La crecida el Arlanza retrocede tras anegar cultivos en Lerma

I.E. / Burgos
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El arroyo Matarredonda se desborda en Cabezón de la Sierra y estuvo a punto de llegar a las casas. La BU-904 volvió a inundarse a la altura de Quintanilla del Agua

El arroyo Matarredonda se desbordó y a punto estuvo de llegar a las casas de Cabezón de la Sierra. - Foto: T. Santos

El río Arlanza descendía ayer por la mañana con más caudal que el día anterior, sobre todo a la altura de Lerma, donde anegó numerosas tierras de cultivo. Si por esta localidad el viernes bajaba con 194 metros cúbicos por segundo, ayer el volumen llegaba hasta los 290, un 30% más. La lluvia, que no dejó de caer hasta el mediodía, hacía presagiar a los vecinos inundaciones de más importancia. Pero las precipitaciones cesaron después de comer y la crecida comenzó a retroceder. Por la tarde, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el caudal bajó a 255 metros por segundo. Sin embargo, el nivel de alerta siguió activo.

El Partido Regionalista Castellano y Leonés (PRCAL) acusó ayer de «irresponsabilidad» al Ayuntamiento de la villa ducal y a la CHD por «el estado lamentable en que se encuentra el cauce, que requiere una gran limpieza».

En Salas de los Infantes, sin embargo, el río descendía ayer con menos agua que el viernes, 84 metros cúbicos por segundo, por los 181 del día antes. A medida que el  Arlanza avanza sobre la orografía burgalesa va ganando el caudal que vierten los numerosos arroyos de los que se nutre.

De hecho, dos de ellos se desbordaban ayer y crearon problemas en sendos municipios. Por su parte, el arroyo del Valle volvía a inundar a mediodía la carretera BU-904 a la altura de Quintanilla del Agua. El viernes había sucedido lo mismo. En la desembocadura del regato en el Arlanza, el sistema de alcantarillado de la vía es incapaz de asumir todo el agua y la carretera quedó cortada durante algunos minutos.

Asimismo, el arroyo Matarredonda se desbordó en Cabezón de la Sierra y a punto estuvo de introducirse el agua en las casas de la parte baja del pueblo. Una de las vecinas, Teresa Santos, observó con temor desde la puerta de su vivienda cómo las aguas del afluente del Arlanza avanzaban hacia la puerta de su domicilio. Los bomberos de Salas de los Infantes estaban avisados por si la crecida iba a más y era necesario achicar agua en alguna casa, pero finalmente, al dejar de llover, la avenida perdió fuerza y se alejó del casco urbano. El arroyo se desborda, según los vecinos, porque acumula mucha maleza y hierbas que llevan años sin limpiarse.

El Arlanzón a su paso por la capital bajaba con 37 metros cúbicos por segundo de caudal, 7 más que el viernes. Hoy la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé un ambiente muy nuboso, pero las precipitaciones serán débiles.