Roban un camión, asaltan una licorera y se llevan un botín de miles de botellas

Á.M. / Burgos
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Forzaron los accesos de Casajús, en Villalonquéjar, llenaron el vehículo al máximo y se dieron a la fuga tras borrar huellas

Un camión repleto de licor embotellado en vísperas de la campaña de Navidad. El robo perpetrado ayer en Licores Casajús, empresa radicada en Villalonquéjar desde hace 40 años y próxima a cumplir su centenario, no fue un golpe amateur. Los asaltantes sustrajeron primero un vehículo estacionado en vacío en el barrio de San Pedro y San Felices con capacidad suficiente como para cargar decenas de miles de botellas. Después se dirigieron a las instalaciones de la firma, forzaron el motor de la puerta exterior y el acceso a la nave. El resto se lo tomaron con calma.

Hasta las 08.45 horas de ayer nadie supo lo que había ocurrido. A esa hora se acercó uno de los trabajadores y comprobó que «la puerta de fuera no abría (la dejaron cerrada) y la de dentro parecía estar forzada». No se equivocaba. Al acceder a la nave de almacenamiento se encontró un cuadro dantesco.

Las huellas evidenciaban que los ladrones metieron el camión hasta el fondo de las dependencias. Una vez dentro, utilizaron la maquinaria de carga para llenar el remolque, al que nutrieron fundamentalmente de «el pedido que ya teníamos preparado para enviar a un cliente este lunes», según contaba a pie de faena Carlos Casajús, uno de los hermanos propietarios de la licorera. Ese pedido ya no irá donde debía hacerlo.

Cuando tuvieron género suficiente, los asaltantes vaciaron los extintores para tratar de dificultar las labores de localización de huellas de la Policía Nacional, que ayer estuvo haciendo su trabajo durante horas en el interior de las instalaciones. Sacaron el botín, cerraron las puertas y adiós. Sí tuvieron tiempo de echar un ojo a las oficinas, «pero no han hecho destrozos», continúa Casajús, por lo que probablemente probaron suerte a encontrar algo de dinero pero sin que fuera su objetivo principal.

La investigación

La Comisaría se movilizó en la mañana de ayer para tratar de establecer el itinerario exacto seguido por los ladrones, aun sabiendo desde el minuto uno que tendrán que buscarlos lejos. Las primeras sospechas indican que el vehículo ya se encontraría fuera de la provincia de Burgos. Desde allí donde esté, el género tendría una salida fácil al mercado negro en unas fechas en las que se rellenan cientos de miles de cestas navideñas que se distribuyen por toda España.

Todo el género robado estaba embotellado (no se llevaron el licor al por mayor) y la mayoría ya iba sellado con el timbre fiscal que deben llevar todos los licores que se comercializan en el país. Para cubrirse bien en los casos en los que todavía no se había dado ese paso, los delincuentes se llevaron también sellos y material para mimetizar las botellas como si fueran género legalmente adquirido. La mayoría de lo sustraído son licores comunes (como el de hierbas), pero también hay productos muy concretos que únicamente pueden salir de Casajús, como es el caso de la crema de Burgos.

Para calcular el importe del robo hay que esperar a que Aduanas haga su trabajo. «Esto es un depósito fiscal», zanja Casajús, en referencia a que todo el género que se produce y se comercializa en Villalonquéjar es objeto de un exhaustivo control por parte de la administración competente en la materia. La licorera cumplirá 100 años en 2018 y está gobernada por la tercera generación de la familia que le da nombre. Tiene cuatro empleados y es la primera vez en su historia que sufre un robo a gran escala.