Dos casos reales. Un médico rural de Soria tiene asignados a 54 pacientes, de modo que pasa dos consultas diarias de media. Y algunos  días, ninguna. En la misma provincia, pero en la capital, un compañero tiene asignadas 1.886 tarjetas sanitarias, lo que le obliga a atender cada día entre 40 y 50 enfermos. Y no es el que más pacientes tiene en la Comunidad: hay uno en Salamanca con 2.199. Esto se produce en todas las áreas de salud.

 

Estos desequilibrios han llevado a la Consejería de Sanidad a poner en marcha un plan de ordenación en los servicios de atención primaria, que ayer pasó por la Mesa Sectorial de Sanidad y que en las próximas semanas se aprobará definitivamente en el Consejo de Gobierno de la Junta. El plan desplazará finalmente a 73 médicos y a 45 enfermeras de pueblos a ciudades; una nueva cifra, que parece ya la definitiva. 

 

«No podemos mantener profesionales sin trabajo mientras otros no dan abasto», justificó el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, quien explicó que este plan persigue «reequilibrar las cargas de trabajo porque hay capacidad suficiente para adaptarnos a las nuevas necesidades».

 

En todo caso, el consejero insistió en que con los cambios, el medio rural mantendrá unas condiciones mucho más favorables que las zonas urbanas con la garantía de que las consultas se pasarán tanto tiempo y tantos días como hasta ahora. Lo que ocurre es que, en algunos casos, podría variar el horario. «Algunas consultas tendrán que empezar a las nueve», reconoció.

 

Con las nuevas cargas de trabajo, el plan está diseñado para que los tiempos de asistencia (consulta) y desplazamiento no superen el 40 por ciento de la jornada laboral, de modo que también dispongan de espacio para labores como descarga de datos informáticos, reuniones de equipo o formación.

 

El consejero de Sanidad recordó que el actual mapa sanitario de Atención Primaria lleva 25 años sin actualizar, lo que provoca los desequilibrios que se quieren atajar con esta nueva ordenación. Pueblos que han perdido habitantes frente a otros, en el entorno de las capitales que en este tiempo han visto cómo se multiplicaban por cuatro, cinco y hasta ocho veces el número de vecinos.

 

«Cuando se producen casos extremos como éste, de 54 pacientes para un médico, la culpa es de los gestores y perjudica incluso el desarrollo de la carrera profesional de médicos y enfermeras», argumentó Sáez. 

 

Cambios que se incluyen dentro del plan ya se han aplicado. El consejero de Sanidad citó el caso de la zona de Esguevillas de Esgueva (Valladolid). En los dos últimos años se han jubilado dos médicos que no se han repuesto y con la nueva distribución entre los seis que quedan pueden atender las mismas horas y los mismos días a los pueblos asignados. 

 

Al margen de los médicos y enfermeras asignados a cada zona básica de salud, Sacyl dispone de otros 540 médicos que se denominan de atención de área de salud, antes conocidos como refuerzos o sustitutos, «capaces de dar respuesta a las necesidades puntuales», aseguró Sáez. Esto es, que si un médico se pone malo, pueden sustituirle en sus consultas. Lo mismo ocurriría en el caso de necesitar refuerzos porque en verano aumente su población.

 

Los sindicatos han mostrado su desacuerdo con el plan y han criticado en la mesa sectorial los continuos cambios por lo que consideran una falta de criterio. No obstante, la Consejería de Sanidad seguirá adelante.

Los traslados se realizarán mediante un concurso voluntario y la voluntad de Sacyl es llevarlo a cabo en el menor tiempo posible.