El último otoño de la chopera de La Quinta

Gadea G. Ubierna / Burgos
-

El Ayuntamiento presentará esta semana el proyecto de remodelación del tramo del parque más próximo al centro, en el que lo más destacable es que se cortarán los 'Populus'. El presupuesto es de 311.000 euros

En Medio Ambiente explican que los chopos se sustituirán por alisos, encinas, almendros, fresnos y quejigos, entre otras variedades. - Foto: Luis López Araico

Quince años han pasado desde que el difunto Valentín Niño inaugurara la malograda conversión de lo que hasta entonces había sido una chopera sin más en un jardín botánico que representara la variedad paisajística de la provincia. La de 1999 fue una remodelación que no gustó a nadie: ni al equipo de gobierno ni a los ecologistas y tampoco a la ciudadanía en general, que casi desde el primer momento identificó con maleza lo que la versión oficial tildaba de diversidad. El paso del tiempo, junto con el vandalismo y la desidia municipal, han agravado el deterioro de un espacio con cuyo diseño no se acertó a finales de siglo y en el que ahora sí es del todo imposible distinguir variedad paisajística alguna. Una situación que, se supone, cambiará con la nueva remodelación alumbrada desde la concejalía de Medio Ambiente para cumplir casi in extremis con una promesa electoral de Javier Lacalle. La concejala Carolina Blasco ya ha confirmado que la reconfiguración del diseño comenzará a primeros de año en base a un proyecto redactado por EIC Estudio de Ingeniería Civil, está presupuestada en 311.000 euros y cambiará la fisionomía del espacio para siempre: los chopos que sobrevivieron a Niño se talarán ahora.

En la Concejalía no se ha olvidado que la decisión de eliminar ejemplares de Populus canadensis a finales de los noventa fue muy polémica; tanto, que obligó al equipo de Valentín Niño a negociar con los grupos ecologistas la propuesta para ese espacio. De ahí que la concejala justifique la decisión, muy sopesada, con una batería de criterios técnicos. En concreto, Blasco afirma que «hay ejemplares que no están bien, pero el problema más acuciante es que, en general, son árboles de mucha edad y mucho porte para la raíz que tienen, con lo cual no digo que se vayan a caer, pero sí es cierto que el riesgo de caída es más elevado. A esto hay que añadir que la madera del chopo es muy blanda y que, aunque haya casos en los que quizá ahora no sea urgente la retirada, si lo sería dentro de seis o siete años».

Las palabras de la concejala se corroboran con las explicaciones que aporta el personal de la Concejalía, las mismas que se darán esta semana a los participantes en las diversas reuniones que van a mantenerse en el Ayuntamiento para tratar sobre varios asuntos, entre los que se encuentra este proyecto. En concreto, el servicio técnico afirma que la tala de los chopos y de los castaños de Indias que quedan en ese tramo se aconseja por el estudio fitosanitario; la edad de los árboles («es ya muy avanzada, lo cual conlleva que su estado vegetativo sea cada vez peor y raro es el árbol que no empiece a presentar patologías», subrayan); los ejemplares están próximos a su edad natural de muerte; su estado vegetativo, que Medio Ambiente tilda de «deteriorado», y su volumen excesivo «hacen que en la actualidad supongan un grave riesgo para la seguridad de los viandantes». Aesto, añaden que en los chopos se da la particularidad de que el aspecto exterior no es indicativo del grado de deterioro interno; que tampoco se puede pensar en podas periódicas para controlar el volumen, porque el tamaño de los ejemplares incrementaría mucho el precio y, además, favorecería la creación de nuevos «puntos débiles» en los que nacerían nuevas ramas que aumentaría la peligrosidad; y, por último, consideran que la altura y frondosidad de este tipo de ejemplares «restan luz al parque» e impiden que el resto de ejemplares plantados con una intención concreta y acorde a un criterio paisajístico «se desarrollen correctamente». Por último, se esgrime el hecho de que los chopos y los castaños no encajaban a finales de los años noventa con el diseño del parque y tampoco ahora, momento en el que se pretende seguir un criterio continuista y, de hecho, la principal transformación será la poda de los árboles altos.

La responsable de la Concejalía siempre ha indicado que la intención era mantener la idea de parque autóctono, pero introduciendo algunas mejoras. Ahora, ya se sabe que el proyecto que se llevará a cabo una vez que se contraten las obras respetará el planteamiento del equipo de Niño, en el que se acordó que la parte más próxima al puente de la autovía reflejara el aspecto de los bosques atlánticos, la zona central se dedica a la diversidad mediterránea, mientras que la zona más próxima al río se reserva para los bosques típicos de ribera. Por último, se mantiene un espacio ajardinado que sirve de transición entre el medio urbano y el natural, que es lo más próximo al puente Gasset. En un principio, se barajó la posibilidad de convertir estos jardines en bosques semejantes a los del resto del parque, pero al final se ha descartado esta idea y se ha considerado más acertado mantenerlos como transición. Este fue el tramo escogido para ubicar la escultura de Segundo Escolar en homenaje a los derechos humanos.

Nuevas especies

Así que en el conjunto del parque los ciudadanos encontrarán pocas diferencias con respecto a lo actual, porque el objetivo de la remodelación es quitar ejemplares y arbustos secos, clarear zonas en las que ahora hay mucha densidad, poda generalizada para sanear y evitar riesgo de caídas y cambiar el sustrato de la parte más próxima al río, porque se ha detectado agotamiento de nutrientes. En este mismo punto, que es en el que se encuentran la mayor parte de los chopos aún en pie, se prevé la plantación de nuevas especies más propias de las riberas de ríos y del Mediterráneo: alisos (Alnus glutinosa), almendros (Prunus dulcis), encinas (Quercus ilex), quejigos (Quercus faginea) y fresnos de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia), entre otros.

Los árboles secos o enfermos del resto del parque también se sustituirán, pero, por lo demás, habrá pocos cambios. Se mejorará el pavimento de los caminos centrales y se unificará el ancho de las sendas interiores que hasta ahora -en los puntos en los que aún se ven- eran de tierra, pero que a partir de la remodelación serán de un tipo de pavimento semejante, pero más consistente. Las papeleras se cambiarán en su totalidad y los bancos metálicos que quedan en algunos sitios se sustituirán por otros de madera; los de hormigón se limpiarán de grafitis y se pintarán. Una vez más, se colocará cartelería e información acerca de la diversidad de cada zona y de las especies que encuentra el caminante y también habrá casas nido para pequeñas rapaces nocturnas, pájaros y murciélagos.

Tanto las farolas como el resto de servicios se mantienen como están, dado que la idea del parque es que no necesite riego (excepto los jardines del comienzo) y, por lo tanto, se consideran adecuados a las necesidades.