Lucha subterránea contra Sánchez

AGENCIAS
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Guerra admite que el liderazgo del secretario general podría estar siendo cuestionado de manera oculta desde el PSOE andaluz

Alfonso Guerra y Pedro Sánchez, en el hemiciclo - Foto: PSOE

 
Alfonso Guerra, que dejó ayer el Congreso tras haber sido diputado ininterrumpidamente durante 37 años, dijo adiós dejando la puerta abierta a la controversia en su partido. Así, el veterano dirigente socialista admitió que puede ser que «subterráneamente» desde el PSOE andaluz que dirige Susana Díaz se esté cuestionando el liderazgo del secretario general de la formación, Pedro Sánchez, aunque incidió en que no le «consta» que eso sea así y en que «nadie» le ha dicho que esta situación sea una realidad. 
En su despedida del cargo que ha ocupado desde 1977, a Guerra se le preguntó si cree que desde la poderosa federación del PSOE en Andalucía se está poniendo en cuestión el papel de Sánchez como máximo responsable del partido del que él mismo fue vicesecretario general. 
«Si leo los periódicos, eso me consta completamente, pero no he hablado con nadie que me haya dicho nada de eso que sugieren que está ocurriendo», respondió. No obstante, a renglón seguido, apuntó: «No sé, puede ser que haya subterráneamente situaciones ¿verdad? ¡Qué cosas subterráneas no habrán ocurrido estos días para llegar la dimisión del fiscal general del Estado...!».
También se le pidió opinión sobre los cambios que ha experimentado su grupo desde la Transición. «La política se ha transformado mucho en el mundo, en Europa y en España y los partidos lo han hecho a su compás y al de la sociedad», aseveró, a modo de introducción. 
En este contexto, mantuvo que «cada generación dice que tiene derecho a tener su proyecto», una afirmación que él comparte, también para el PSOE, pero con una salvedad: «Que no sean generaciones adánicas que piensen que todo empezó con ellos». 
A su juicio, la que ahora tiene la riendas de la formación es un «equipo con una estrategia propia». «Y esperemos que le vaya muy bien», puntualizó, reiterando que, por los datos que él tiene, los socialistas son la primera fuerza política en intención de voto en este momento. 
Además, en una entrevista concedida a una emisora nacional, el veterano político defendió que, en su partido, «cuando se elige a un secretario general la tradición dice que es el de todos», y «no parece sensato que se le pueda poner en cuestión tras una elección». 
«Le guste a uno o no, es el secretario general de todos», prosiguió, y lo será «mientras no haya un congreso». Asimismo, Guerra añadió que «yo no estoy en los sentimientos de las personas, que son muy íntimos, y si alguien se arrepiente o no de no haber concurrido al liderazgo del grupo (en referencia a Díaz), solo lo puede saber ella», sentenció. 
Al ser preguntado por la decisión de Sánchez de volver a reformar el artículo 135 de la Constitución, modificado en 2011 para constitucionalizar la estabilidad presupuestaria, el exdirigente socialista se mostró tajante: «Si la reforma fue entonces un error, ahora su revisión también lo es». 
Según precisó en este sentido, lo que no le gustó, y así se lo dijo al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, fue que el cambio se llevara a cabo por el procedimiento de lectura única, sin pasar por la Comisión Constitucional del Congreso que él presidía, como a su juicio debió hacerse porque era algo de «entidad mayor».
Por otra parte, respecto a su abandono de la política, Guerra aseguró que en estos años él no ha tenido «privilegios nunca» ni los ha buscado, y que ahora que deja su puesto como diputado no entrará en ningún consejo de administración. «Cuando Dios creó las puertas giratorias no lo hizo para mí», aclaró. El socialista seguirá trabajando en la Fundación Pablo Iglesias y en la Fundación Sistema. 
De igual forma, rechazó de plano que los líderes del partido emergente Podemos puedan compararse con los del PSOE de los 80, dirigido por él y Felipe González. «No sé por qué se empeñan, no hay ninguna historia, no hay ideología acendrada, no hay un grupo humano numeroso durante muchos años y no hay un proyecto incluyendo la moderación», apuntó. 
Es más, cuando un periodista bromeó diciéndole que él se parece algo al dirigente de Podemos Juan Carlos Monedero, replicó: «Tiene que ir inmediatamente al oculista». 
 
RECUPERAR LA FORTALEZA. Mientras, el secretario de Relaciones Políticas de la Comisión Ejecutiva Federal socialista, Patxi López, instó a todos los militantes de su formación a recuperar la fortaleza y hacer que el partido ocupe el «espacio de referencia» de la izquierda en España, asegurando que todo lo que sea «ruido de cuestiones internas» tiene que estar fuera de un trabajo que debe, a su juicio, centrarse en ayudar al liderazgo de Sánchez. 
Además, añadió que el secretario general es «quien está tirando del carro y está haciendo que el PSOE vuelva a ser una referencia que quiere capitanear una nueva mayoría en este país». 
Un liderazgo que, tal y como defendió López, «ha conseguido parar la caída del grupo, porque era un descenso permanente en el que vivíamos, y empezar a recuperar y a remontar en todas las encuestas y estudios», algo que, insistió, «en la calle, yo que recorro España, lo noto, claramente», señalando que la militancia, «por primera vez desde hace mucho tiempo, empieza a recuperar la esperanza o ilusión». 
Por esta razón, el vasco abundó, todos los militantes, «desde el primero hasta el último, si hay último y primero», deben estar ocupados en «sacar a la calle la alternativa con la que queremos enfrentarnos a la derecha». 
Por ello, señaló que ese debe ser el «objetivo para el PSOE y nuestra única razón de ser en este momento».