Caneda acude al rescate

Raúl Canales / Miranda
-

Último minuto. Un cabezazo del central tras un saque de esquina cuando el partido agonizaba le permite al Mirandés sumar un valioso triunfo

Caneda se eleva por encima de la defensa visitante para conectar el cabezazo de la victoria. - Foto: Truchuelo

Mirandés: 1  Leganés: 0

CD Mirandés: Razak, Kijera, Caneda, Corral, Aitor, Rúper, Fran Carnicer (Pedro, 56’), Jordi Pablo, Álex García, Igor Martínez y Urko Vera.

CD Leganés: Serantes, Mantovani, Eraso, Carlos Álvarez (Sergio Prendes, 63’), Fran Moreno

(Borja Lázaro, 80’), César, Aguirre, Rubén Peña, Postigo, Diamanka (Candela, 61’), y Delgado.

Árbitro: Medié Jiménez, colegio catalán. Amonestó a los locales Rúper, Aitor y Corral y a los visitantes Eraso, Postigo y Candela. Expulsó por roja directa en el minuto 90 al mirandesista Pedro Martín.

Goles: 1-0 (minuto 90). César Caneda tras un cabezazo en un saque de esquina.

Público: 3.128 espectadores en las gradas de Anduva con presencia de medio centenar de hinchas del Leganés.

Lo mejor: La victoria. El Mirandés no podía fallar ante un rival directo.

Lo peor: El equipo sigue teniendo muchos problemas para generar fútbol ofensivo.

Un gol de César Caneda en el último minuto permitió al Mirandés sumar un triunfo vital ante el Leganés. El central mirandesista que poco antes ya se había erigido en salvador al robar in extremis el balón a Fran Moreno cuando el punta encaraba solo a Razak, decidió asumir el papel de héroe para acudir al rescate del equipo cuando el partido se encaminaba a un justo reparto de puntos que hubiera dejado a los rojillos en una situación incómoda. Su cabezazo permitió desnivelar un encuentro en el que lo mejor fue el resultado.

El Mirandés no podía fallar, y no lo hizo. Pero la agónica victoria no debe servir para esconder las carencias mostradas en los 89 minutos anteriores y que deben ser subsanadas para no pasar tantos apuros en el futuro. Y es que el Mirandés de ayer recordó más al de las primeras jornadas que al que empató con Valladolid y Las Palmas.

Defensivamente el equipo ha ganado en solidez pero sigue teniendo como asignatura pendiente generar juego de ataque. Hasta el gol de Caneda, únicamente había disparado una vez entre los tres palos, un bagaje muy pobre que condena a esperar siempre una acción de estrategia para ganar.

El Mirandés está acostumbrado a ceder el balón al rival y crear a partir del robo, pero esa estrategia que sirve ante los grandes se atraganta ante rivales más conservadores y ante los que es incapaz de buscar alternativas que no pasen por el más que previsible envío largo buscando a Urko Vera.

Ayer en el primer tiempo los rojillos le dejaron la iniciativa al Leganés y casi lo pagan caro. Los pepineros tuvieron tres claras ocasiones en el primer cuarto de hora que pudieron cambiar el rumbo del encuentro. La movilidad de Fran Moreno generaba dudas a la zaga local y Diamanka impuso su dominio en el centro ante un Mirandés que tardó en encontrar su sitio.

La única aproximación clara de los locales llegó tras una indecisión de la defensa del Leganés que dejó servido el balón a Jordi Pablo, pero el centrocampista no pudo eludir la salida de Serantes. A partir de ahí, poco o nada en ataque ante un Leganés que siguió dominando la posesión pero que carecía de mordiente.

El Mirandés era consciente de la importancia del encuentro y tras el paso por vestuarios salió más decidido a buscar el triunfo. Aunque con más empuje y actitud que juego, los rojillos empezaron a llevar el partido a su terreno.

Cada balón colgado al área se convertía en una acción de peligro, con Urko Vera como protagonista omnipresente. La más clara, en el 55, cuando tras ganar en el salto a Serantes, el remate del delantero no encontró puerta.

Con Fran Carnicer desdibujado, el Mirandés echó en falta un poco de pausa en el centro del campo, pero al menos obligó a replegarse al Leganés y la defensa pepinera empezó a sufrir con los continuos envíos desde la banda.

Pero el paso de los minutos fue apaciguando el ímpetu rojillo y animando a un Leganés que hasta el minuto 70 no había cruzado apenas el centro del campo en el segundo período. Eso sí, en la primera aproximación rozó el gol, pero Fran Moreno falló incomprensiblemente cuando solo tenía que empujar a la red un pase de la muerte desde la derecha.

Minutos después el punta tuvo nuevamente en sus botas el gol pero Caneda le arrebató el balón cuando se disponía a fusilar a Razak.

El central fue el encargado de asestar el golpe definitivo. Su gol dejó sin capacidad de respuesta a un Leganés que una jornada más sufrió el síndrome del último minuto. La expulsión de Pedro y los desesperados balones colgados de los pepineros en el descuento, solo sirvieron para añadir un poco más de emoción a un triunfo agónico pero vital.

Carlos Terrazas | Entrenador Mirandés

«Más que la tabla, lo importante es ver que hay mejoría»

El triunfo ante el Leganés permite al Mirandés salir de la zona de descenso a costa de los madrileños, lo que supone un soplo de aire para los rojillos. Subir peldaños en la tabla tiene un valor anímico, aunque «lo importante es ver si el equipo progresa o no, y desde el comienzo de liga creo que la mejoría es evidente», apuntaba Carlos Terrazas.

El técnico se mostraba satisfecho por el resultado, pese al sufrimiento, algo que ya había advertido en la previa que podía suceder. «Esperaba un encuentro complicado porque en esta categoría los partidos son así», señalaba el míster rojillo, que concedía más importancia a la victoria por la forma en que se produjo. «El equipo está cogiendo el tono de la competición y estamos empezando a disputar los partidos como hay que hacerlo, sabiendo que pueden caer para un lado u otro en cualquier momento».

Para Terrazas, el espíritu competitivo del Mirandés se refleja en el balance defensivo ya que los rojillos suman tres jornadas sin encajar goles. Aún así, ayer en el primer tiempo el equipo tuvo algunos desajustes que le pudieron costar caro. «En ese periodo hemos tenido que aguantar las acometidas del Leganés, que nos ha generado muchos problemas, y debo reconocer que no veía que acabáramos de controlar el partido», admitía el técnico.

El descanso permitió retocar algunos aspectos y en la segunda mitad el Mirandés fue ligeramente superior a su rival. «Hemos enderezado el rumbo y he visto bien al equipo, por eso no he hecho más que un cambio. Nos ha costado pero es que el Leganés es un equipo complicado, que no concede ventajas y siempre que pierde lo hace por la mínima», analizaba.