Mercedes Garrido: «En temas de salud pública hay que ser sensatos y no tomar decisiones a golpe de telediario»

I. A.
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La presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria asegura que ligar la obligatoriedad a una medida tan buena como la vacunación puede ser contraproducente.

El caso de Pau, un joven niño de 6 años de Olot contagiado por difteria, ha desatado el debate sobre la obligatoriedad o no de la vacunación infantil. Sus padres confiesan que se sienten engañados por los grupos partidarios de no vacunar. La liga de la libertad de vacunación recuerda que ellos consideran que la vacuna es tóxica y que no ha contribuido a erradicar la enfermedad. En este sentido, la presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria en Castilla y León, Mercedes Garrido, pide prudencia, sensatez y que la mejor forma para combatir a estos colectivos es la información. 
El debate está en la calle a raíz del caso de difteria del niño de Olot... ¿debería ser obligatoria la vacunación infantil? La ley solo regula la posibilidad de forzar a una familia en caso de grave riesgo para la salud pública.
Lo que deberíamos es ser un poco sensatos en este tema. Los pediatras, como científicos, podemos recomendar las vacunas en base a unas pruebas científicas. Pero la obligatoriedad depende de la Administración, no de nosotros. En este momento, en nuestro país no son obligatorias salvo el caso que has expuesto. Es mucho mejor convencer e informar a los padres qué es lo más adecuado para los niños, más que obligar. Las decisiones no se pueden tomar a golpe de telediario y hay que ser sensatos con estos temas en los que está en juego la salud pública.
De hecho los expertos, indican que esa obligatoriedad no es la solución y que ligar una medida coercitiva a una medida tan buena como la vacunación podría provocar el efecto contrario. 
Hay estudios que reflejan que las tasas de vacunación de los países donde sí es obligatoria, no son mejores que en los países donde no lo es. No está demostrado que la obligatoriedad mejore estas pautas. Lo que no significa que si los padres deciden no vacunar a sus hijos tienen que conocer y aceptar las consecuencias que puede tener para su hijo esa decisión.
Pero volvemos al principio. Con la obligatoriedad, casos como el de Pau no se habrían dado...
Marcar la obligatoriedad de una medida de salud pública como esta por un caso como el del niño de Olot es precipitado y lo que tenemos que hacer es basarnos más en la situación epidemiológica de nuestro país. En estos momentos tenemos una cobertura bastante buena, aunque sí que es verdad que en Cataluña es un poco más baja que en el resto del país. Los calendarios y las políticas vacunales tienen que ser dinámicas y estar en función de lo que nos encontremos. En el caso de este niño es verdad que se ha dado por no haber estado vacunado, pero también hay casos que no tienen este motivo y, de ahí, que siempre haya que estar alerta.
¿Por qué se ha generado esa alarma social? 
Creo que hay demasiados intereses entre grupos de opinión de los antivacunas, los provacunas... Estos grupos existen y hay que convivir con ellos. Nuestro papel ahí es el de tranquilizar y dar la información más adecuada y, sobre todo, que esté basada en argumentos científicos y no en opiniones de unos grupos y no de otros.
¿El colectivo antivacunas maneja argumentos lógicos?
Lo que no les veo es argumentos científicos, que es lo que nos tiene que importar. Nosotros lo que no podemos hacer es recomendar una actuación en función de las opiniones de nadie. Lo que tenemos que hacer es basarnos en pruebas.
Uno de los argumentos que abraza el colectivo sale de un estudio que publicó en 1998 Andrew Wakefield y que concluía que las vacunas provocaban autismo... 
Intentan agarrarse a argumentos pseudocientíficos, porque luego se demostró que los datos no eran correctos y estaban adulterados, que refrenden su postura y por eso rechazan el resto de argumentos y ahí, insisto, está nuestro papel para demostrar con pruebas científicas que esos argumentos no tienen ningún valor. 
El pasado año el Programa Nacional de Inmunizaciones, que incluye todas las vacunas que gratuitamente y según dispone la ley, se distribuyen en el país registró un total de 13.178 rechazos, algo más que en el ejercicio anterior...
A parte de los grupos antivacunas que han crecido, aunque no mucho en nuestro país, también ha habido mucha confusión al no tener un calendario vacunal único. A esto hay que añadir el movimiento de vacunas dentro de ese calendario, con algunas que se han retirado, han creado confusión en la población y parte de ese rechazo también se explica por estos dos aspectos.
¿El programa de la Comunidad en este apartado es adecuado?
Lo que los pediatras llevamos pidiendo desde hace tiempo es que exista un calendario único en todo el país y que esté basado en criterios científicos que es el que propone el comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría. Ese calendario tiene unas vacunas sistemáticas, que son las que se deberían de poner a todos los niños, y unas vacunas recomendables. Luego lo que decidan las autoridades es otra cuestión, pero creo que estamos en la línea de conseguir que se implante un calendario de este tipo.
¿Qué demandas hacen desde su asociación para Castilla y León?
Lo ideal sería incluir las vacunas que en estos momentos no están en el calendario y que sí propone la Asociación de Pediatría y que son la vacuna de la varicela y del meningococo B.
Precisamente, la de la varicela sólo está pendiente de que las comunidades den su visto bueno en un Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS)... 
Llevamos tiempo reclamando que esta vacuna se pueda conseguir en las farmacias y se incluya en el calendario vacunal para facilitar que todos los niños tengan acceso a esta vacuna. 
Sobre esta vacuna hay ciertas dudas ya que son necesarias dos dosis, una a los 12 meses y otra a los 36. Los niños que estén entre esas dos franjas de edad, ¿qué deberán hacer?
Una cosa es la pauta en calendario, que sería una a los doce meses y un recuerdo a los dos o a los tres años. En el caso de que se empezara a vacunar más tarde de esa edad serían necesarias también dos dosis a la edad que se le tenga que poner.
Varicela que provocó la muerte de una niña en Puebla de Arganzón (Burgos) a principios de 2014... 
Nuestra asociación lleva tiempo reivindicando la inclusión de esta vacuna que ha demostrado ser muy eficaz. De hecho en las comunidades donde sí se incluyó en el calendario, como Navarra, se dieron unas tasas de disminución de la enfermedad muy importantes. 
Muchos padres de la Comunidad se desplazaban a farmacias de Portugal para comprar las vacunas...
Los padres se informan y nos preguntan sobre la forma de poder vacunar a sus hijos de la varicela. Son cosas que han hecho los padres pero sí que les hemos advertido que si bien, la vacuna es segura y eficaz, no lo es tanto el traerla en condiciones que no aseguren la cadena del frío. En esa situación se arriesgan a poner una vacuna que no está en condiciones.
En Alemania y Francia, en los últimos años, han aparecido brotes de sarampión que han llegado a provocar secuelas neurológicas y hasta la muerte; la varicela y la difteria han sido noticia por casos como la muerte de la niña de Burgos y el caso en Olot... Da la sensación de que hemos retrocedido en el tiempo. 
Desde el momento que hay enfermedades que se pueden prevenir con vacunas, las tasas de enfermedad disminuyen. Cuando llevamos mucho tiempo sin que haya tanta enfermedad la población se relaja de alguna manera porque no hay tanta circulación de esos gérmenes. Pero las enfermedades pueden cambiar su epidemiología y por eso siempre hay que estar alerta, que puede haber cambios y proponer alternativas a esos calendarios que, insisto, son dinámicos.