«No se olvidan tan fácilmente una pistola y un puñal cerca de ti»

A.C. / Medina de Pomar
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José Luis Ortiz recuerda el atraco sufrido en julio a manos de una banda que la Guardia Civil ha desarticulado tras realizar nueve detenciones en Medina de Pomar, Burgos y Valladolid

A José Luis Ortiz le cuesta hablar de lo sucedido el 13 de julio. «Las he pasado canutas. No se olvida tan fácilmente ver una pistola y un puñal cerca», relata este ganadero de Las Machorras que fue maniatado y agredido por dos jóvenes encapuchados, quienes le robaron todo el dinero que tenía en casa y en su negocio. Ambos forman parte de la banda que, según la Guardia Civil, llevó a cabo cinco robos con violencia e intimidación y uno con fuerza en las cosas en Las Merindades entre mediados de mayo y aquel fatídico 13 de julio en que detuvieron su actividad delictiva en la comarca. El grupo ha sido dado por desarticulado tras nueve detenciones. Las tres primeras se produjeron en Medina y sus alrededores, después de que estrellaran su coche en la ciudad el día 13 de julio al huir de la Guardia Civil, cuatro en Burgos y dos en Valladolid. Un décimo integrante de la banda está identificado e imputado, pero huido fuera del país.

Era lunes por la mañana. En el negocio de José Luis Ortiz, que vende leche pasteurizada y productos lácteos, aún quedaba la recaudación del fin de semana. Dos jóvenes le sorprendieron en su casa y allí le maniataron. No se percataron de la presencia en la vivienda de su hijo, entonces de 17 años, y no le hicieron nada a la abuela, de 90 años, que presenció lo sucedido. Tras conseguir que la víctima les diera todo el dinero que tenía, siempre pensando en que aquella pesadilla acabara cuanto antes y en que su familia no sufriera daños, los atacantes le trasladaron al obrador, donde cogieron el dinero de la caja registradora y le dejaron encerrado con llave no sin antes asestarle un golpe con la pistola que portaban.

Fuera, pero muy cerca, estaba también su mujer que trabajaba con el ganado y no se dio cuenta de lo sucedido. Toda la peripecia se desarrolló entre las siete y media de la mañana y las ocho menos diez, pero a José Luis Ortiz esos veinte minutos le parecieron eternos. Dos semanas antes, cuatro integrantes de la misma banda, dos hombres y dos mujeres, no dudaron en atracar a punta de pistola a Arsenia, una viuda de 73 años, residente en una vivienda aislada cercana a Bárcenas y a la granja de Ortiz. Quizás esperaban encontrarla sola, pero aquel día estaba con sus nietos de solo 10 y 13 años que contemplaron atónitos como ataban a su abuela, la echaban al suelo y le daban patadas, tratando de sonsacarle el paradero de más dinero, porque el botín no les conformaba. Llegaron a su casa con la excusa de que querían un vaso de agua y aunque ella receló, en un momento se los encontró en la puerta y la empujaron logrando entrar en la vivienda.

Además de estos dos robos, la Guardia Civil atribuye al clan, que «no escatimaba en usar la violencia» otros cuatro atracos más. Uno se produjo en el Valle de Mena, otro en la empresa Gasóleos Huidobro de Medina de Pomar y dos más en la Merindad de Montija, municipio, este último, en el que había residido durante mucho tiempo el considerado «cabecilla e informador de la banda». S.S.A.G., de 43 años. Ahora residía en Burgos, donde fue detenido junto a su pareja, A.I.E.V., de 40 años. Salvo estos dos detenidos, el resto tiene edades comprendidas entre los 19 y los 25 años. A.B.R., de 22 años; A.C.B., de 24; y S.O.C., de 25, fueron detenidos en Medina tras estrellar su coche. Los otros jóvenes son Y.H.B., de 21; J.C.S.A., de 23; A.J.G., de 18; y D.J.B., de 19. En un registro en Burgos se intervino numeroso material y planos con posibles objetivos, uno de ellos en Las Merindades. Del análisis de estos objetos puede surgir el esclarecimiento de nuevos robos.