La proliferación de bicicletas en el ámbito urbano está conllevando un incremento paulatino de los siniestros con ciclistas implicados en las calles de la capital burgalesa. Según datos de la Policía Local registrados hasta el 10 de julio, en lo que va de año se han producido 61 accidentes con presencia de bicicletas y que han requerido la intervención de los agentes municipales. A lo largo de todo 2013 la cifra ascendió a 109, así que de seguir el ritmo actual el balance del presente año podría elevarse algo más del 10 por ciento. 

La inmensa mayoría de los siniestros analizados contaban con la presencia de un ciclista y otro vehículo a motor (43 de los 61 totales), lo que revela que la convivencia con los coches y motos sigue sin ser lo pacífica que sería deseable. En estos casos, además, el ciclista suele llevar las de perder al ser la parte más débil aunque también hay casos en los que el conductor de la bici sale ileso y los vehículos sufren daños materiales.

El segundo caso más frecuente son las caídas de los propios ciclistas, con 11 accidentes. Tras ellas, ya a notable distancia, están las colisiones entre dos bicicletas y solo en el último lugar, con 3 casos en toda la primera mitad del año, aparecen accidentes catalogados como «atropellos de ciclista a peatón». Suponen, por tanto, menos de un 5% de los siniestros con bicicletas implicadas.

Sin embargo, la conducta de los ciclistas al circular por las aceras sigue generando un constante debate entre quienes cuestionan la peligrosidad de su circulación a gran velocidad por espacios peatonales. El Ayuntamiento también ha anunciado varias veces su preocupación por este aspecto, aunque no termina de aprobar la ordenanza de Movilidad que debería ayudar a regularlo; está a la espera de lo que decida al respecto la DGT. La administración local lleva muchos meses pendiente del nuevo Reglamento de Circulación que, entre otras cosas, obligará a llevar casco a los menores de 16 años y que debería implicar la reducción generalizada de la velocidad en las calzadas para así permitir una mejor convivencia con los vehículos motorizados allí donde no haya carril bici.

En los datos correspondientes a 2013, la gran mayoría de los accidentes con bicicletas implicadas también fueron entre ciclista y vehículo (71 de los 109 totales), mientras que hubo 26 caídas, 5 accidentes entre ciclistas y 7 atropellos a peatones.