El Registro Civil, el Mercantil y los 4 de la Propiedad se fusionarán en uno

G. Arce / Burgos
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Sede única. Los cuatro registradores radicados en la ciudad están buscando una ubicación en el centro histórico para instalarse y aglutinar toda su oferta de servicios al público, que también incluirá la propia del Registro Civil en el plazo de un añ

Los tomos y el papel desaparerán de todos los registros en breve plazo. - Foto: Luis López Araico

El Registro Mercantil y los cuatro de la Propiedad que prestan servicio a Burgos capital quedarán unificados en uno solo -previsiblemente antes de que finalice el año- que tendrá su sede en el centro de la ciudad, en un emplazamiento aún por concretar, y donde, además de los servicios propios de estas oficinas, también se incluirán los del Registro Civil, cuya gestión ha sido encomendada recientemente por el Gobierno a los registradores mercantiles.

Los cambios, que quedarán recogidos en una reglamentación que se espera para el mes de septiembre, también se dejarán notar en la provincia, donde actualmente operan diez registros de la Propiedad (el Mercantil tiene carácter uniprovincial). Así, se unificarán los servicios de Villadiego con los de Castrojeriz, los de Roa con Aranda y los de Belorado con Briviesca. El registro de Villarcayo asumirá por su parte el territorio de Valle de Mena, hasta ahora dependiente de Balmaseda (Vizcaya). Permanecen igual los de Lerma, Miranda y Salas.

Volviendo a la capital, el nuevo registro, regentado por cuatro funcionarios y una plantilla que alcanza los 50 profesionales, asumirá las competencias de Mercantil, Propiedad, Bienes Muebles y Civil.   Se ha barajado la construcción de una sede (opción descartada)y se han visitado varios edificios para encontrar el mejor emplazamiento en el centro urbano. Es un proceso que aún está abierto.

La unificación física también permitirá y obligará a una unificación de criterios a la hora calificar los documentos públicos (notariales, judiciales y administrativos) por parte de estos funcionarios, «sin merma de la independencia y responsabilidad de cada uno».

La llevanza de Registro Civil, aprobada recientemente por Real Decreto-ley, ha despertado el rechazo de este colectivo -también en Burgos-, dado que se asume una gestión sin ninguna compensación a cambio y obligando a los registradores a soportar el coste de la plataforma digital por la que se gestionará el Registro Civil.

Según explica Ramón Vicente Modesto Caballero, vicedecano del Colegio de Registradores de Castilla y León y representante de  este colectivo en Burgos, los trámites del Civil (nacimientos, matrimonios, defunciones, tutelas y representaciones legales, cambios de nombre, capitulaciones matrimoniales...) son y serán gratuitos para el ciudadano, «pero el desarrollo, implantación y mantenimiento de la plataforma informática corre a cargo nuestro».

Pese a su oposición al cambio, Modesto resalta que el mismo ha sido aprobado por unanimidad de los grupos parlamentarios y, sobre todo, que permite la desjudicialización del Registro Civil, donde primará su carácter administrativo. «Este registro consume el 15% de los recursos del Ministerio de Justicia y casi el 40% de las reclamaciones que recibe se refieren a su mal funcionamiento».

Añade que el Civil pasa de ser un registro de hechos a uno de personas, es decir, «cada persona es un registro al que podrán acceder todas las Administraciones Públicas», aunque queda por detallar el límite entre su carácter público y la intimidad de algunos datos.

Otra novedad es que, dentro de un año (según lo previsto), el apunte de un nacimiento, un matrimonio o una defunción se hará por la vía digital. Desaparecen los famosos tomos y los papeles y todo será asumido por la memoria de la plataforma informática, que el Ministerio de Justicia sacará a concurso en los próximos tres meses y que el Colegio de Registradores optará a desarrollar. «En tanto no esté totalmente implantado el sistema, los jueces de primera instancia seguirán llevando este registro», puntualiza Modesto, que reconoce que este cambio no les requerirá de más personal -pues los trámites serán electrónicos- pero sí llega en un momento en el que la actividad de los registros y sus ingresos por aranceles ha caído por la crisis. El siguiente paso, adelanta, será la desaparición del papel en todos los registros tras su total digitalización.