Su silueta se dibuja en medio de una parcela vallada de 5.127 m2. Los dos inmuebles, la majestuosa casona de piedra de sillería y el ábside de la ermita de San Nicolás adosada a la misma, conforman un conjunto arquitectónico imposible de pasar desapercibido cuando se transita por la carretera que va de Olmillos de Sasamón a Villandiego, pequeña pedanía de Sasamón. Para acceder a ambas construcciones hay que atravesar una puerta de hierro. En los muros de piedras, a ambos lado de la entrada, se lee en dos placas de cerámica: La Rosaleda de San Nicolás. Es el nombre de la finca propiedad de José Luis Pino y su hermana Rosa María, quienes pese a que sus corazones dicen no, la han puesto a la venta. Más en la edición impresa o aquí.