Solo después de mucho insistirle, porque confiesa no saberlo, Gregorio de la Mata, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) apunta alguna teoría de por qué cree que su departamento ha sido elegido como uno de los 25 mejores de España en el Monitor de Reputación Sanitaria, un estudio nacional que clasifica hospitales y servicios a partir de más de 2.000 encuestas realizadas a profesionales, pacientes y periodistas: «Puedo decir que hay empeño en que esto funcione; los que integramos el servicio estamos muy de acuerdo en muchas cosas y hay voluntad de hacer cada vez mejor el trabajo, de ampliar áreas y mejorar actividades. Y esto favorece que cuando alguien propone algo, los demás hacemos lo posible porque se pueda llevar a cabo».
Todo lo anterior no esconde que en Pediatría se haya recibido esta calificación «con mucha satisfacción, con orgullo pero también con sorpresa y un poco con la convicción de que las cosas se están haciendo bien». Le ha resultado gratificante, además, recibir la felicitación de colegas del propio hospital y de otras provincias de la comunidad con los que De la Mata dice no competir a pesar de que reconoce que «siempre es mejor estar entre los primeros que entre los últimos, es halagador estar bien posicionado».
Pediatría cuenta con 20 facultativos junto a los que trabaja un importante equipo de Enfermería y es el servicio del HUBU que más residentes forma, cuatro al año. Incluye una Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, otra de Cuidados Intensivos Neonatales (para los niños de menos de 28 días), un hospital de día y una escuela donde los pequeños pacientes realizan actividades docentes y lúdicas durante su ingreso. El año pasado atendió más de 10.000 consultas externas, que tiene repartidas en ocho subespecialidades (Hematooncología, Neumología, Neurología, Endocrinología, Cardiología, Gastroenterología, Nefrología y Neonatología), y contabilizó alrededor de 1.500 ingresos. Dispone, además, de urgencias pediátricas que aún no están todo lo separadas de las de adultos que Gregorio de la Mata quisiera: «Cuando llega un niño a Urgencias pasa por el triaje que aún es común con el de adultos. Nuestra intención es que algún día se pueda llevar a cabo una diferenciación y así lo hemos solicitado. Hace tiempo que la gerencia del hospital tiene un proyecto en el que se detalla que el niño en todo momento sea separado del adulto y pase por una zona diferente para evitar cualquier contacto». Conseguir este circuito estrictamente pediátrico es cuestión de incrementar el personal algo para lo cual «no parece que este sea el momento más oportuno, según nos dicen».