El juez de Instrucción número 20 de Madrid envió ayer a prisión a los tres acusados de homicidio como presuntos autores materiales de la muerte de Francisco Javier Romero, ‘Jimmy’, el ultra de los Riazor Blues que falleció a consecuencia de los traumatismos que le provocaron los radicales del Frente Atlético en la pelea multitudinaria que tuvo lugar el pasado 30 de noviembre en las inmediaciones del Vicente Calderón. Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), ninguno de los tres reconoció los hechos que se les imputan durante el interrogatorio.
Fuentes de la investigación apuntaron que los acusados de asesinar presuntamente al hincha gallego son un taxista de 33 años, casado, con dos hijos y residente en Parla; un joven de 21 años del municipio madrileño de Alcobendas, y otro vecino de Parla de 27 años que fue detenido el pasado miércoles, el mismo día que los cuatro implicados de Gijón. En el caso del taxista, apodado ‘El Isma’, los medios apuntaron que, en el pasado, perteneció al grupo Bastión, la facción más violenta del Frente, que desapareció después del asesinato de Aitor Zabaleta, cometido por Ricardo Guerra, uno de sus miembros.
Al margen de la decisión judicial, la ‘operación Neptuno’, que investiga la reyerta tuvo su continuación a lo largo del día en La Coruña con la detención de 18 radicales relacionados con el grupo extremista blanquiazul. Estos 18 individuos, que fueron puestos en libertad con cargos horas más tarde después de prestar declaración ante el juez, se suman a las 41 personas arrestadas del bloque ultra ‘colchonero’, que fueron apresadas en Madrid y otras provincias el martes y el miércoles. Además, el mismo día del suceso ocurrido en el Madrid Río antes del encuentro entre Atlético y Dépor fueron capturados 21 radicales por participar en la multitudinaria pelea. Por tanto, ya habría más 80 personas imputadas por formar parte de la ‘batalla’ entre ultras.
Para llevar a cabo esta segunda fase de la ‘operación Neptuno’, agentes de la brigada provincial de información de Madrid se desplazaron hace unos días a La Coruña para preparar y organizar las detenciones con sus compañeros gallegos. Una vez recopilados los datos necesarios, al filo de las ocho de la mañana de ayer comenzaron los arrestos, todos ellos llevados a cabo en la capital herculina. Según fuentes de la investigación, que aún continúa abierta, por lo que no se descartan nuevas capturas, algunos de los apresados son miembros muy importantes del organigrama de los Riazor Blues.
En cuanto a los detenidos el martes y el miércoles, todos fueron puestos en libertad con cargos, tras declarar ante el juez. No obstante, el militar supuestamente implicado en la pelea salió a la calle sin que pesara ninguna acusación sobre él, al haber demostrado que no se encontraba en Madrid el 30 de noviembre. Además, tres de ellos, menores de edad, fueron enviados a la Fiscalía de Menores, para prestar declaración. De momento, de los testimonios de los arrestados se desprende que, aunque no hubo una ‘macroquedada’, «sí hubo grupos que quedaron entre sí», según revelan fuentes policiales.
Medidas cautelares. Se les acusa de participación en riña tumultuaria y desórdenes públicos, que conlleva unas penas de entre seis meses y un año. Además, el magistrado del caso les impuso la medida cautelar de comparecer dos veces al mes ante el Juzgado, así como la prohibición de acercarse a menos de un kilómetro del Vicente Calderón y de acudir a cualquier partido que dispute el Atlético de Madrid, tanto dentro como fuera de España.