Fin de semana con aires de batalla e historia

Pedro Fernández / Lerma
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La recreación del Combate de Lerma sumió a la villa en plena época napoleónica, con los hombres del Cura Merino empuñando las armas contra las tropas francesas

Lerma se convirtió en un perfecto campo de combate, con una cuidada escenificación. - Foto: Luis

La Villa Ducal quiso recordar este fin de semana una vez más el año1812, cuando los guerrilleros del Cura Merino, tras años de lucha, se habían convertido en temibles guerreros, difíciles de  apresar  en  el cuerpo a cuerpo. Lerma se convirtió así en un escenario de guerra gracias a los voluntarios de diversas asociaciones que con su pasión escenificaron las hazañas de los héroes de la Independencia con una presencia masiva de público que disfrutó de la recreación histórica.

Resultó especialmente gráfico el Combate de Lerma, que se desarrolló en las Eras de Abajo, con participación de la infantería del Arlanza, a pie y caballo, con fuego y escaramuzas, así como emboscadas  y fuegos de artificio. Fue allí donde mejor pudo comprobarse la gran profesionalidad de los recreadores de ambos bandos, lo que permitió a todos los asistentes sentirse parte de una historia y muy cercanos a una figura emblemática como es el Cura Merino.

Los actos comenzaron el viernes con llegada de los franceses a la villa, donde entregaron las llaves en el Arco de la Cárcel y colocaron la bandera y bando del comandante francés. La jornada terminó con rondas callejeras y disputas entre el ejército francés y los patriotas en la plaza del Mercado  Viejo.

El ambiente bélico se  dejó notar con la instrucción de voluntarios y reclutas en el campamento napoleónico ubicado en la Plaza Mayor, con las  tradicionales rondas de saqueos, así como una destacada presencia de grey infantil, además de los recreadores llegados de Burgos,Tolosa, Madrid , Valencia y otros puntos de la geografía española. No faltaron tampoco las notas musicales de la rondalla lermeña, las emboscadas en el Arco de la Cárcel y el cambio de bandera, para terminar con  el asalto al palacio y la celebración victoriosa  de los guerrilleros, festejándolo con  hogueras y  la ingesta de viandas.

Estas jornadas  que cada año cuentan con más visitantes, terminan hoy con la formación de tropas en la plaza del Mercado Viejo, desfilando hasta la tumba del Cura Merino, para rendirle los honores, y terminar con un homenaje en  la casa del guerrillero en su pueblo natal de Villoviado.