La ciudad se queda casi sin suelo público para vivienda

Á.M.
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El bloqueo de los grandes sectores y la operación de Artillería dejaran en nueve parcelas con capacidad total para 400 casas la disponibilidad real de terrenos municipales

El suelo público municipal se convirtió en el mejor banco del Ayuntamiento durante la vida en rosa. La ciudad pagaba obras con suelo. Promovía vivienda protegida gracias a la propiedad del suelo. Compensaba con suelo. Evitaba ejecuciones de sentencia con suelo. Cuadraba sus presupuestos computando ingresos ficticios de venta de suelo. ¿Había un problema? El suelo lo resolvía... Hasta que el fiestón se acabó, empezó la paquidérmica resaca y los ciudadanos tuvieron que limpiar los restos del naufragio.

La crisis económica, que fue la de las hipotecas, que a su vez fue la del suelo y que, al final, acabó siendo la de todos, adormitó al sector y el Ayuntamiento tuvo que buscar nuevas formas de financiarse para mantener la persiana abierta y facturar alguna obra con marchamo electoral de cuando en cuando. A saber, gastar menos y mejor, gestionar, recaudar, evitar «fallos multiorgánicos»... Todo aquello que había centrado el debate político municipal durante años se metió en el trastero municipal. Hasta que se subastó Artillería.

 

Las negociaciones con la potencia compradora de Santa Bárbara, la promotora madrileña Riodaser XXI, han devuelto a la actualidad el patrimonio municipal del suelo. El acuerdo, auspiciado por el PSOE y asentido por los ‘populares’, pasa por convertir todo Artillería en un solar dedicado a vivienda de precio tasado (el planeamiento actual da derecho a la promotora a construir la mitad de las viviendas resultantes con precio libre) y, a cambio, entregar a Riodaser al menos dos parcelas completas y parte de otra, todas de titularidad municipal, para construir vivienda libre en el entorno de la antigua estación y Cellophane.

Dicho acuerdo, pendiente de materialización, ha sido contestado por el resto de fuerzas políticas y diversos colectivos debido a la inclusión de suelo público a cambio de una mayor bolsa de (la antigua) VPO. Los terrenos comprometidos con Riodaser suman más de 9.000 metros edificables de vivienda libre, aunque con un tope de 75 viviendas resultantes. Puesto en relación a todo el suelo municipal disponible para edificar viviendas sobre suelo municipal, ese convenio supondrá la entrega de cerca del 20% del terreno disponible, ya que la inmensa mayoría del terreno residencial propiedad del Ayuntamiento está entrampado en sectores sin desarrollar, parcelas en litigio o cesión de parte del suelo a propietarios que perdieron su patrimonio en otros sectores (propietarios adscritos). En realidad, si el Ayuntamiento quisiera promocionar vivienda directa o indirectamente, no tendría tantas opciones. De hecho, tendría muy pocas.

la realidad actual. Debería ser cuestión de pulsar una tecla, pero lo cierto es que saber cuánto suelo, dónde y para qué tiene el Ayuntamiento de Burgos no es sencillo. La proverbial ‘falta de personal’ a la que aluden en todas las concejalías está detrás del descuido del inventario de bienes municipales, aunque el control de Fomento permite, no sin esfuerzo, ubicar y cuantificar ese suelo. Actualmente, la bolsa de suelo residencial municipal disponible se limita a doce parcelas que suman un aprovechamiento máximo de 50.227 metros cuadrados y 528 viviendas. Tres de ellas están comprometidas con Riodaser, que, eso sí, se comprometería a limitar a un máximo de 75 viviendas las promociones. Por tanto, la ciudad tiene solares para levantar apenas 400 viviendas.

El resto del suelo gestionado y disponible está en el sector El Parral (145 viviendas sobre una edificabilidad máxima de 14.478 metros cuadrados), el entorno de Huelgas (87 viviendas en un aprovechamiento de 8.640 metros), Casa la Vega (13 viviendas y 1.030 metros), S-7 Fuentecillas Norte (tres parcelas para 14, 20 y 21 viviendas con edificabilidad de 1.080, 1.600 y 1.701 metros, respectivamente), Francisco Salinas (840 viviendas en una edificabilidad de 4.423 metros cuadrados), el S-3 (19 y 1.507) y el S-4 (47 y 3.837). Y punto. Todo lo demás es, a día de hoy, intangible.

(Artículo completo en la edición de hoy)