Juan Muñiz recaló en el Nástic en el mercado de invierno. La falta de minutos y su mala relación con Abelardo le obligaron a hacer las maletas para iniciar una nueva etapa lejos del Sporting, el club en el que salvo el año que pasó cedido en el Mirandés, había desarrollado toda su carrera.

¿Qué valoración hace de sus primeros meses en Tarragona?

Muy buena porque es dificil sumarse a un equipo a mitad de temporada pero desde que llegué todos mis compañeros me lo han puesto muy fácil para integrarme.

¿Le costó dejar el Sporting?

Ha sido el momento más duro que he vivido como futbolista. He crecido en Mareo y mi sueño era llegar a Primera división, por eso cuando me dijeron que no contaban conmigo me afectó mucho.

El Nástic le considera una apuesta de futuro ya que ha firmado hasta 2018.

Lo que me atrajo no es que este año el Nástic vaya bien clasificado sino que tiene un proyecto interesante a medio plazo.

¿Regresar a Segunda es un paso atrás en su carrera?

No lo veo así, porque tenía que salir del Sporting y la oferta que más me sedujo era la del Nástic. Estoy encantado con la elección y ojalá pueda volver a Primera en el mes de junio.

¿Cuál es la principal diferencia que ha notado entre ambas categorías?

En Primera hay tres ligas en una: la que juegan los grandes, la de los aspirantes a competiciones europeas y la del resto. En Segunda hay mucha más igualdad y los partidos son más disputados. En esta categoría tener grandes nombres no es garantía de nada porque siempre hay sorpresas, y tanto Nástic como Mirandés son dos claros ejemplos.

Tener menos presión que otros rivales al no partir entre los favoritos para ascender, ¿les puede beneficiar en la recta final?  

Puede ser porque no tenemos la obligación de subir como otros, pero somos ambiciosos y vamos a darlo todo.

¿Ve similitudes entre el Nástic y el Sporting de la pasada temporada?

En algunas cosas sí porque el Sporting tampoco era favorito pero como todos los jugadores éramos de la casa se generó un gran ambiente, y esa fue una de las claves. En el Nástic también percibo esa sensación de familia, porque muchos jugadores llevan varios años aquí.

El domingo se medirá al Mirandés, ¿sigue la actualidad rojilla?

Esta temporada no tanto porque hasta diciembre estaba centrado en la Primera división, pero está haciendo una buena temporada con un sistema de juego peculiar.

Los dos equipos se juegan mucho en este partido.

Sí, porque un empate nos dejaría indiferentes a ambos. El Mirandés si no gana casi se despide del play off y nosotros después de cuatro partidos sin vencer tampoco podemos fallar más.

Sin embargo el empate es el resultado más repetido en las últimas jornadas en Segunda.

A estas alturas todo el mundo tiene miedo a dejar de sumar. Es importante manejar la ansiedad porque todos nos estamos jugando la vida y los partidos se deciden  en pequeños detalles.

¿Qué ha cambiado del Muñiz que pasó por Anduva al actual?

Todos vamos madurando con el tiempo. Mi experiencia en Miranda me ayudó mucho porque era la primera vez que salía de Gijón y me sirvió para crecer, aunque deportivamente fue un año complicado. Luego con el Sporting viví una temporada inolvidable y esta campaña comenzó mal pero ahora estoy muy ilusionado.