Lo del Coliseum va a ser un debate a perpetuidad. Unos seguirán defendiendo que se hizo lo que se pudo para evitar el cierre de la plaza de toros, cuyos daños estructurales eran crónicos. Otros, que se ha colocado una cara boina al coso y que eso es pan para hoy y hambre para mañana. Al margen, seguirá hablándose sobre la necesidad de continuar invirtiendo en el ‘multiusos’ para que finalmente acabe respondiendo a ese concepto. De hecho, actualmente está cerrado al uso público porque se está procediendo a instalar un sistema de calefacción y no debería pasar mucho tiempo hasta que se construyan unos vestuarios para eventos culturales y deportivos y una enfermería fija para la Feria taurina.
Pero esa poliédrica ‘guerra’ política y social sobre lo que procedía hacer o no hacer tiene una cara que no es baladí y que se resume en que Burgos era la única capital de sus dimensiones que no podía meter a más de 2.500 personas bajo techo. Es verdad que la ciudad no está en los circuitos de los grandes espectáculos, pero eso desemboca en el debate sobre el huevo y la gallina: ¿No se programa porque no hay sitio para hacerlo o no hay sitio para hacerlo porque no se programa?
En definitiva, procede saber si, más allá de cualquier otra discusión, el Coliseum Burgos está sirviendo para lo que se pensó, y puede que en sus primeros cuatro meses de existencia esa pregunta tenga respuesta. Según los datos que manejan en Instalaciones Deportivas, el Instituto Municipal de Cultura y el Fórum Evolución, la antigua plaza de toros sería ya el espacio público que, con taquilla mediante, más espectadores acoge incluso si se compara su uso en un solo verano con el que han tenido otros edificios en todo un año.
Hasta la fecha, el Coliseum ha acogido la celebración de la Feria de taurina de 2015, que fue su evento inaugural, tres espectáculos musicales (Victor y Ana, Melendi y Creando Sonrisas), un partido de baloncesto de la selección española, un triangular benéfico también de baloncesto y los actos del Día de las Peñas. En total, y según los datos oficiales que aporta el Ayuntamiento desde Deportes, allí se han citado 68.400 espectadores de pago.
Según el balance de «espectadores en eventos con taquilla en edificios gestionados por el Servicio de Deportes», el estadio de El Plantío acogió en 2014 a 54.200 personas, la práctica totalidad como consecuencia de los partidos en casa del Burgos C.F. El Polideportivo, en el que la temporada pasada jugó el CB Tizona y este año lo hace el CB Miraflores, recibió 52.800 espectadores, siempre siguiendo la misma comparativa.
Cultura y congresos
En el caso de los aforos que dependen del Instituto Municipal de Cultura la última estadística anual actualizada es la de 2013. La del año pasado todavía no se ha elaborado, pero las cifras manejadas hasta entonces tampoco dejan lugar de dudas. En aquel año el Teatro Principal recibió 29.500 espectadores en las 95 representaciones de los 70 carteles que programó. La Casa de la Cultura de Gamonal, que acostumbra a llenar su aforo en cada evento, acogió a 20.000 personas en todo 2013 y programó 36 espectáculos diferentes.
Restaría conocer el impacto del Fórum Evolución, pero en este caso es más complejo saber cuántos espectadores ‘de pago’ pasan por la tercera pieza del solar de la Evolución cada año. Según los datos ofrecidos por el IMC, en 2013 se vendieron 37.000 localidades en el Auditorio, que acogió 50 funciones de 26 espectáculos distintos. En el año 2014 los datos se ofrecieron de forma acumulada y para todo el edificio, lo que incluye a aquellos visitantes a las exposiciones gratuitas y todos los asistentes a los congresos, eventos o reuniones que allí tuvieron lugar.
No existe, por tanto, una estadística que permita saber si la taquilla del Fórum recibe más peticiones que la del Coliseum. Las cifras que aporta la Gerencia del complejo señalan que en 2014 asistieron 89.900 personas a «actividades culturales» y 43.300 a «actividades congresuales». Si el criterio para comparar el uso de unos espacios u otros fuera únicamente la taquilla, resulta evidente que el Coliseum ha logrado ser, en apenas cuatro meses, la instalación con más tirón de la capital. Un caso claro en el que tamaño no sólo importa sino que también determina.