Voluntarios por un día

J.M. / Burgos
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Usuarios de Cáritas Burgos colaboran con el personal de la organización en el reparto de 300 raciones de macarrones

Cada comensal disfrutó de un plato de pasta, un zumo y un helado. - Foto: Jesús J. Matías

Les han llevado tantas veces un plato de comida caliente a la mesa que ayer algunos de los participantes de Cáritas Burgos (es así como se denomina a las personas que reciben ayuda de la organización) quisieron intercambiarse los papeles y colaborar con algunos voluntarios en el reparto de 300 raciones de macarrones.  En esta ocasión, los destinatarios, además de quienes acuden por necesidad a la sede de la calle San Francisco, fueron todos los burgaleses que quisieron estar presentes en el acto que cerraba el 50 aniversario de la ONG católica.

Antes de la pitanza, el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, celebraba una Eucaristía en la Catedral en la que los agentes de Cáritas depositaron una vela encendida en el altar como «símbolo de la luz que Cáritas irradia en las situaciones más difíciles», explicó el colaborador de la ONG Gonzalo Navarro.

Tras una visita por la exposición de Cáritas en la sala Valentín Palencia, los voluntarios se desplazaron hasta el parque del Doctor Vara. Allí sonaba ya con fuerza la música de Pescadores de hombres y Sin Fronteras, dos grupos de música joven muy vinculados a la vida parroquial.

Ese fue la sintonía de una jornada familiar a la que acudieron personas de todas las edades a degustar un plato modesto, pero que recibió el elogio de quienes ya habían hincado el diente a la pasta después de guardar una respetuosa cola.

El responsable de Comunicación y Sensibilización  de la organización, Alfredo Calvo, destacó que el 50 aniversario ha servido para potenciar la actividad de la ONG con la construcción de una nave para el empleo en Miranda la mejora del centro de  día en la capital o el desarrollo del programa de acompañamiento de presos Volver a Empezar. Destacó que la colaboración de los participantes en el reparto de comida era «uno de los propósitos» que se perseguía en la celebración, si bien también se guardó la intimidad en el comedor habitual de la organización de aquellos que prefirieron estar en un lugar discreto.

Ya por la noche se hizo una suelta de velas en el río Arlanzón, que se soltaron frente al Fórum con la voz de fondo de la cantante de góspel Noemí Gil.