Fresneda de la Sierra: La esencia de La Demanda

J.J. Martín / Fresneda
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La rebosante naturaleza es su principal recurso ante el cierre progresivo de las tradicionales explotaciones ganaderas y serrerías

Luis María Monja Monja | Alcalde. Además de intentar desarrollar algunos proyectos en el municipio, en esta su primera legislatura el alcalde está implicado directamente en la conservación de servicios que ayuden a frenar la despoblación. - Foto: DB

Si alguien buscase la esencia de la Sierra de la Demanda, su raíz histórica genuina y su valor como espacio singular, pleno de naturaleza viva, uno de los pasos obligados que debiera dar, sería visitar Fresneda, ‘lugar de fresnos’, asentado sobre un verde valle, recostado a la sombra de cumbres legendarias como el Torocuervo, y cuyo perfil se dibuja por las briosas aguas del río Tirón.

En el siglo XVI, un famoso pleito que dirimió la disputa por los pastos de montaña entre Fresneda y la localidad riojana de Ezcaray dio nombre a esta tierra. La Ejecutoria Real, dada en la Audiencia de Valladolid en 1797, contempló, aunque con estrictas condiciones, la demanda de Ezcaray. El proceso tuvo tal repercusión, que la Sierra, hasta entonces llamada de San Antonio, pasó a conocerse como Sierra de la Demanda.

De la arquitectura fresnedina destaca la iglesia parroquial de la Asunción, obra con resabios góticos, y de cuyo interior sobresale la pila bautismal románica y el retablo mayor renacentista, realizado por Rodrigo de la Haya, artífice del retablo mayor de la catedral de Burgos. Por su parte, el conjunto urbano conserva el modelo de poblado medieval, con calles alineadas en paralelo, donde abunda la arquitectura en piedra y los entramados de madera. Incluso conserva algunos soportales, existiendo casonas barrocas e indianas.

En la actualidad, el reto al que se enfrenta Fresneda es mitigar la despoblación, ya que cuenta tan sólo con un centenar de vecinos. De tradicional dedicación ganadera, se ha pasado de medio centenar de pequeñas explotaciones familiares, a la racionalización del sector en sólo dos, una de ganado vacuno y otra de lanar. La madera y la caza son otros importantes recursos para el municipio, aunque el cierre en los años 70 de varias serrerías contribuyó decisivamente a la despoblación. Sin embargo, un aspecto positivo sobresale de cara al futuro: el paisaje serrano y la rebosante naturaleza, que antaño atrajera a los ermitaños franciscanos, es hoy un atractivo recurso de enorme potencial.

Entre los proyectos que próximamente se pondrán en marcha, el alcalde, Luis María Monja, señala la depuradora de aguas, que limpiará la cabecera del río Tirón. Reformar la coqueta Plaza Mayor, para lo que el ayuntamiento ya cuenta con un proyecto redactado, aunque no disponga de la liquidez suficiente, es otro de objetivos del alcalde, quien solicitará  ayudas a las administraciones provincial y regional para ejecutar este proyecto. Lo mismo sucede con el cambio del alumbrado público.

 Monja se queja amargamente de los problemas de recepción de la televisión y no comprende cómo, mientras en la vecina localidad riojana de Valgañón se ven los canales de Castilla y León, en Fresneda no. Así mismo, la Corporación municipal que encabeza Monja es uno de los pilares de la Plataforma Sierra de la Demanda, que lucha por la reposición de las guardias médicas y del facultativo suprimido en su zona.

Para el alcalde de Fresneda de la Sierra, «no es comprensible dejar abandonados a su suerte a los mayores de 80 años, personas que conservan un tesoro cultural que está desapareciendo, y que en Fresneda suponen el 65 por ciento de la población». Por último, uno de los sueños del primer edil fresnedino es que enun plazo corto de tiempo se declaren como bienes naturales protegidos tres hitos de la Sierra de la Demanda que se encuentran en su término municipal: los tejos milenarios, la Cascada de los Chapatales y la laguna glaciar de Pozo Negro.