que habrá de permanecer cerrada durante el tiempo que dure la tirada, es decir entre las 23,25 y las 23,45 horas. También habrán de echar el cierre dos casetas situadas en la Plaza Mayor. El Paseo del Espolón, como otros años, también será cerrado a los transeúntes y las terrazas dejarán de funcionar. El plan de seguridad no solo repercute en el negocio de la hostelería. El Ayuntamiento ha colgado carteles en los portales situados en la zona de influencia de los fuegos -los edificios situados en el radio de 120 metros- para advertir a los inquilinos de que no pueden abrir las ventanas ni asomarse a los balcones para contemplar el espectáculo, si bien Gómez señala que esta advertencia ya data de otros Sampedros.

Asimismo, para evitar que los fuegos salgan desviados como consecuencia de la caída o el movimiento de otros artefactos el Ayuntamiento ha decidido ampliar la separación entre las carcasas. Además, éstas estarán ancladas a unos soportes metálicos con el fin de impedir que se caigan, dado que el firme de la ribera del Arlanzón es bastante irregular.

La labor de establecer responsabilidades en el accidente pirotécnica que causó 24 heridos la noche del 30 de junio de 2014 le corresponde al Juzgado de Instrucción 3 de Burgos pero, al margen de lo que determine la investigación, los preparativos para las sesiones de fuegos artificiales de estos Sampedros atestiguan que el pasado año no se tomaron todas las medidas de seguridad oportunas, o al menos no tal y como las exige la normativa vigente.

Al margen de ‘anclar’ los tubos de lanzamiento al firme de las riberas del Arlanzón para evitar inclinaciones que catalicen disparos con una trayectoria poco adecuada, para esta edición se han adoptado medidas complementarias que, esta vez sí, se ajustan a lo prescrito. El suceso de 2014 se produjo en el puente de San Pablo y aún está por dirimir judicialmente cuáles eran las distancias que debieron respetarse entre la zona de lanzamiento y el lugar en el que se permitió la estancia a los espectadores heridos. Sobre eso hay varias lecturas contradictorias que son carne de sentencia judicial.

Lo que quedó fuera de toda duda es que la distancia mínima que debe respetarse entre la zona de lanzamiento de los cohetes de mayor calibre y el público es de 120 metros, y no de 96, como se puso por escrito en un informe oficial posterior al siniestro. Hoy se volverá a permitir el acceso del público a parte del puente de San Pablo, pero sí se ha cambiado el perímetro en otras zonas de la ciudad no menos frecuentadas.

Norma de 2010. Porque, independientemente de la distancia que hubiera entonces entre el área de detonación y el puente en cuestión, lo que se acredita en el plan de seguridad de 2015 es que en años anteriores no se respetó ese perímetro en lo tocante a la Plaza Mayor. Hasta entonces se cerraba la zona de seguridad en los arcos que sostienen el edificio histórico de la Casa Consistorial, tal y como se acredita en los planos del plan de seguridad aprobado entonces, dejando la Plaza totalmente transitable para el público.

A pesar de que la nueva normativa en materia pirotécnica data de 2010 y otorgaba tres años para adaptarse a ella, como mínimo se produjo este incumplimiento en los años 2013 y 2014. Ocurre que, afortunadamente, el único accidente que se ha registrado durante los espectáculos pirotécnicos se produjo en el puente de San Pablo, y por eso la atención se centró en medir las distancias entre la zona de disparo y el histórico viaducto sobre el Arlanzón, sin reparar en que, en realidad, había otras zonas en peligro.

Ese defecto en la aplicación de la norma ha sido subsanado, como se hará patente hoy para los ciudadanos que se acerquen al entorno de la Plaza Mayor.