Los precios del cereal aceleran su subida

Vidal Maté / Burgos
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Los fuertes descensos en las previsiones de las cosechas en Estados Unidos, debido a las olas de calor en los territorios de mayor recolección, han disparado todos los mercados

Un campo de trigo, antes de ser cosechado. - Foto: Luis López Araico

Finalizada la recolección de los cereales de invierno, se han confirmado las peores expectativas sobre el volumen de la cosecha. Las diferentes estimaciones oficiales y del sector se han ido reduciendo en las últimas semanas y lo más probable es que la producción de trigo, cebada, avena, centeno y triticale no llegue a los 12 millones de toneladas. En la campaña anterior, la producción fue de casi 17 millones de toneladas.

Frente a este comportamiento de los rendimientos, los precios han tomado la dirección opuesta con fuertes subidas en el mercado comunitario, pero que, al inicio de la segunda quincena de este mes, se hallaban por debajo de las cotizaciones del exterior.

Ello supone que aún quedaría límite de subida. Al margen de las ya habituales especulaciones de los mercados, la principal causa de esta situación se halla en la ola de calor y la sequía que asola las zonas productoras más importantes de soja, maíz y trigo en Estados Unidos. Precios excepcionales para los cerealistas que pueden compensar las caídas de las cosechas y grave riesgo para el mantenimiento de las cabañas ganaderas.

Con una recolección de unos 12 millones de toneladas, a los que se deberán sumar algo más de tres millones de toneladas de maíz, existe la necesidad de importar, al menos, otros 20 millones de toneladas entre cereales y otros productos para la alimentación animal, como oleaginosas y proteaginosas. Eso supone que las cotizaciones en el mercado nacional van a estar marcados por los precios de los mercados exteriores.

En España no ha sido una sorpresa la existencia de una mala recogida donde la sequía había «segado» ya hace algunos meses los cereales en la mitad sur y donde los calores de última hora minaron las producciones en la mitad norte. Se trataba de una circunstancia que estaba descontada ya en los mercados y que había dado lugar a unos precios elevados al inicio de la recolección.

En el seno comunitario, las producciones de cereales van a ser similares a las de la campaña anterior donde la rebaja de España, en unos cuatro millones de toneladas, se cubre con buenas cosechas al norte de los Pirineos. Las estimaciones hablan de unos 132 millones de toneladas en trigos y de 149 millones de toneladas en otros cereales donde el maíz supondrá casi 70 millones. En total unas 280/283 millones de toneladas que suponen una estabilidad en relación con la campaña anterior. No falta cereal en el conjunto de la UE, al revés que en España, donde en las últimas semanas se han llevado a cabo importantes operaciones de exportación a la vista de los precios de los mercados exteriores.

La posición de los países del Este, fundamentalmente de Rusia, es hoy una incógnita, al margen de los rumores sobre un cierre futuro de fronteras.

Sin lluvias

El elemento más importante que ha roto esta situación de los mercados ha sido la evolución a la baja de las previsiones de cosecha en EEUU, consecuencia de la sequía y la ola de calor que afecta a algunos Estados donde se concentran las mayores producciones cereales y soja. La persistencia de la sequía ha hecho que, semana tras semana, las previsiones de producción hayan ido bajando, lo que ha influido de forma decisiva en los mercados, al tratarse de un país netamente exportador. Según los datos más recientes sobre previsiones de cosecha en ese país, la producción de trigos bajaría de más de 60 a menos de 50 millones de toneladas. En el caso del maíz, la caída sería más importante, desde 375 millones de toneladas a solo unos 320 millones, y con la perspectiva de que sigan en descenso, mientras en la soja la producción bajaría de unas 90 a poco más de 80 millones de toneladas.

Razones subjetivas

Se trata de una situación real de caída de producciones. Pero, en paralelo, se ha sumado la especulación sobre dichas materias primas en las bolsas de futuros. El resultado, por unas u otras razones son unos precios disparados que desde hace unas semanas son hoy menos que mañana. Los analistas expertos en los mercados decían hace unas semanas que nos podíamos hallar en el techo de las cotizaciones e incluso recomendaban vender. Se equivocaron. Es difícil predecir y acertar en este tipo de mercados, y más, en las actuales circunstancias sobre cuál es la cima. Lo que es evidente es que estamos ante una campaña de precios muy altos, por razones objetivas, sequía y fuertes recortes en EEUU. Pero no se puede olvidar que hay también razones subjetivas en una parte de ese ascenso, simplemente por cuestiones de especulación en los mercados. Los vaivenes en esas políticas pueden conllevar oscilaciones a la baja en los niveles de precios en los próximos meses, pero sin dejar un nivel elevado de tarifas.

Las 40 pesetas de las de antes en cebada no parece que duren muchas semanas. Se podía decir que una de esa frontera de subida la podría marcar, al margen de los mercados exteriores, el retroceso en la demanda por parte de las cabañas ganaderas ante la imposibilidad de soportar esas cotizaciones.