La estación de buses pierde 4.000 viajeros en seis meses

Gade G. Ubierna / Burgos
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El transporte público no ha captado a las miles de personas que han dejado de utilizar el coche porque tanto la terminal ferroviaria como la de coches de línea tienen menos usuarios que otros años

La estación de autobuses recibe a entre 7.000 y 9.000 autocares al mes con una media de pasajeros que oscila entre los 110.000 y los 120.000. - Foto: DB/Luis López Araico

El hecho de que la progresiva subida del carburante esté siendo determinante para que miles de burgaleses decidan no coger el coche con la misma asiduidad que antes de la crisis parece no estar repercutiendo en una mayor utilización del transporte público. La estación de trenes Rosa de Lima ha perdido más de 25.600 usuarios desde su inauguración en 2008 y la estación de autobuses también está recibiendo menos viajeros que otros años por estas fechas. En concreto, según datos oficiales, en el primer semestre de 2012 la terminal ha perdido 3.942 viajeros con respecto al mismo período de 2011 y 10.546 si se compara con los datos recabados a las mismas alturas de 2010. En ambos casos, los datos incluyen tanto a quienes partieron desde Burgos como a quienes llegaron a la capital.

Aunque es cierto que los datos del primer semestre pueden ser indicativos de que la población está reduciendo al mínimo el consumo en todos los aspectos por la asfixia económica, no podrán sacarse conclusiones hasta que esté cerrado el año y se vea cúal ha sido el movimiento, sobre todo en verano. En las estadísticas de viajeros del año 2010 y 2011 se aprecia que el tráfico de coches de línea es bastante estable: al término de 2010 se contabilizaron 1.383.508 pasajeros y al año siguiente la cifra global era de 1.385.249 personas. Como es lógico, julio, agosto y septiembre son los meses de mayor apogeo, con cifras superiores a los 120.000 usuarios cada mes y más de 9.500 autobuses entrando y saliendo de la céntrica estación. Una vez pasada la temporada alta, el tráfico vuelve a estabilizarse con una media de 110.000 pasajeros y entre 7.800 y 8.800 coches de línea entrando y saliendo por la calle Madrid.

La ubicación de esta dotación y los precios de los billetes, mucho más asequibles que los del tren, parece ser una de sus grandes bazas. De hecho, según datos oficiales facilitados el pasado abril por el Gobierno como respuesta a una pregunta planteada por el senador socialista Ander Gil, se aprecia que la estación de trenes recibe en todo un año los mismos viajeros que emplean el autocar en poco más de dos meses. Según se especifica en la respuesta remitida al Senado, en todo 2011 el apeadero de la avenida de los Príncipes de Asturias fue utilizado por 298.013 usuarios. Un número que, como ya se explica en párrafos anteriores, no tiene nada que ver con los que se registran en los autobuses.

Para explicar esta situación hay que tener en cuenta distintos motivos. En primer lugar, todo parece indicar que el traslado de la estación ferroviaria del centro de la capital a las afueras hace que mucha gente que antes prefería viajar en tren se decante por el autobús, con una terminal a escasos metros del casco histórico y bien comunicada por autobús urbano con la mayoría de los barrios de la ciudad. A esto hay que añadir que en un momento de crisis como el actual la mayoría de la gente tiende a ahorrar hasta el último céntimo y parece que la comodidad de los trayectos en tren no compensa la diferencia económica con respecto al coche de línea. Así, ni siquiera los mejores trenes consiguen igualar las cifras de los autocares.

Un ejemplo. El pasado septiembre Renfe puso en marcha el servicio de trenes Alvia a Madrid, de manera que al poder circular por las vías de la alta velocidad, el viaje se reduce en 21 minutos con respecto al tiempo que tardan las líneas regulares de autobús. Sin embargo, con el precio de un billete de ida en tren, no solo se puede comprar el tique de ida y vuelta en bus, sino que sobra dinero. Según la página web de Renfe, el viaje en Alvia a Madrid cuesta 41,90 en clase turista y en coche de línea, 17,23 euros. Y si incluye el regreso a Burgos desde la capital, el importe asciende a 34,46 en un servicio normal, según datos de la compañía Alsa.

 

IVA y horarios

Dentro del incremento generalizado del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) se ha establecido que el transporte público pasará a gravarse con un 10% en lugar de con el 8%, con lo cual lo más probable es que la diferencia de usuarios de uno y otro tipo de transporte público sea más acusada. A esto hay que añadir que a medida que se reduce el presupuesto y se aprieta a las empresas públicas, Renfe está suprimiendo horarios y, por lo tanto, prestando un peor servicio.

Hace unas semanas, por ejemplo, se anunció la supresión de horarios con Salamanca, lo cual no hace sino agudizar una cuestión largamente criticada por la ciudadanía:en Burgos los trenes paran porque la ciudad está de paso, y eso significa que no se piensa en un horario conveniente para esta capital, sino en unas frecuencias favorables para las ciudades de origen o destino.

En multitud de ocasiones se ha criticado que esta previsión provoca situaciones tan rocambolescas como que para ir a Segovia haya que pasar antes por Madrid, que no haya manera alguna de llegar en tren a Soria o que para ir a Zamora casi haga falta coger vacaciones. Y eso por no hablar del hecho de que Burgos no tenga una conexión ferroviaria directa con Madrid, con buenos trenes y horarios.

Sin embargo, quien quiera viajar a Madrid en coche de línea, tiene variedad de frecuencias y de tipos de servicio para hacer el trayecto y esto puede estar siendo la causa de que poco a poco vaya absorbiendo antiguos usuarios del tren.

600.000 al año

En los datos oficiales de movimiento de pasajeros en la estación de autobuses se contabilizan las entradas y salidas de las líneas metropolitanas, provinciales, nacionales, internacionales y de transporte a la demanda.

Pero a esto hay que añadir una media de 75 líneas de largo recorrido como las que cubren los trayectos Irún-Algeciras o Asturias-Barcelona que cada día hacen parada en la capital y que incrementan el movimiento estimado en la estación en una media de 600.000 personas.