1.000 personas claman el cierre de Garoña en una jornada «histórica»

L. Sierra (ical) / Burgos
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Los participantes en el acto reivindicativo, entre ellos el director de Greenpeace, mostraron también su rechazo hacia la política energética del Gobierno al considerarla «insegura»

Los concentrados reclamaron el cierre de la central burgalesa y del resto de plantas. - Foto: José Marcos

Unas 1.000 personas se concentraron ayer a las puertas de la central nuclear de Santa María de Garoña (Valle de Tobalina, Burgos) para «celebrar» y exigir el cierre de la planta atómica y mostrar su contrariedad a la política nuclear del Gobierno central que consideran «insegura».

El director de Greenpeace en España, Mario Rodríguez Vargas, participó en la marcha antinuclear más numerosa de las últimas décadas para celebrar lo que organizaciones ecologistas entienden como un «claro triunfo», después que Nuclenor haya decidido no solicitar la renovación de la autorización de explotación. Rodríguez demandó el cierre de Garoña y reconoció que la decisión de la empresa ha sido recibida como una «noticia inesperada» que entienden como «un cierre patronal».

Greenpeace considera que se trata de una «buena noticia» al entender que existen «otras formas de energía». «Dos décadas después de decir que la energía nuclear es peligrosa es ahora la propia industria nuclear la que nos corrobora que eso es así», aseveró.

Muchas de las personas que salieron desde la localidad de Barcina del Barco coincidieron en señalar que «se trata de una mezcla agridulce», consciente de que «jurídica y políticamente el tema está cerrado», según puntualizó el director de Greenpeace, quien espera que «se anuncie pronto» el plan de desmantelamiento.

Por su parte, los responsables de la Coordinadora contra Garoña apelaron a que «debe cerrar el 5 de julio», atendiendo a que la central «entra ahora en una situación ilegal», que exige que esté obligada a cerrar en diez meses. En este sentido, desde la coordinadora entienden que el Ejecutivo central «ha mentido», al confirmar que Garoña es segura y barata. Ellos creen que las eléctricas «han chantajeado al Gobierno pese a que la central es una ruina técnica y económica».

Bajo consignas como «¡Garoña nunca más!» y «¡Esta central la vamos a cerrar!», cientos de personas saltaron al son de la música para festejar lo que entienden como una jornada «histórica». Por ello, no faltó un brindis para celebrar la que, para muchos, puede ser la última marcha.

funcionando al 100%. Por su parte, desde la dirección de Comunicación de Nuclenor informaron ayer en una nota de prensa que no se había registrado ningún incidente destacable y que la central estaba funcionando al 100% de potencia «produciendo electricidad para la sociedad de forma segura y fiable».

Garoña es la central más antigua y la más pequeña de España, y desde hace años una de las más mediáticas. Desde que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunciase en 2009, por orden ministerial, el cierre y desmantelamiento de la central para 2013, ha pasado de ser la central veterana a ser el caballo de batalla de organizaciones antinucleares y ecologistas y la empresa propietaria, Nuclenor.De Garoña depende el futuro de unas 1.000 familias.