Las sospechas cercan a Maduro

SPC
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El presidente se enfrenta a la indignación mundial por el fallecimiento en extrañas circunstancias de un concejal cuando se encontraba detenido en la sede del Servicio de Inteligencia Bolivariano

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en el punto de mira de la comunidad internacional que le reclama que aclare qué pasó con la muerte del concejal opositor que, según la versión oficial se suicidó el pasado lunes tirándose de un décimo piso mientras estaba retenido, contraataca instando a frenar el «brote fascista en Latinoamérica». 

Las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos, el o el Grupo de Lima expresaron ayer su indignación por las causas que rodean el fallecimiento del político Fernando Albán y exigieron una investigación independiente sobre este caso, que se sumará a los informes sobre violaciones de derechos humanos en el país caribeño. 

Sin embargo, Maduro, ajeno a estas demandas, que se suman a le petición de liberación de 59 colombianos que llevan dos años presos en Venezuela, se envuelve en la bandera de la democracia y llama a sus homólogos sudamericanos a unirse a él. 

En este sentido, el mandatario bolivariano destacó que Latinoamérica aún tiene tiempo de «reaccionar frente al brote fascista» en Latinoamérica tras la victoria del candidato ultraderechista a la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, en la primera vuelta electoral celebrada el pasado domingo. 

Mientras Maduro hacía estas declaraciones, el cuerpo del concejal era trasladado en Caracas a la sede del Parlamento, de mayoría opositora, para rendirle honores. Diputados y miembros del partido Primero Justicia, al que pertenecía Albán, insistieron en que la tragedia, ocurrida en los temidos calabozos del servicio de inteligencia (Sebin) en Caracas, no fue un suicidio, sino un crimen.