La Casa del Cordón «descubre» la pintura española del siglo XIX con la Colección Gerstenmaier

I.L.H. / Burgos
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Junto a nombres como Sorolla, Zuloaga, Regoyos, Picasso o Fortuny, la exposición destaca el protagonismo de impresionistas como Echevarría, Isidre Nonell o Rusiñol, no tan conocidos

Hace cuatro años pudimos observar en la Casa del Cordón una pequeña porción de la colección  de pintura flamenca y española que posee Rudolf Gerstenmaier, un alemán afincado en España que atesora más de trescientos cuadros. De ese mismo fondo que en estos años ha ido creciendo, la Fundación Caja de Burgos ha organizado una nueva muestra centrada, en esta ocasión, en la pintura española del siglo XIX y principios del XX. Una época en la que los artistas nacionales son protagonistas de momentos relevantes del arte europeo y, sin embargo, no suelen estar bien representados en las colección públicas y en algunos casos son grandes desconocidos para sus compatriotas.

A través de 74 cuadros, 1860-1959. Cien años de pintura española en la Colección Gerstenmaier repasa la obra de grandes artistas como Sorolla, Zuloaga, Picasso, Fortuny, Darío de Regoyos, Carlos de Haes, Benjamín Palencia, Martín Rico o Camarasa, junto a la de otros no tan conocidos como Juan de Echevarría, Joaquín Mir, Isidre Nonell o Rusiñol.

El impresionismo español

«Siempre nos ha llamado la atención que el público español tenga una especial carencia por algunos episodios del arte universal, que puede hacer colas para ver una exposición de pintura impresionista francesa o americana, y en cambio desconoce casi por completo el impresionismo propio y a sus protagonistas», apunta Javier del Campo, comisario de la exposición.

«España -añade Rudolf Gerstenmaier- tiene todavía unas posibilidades enormes. Todos conocemos a los grandes nombres del impresionismo francés como Renoir, Gauguin o Monet, cuando en España tenemos algunos que destacan en esta línea, como Sorolla o Anglada Camarasa. Pero creo que hay una posibilidad de descubrimiento enorme en esta exposición porque hasta cierto punto España ha dejado a un lado una pintura excelente a nivel internacional».

De ahí que esta exposición busque «descubrir» a los artistas y a las corrientes que protagonizaron, desde el historicismo al realismo, orientalismo, simbolismo, modernismo, cubismo, surrealismo y, por supuesto, el impresionismo.

«La muestra trata de perseguir las particularidades del arte español. Una de ellas es la visión de España, interrogarse sobre nosotros mismos a través del arte; o esa especie de pugna entre lo nuevo y lo clásico, y la atracción de la obra por sí misma», señala Del Campo, para quien también es importante la dialéctica e incluso los enfrentamientos artísticos y cómo se incorporan o rechazan en el arte español.

El discurso expositivo divide el recorrido que se podrá visitar hasta el 30 de agosto en cuatro apartados: El alma desvelada. Visiones de España, marcado por Regoyos, Zuloaga, Gutiérrez Solana, Echevarría y Beruete; De Roma a París. Modernidad y clasicismo, con Fortuny, Pradilla, Sorolla, Moreno Carbonero, Martín Rico, Mir y Anglada Camarasa;Lo nuevo y lo profundo. Color, pincelada y atmósfera, con Beruete, Garnelo y Benedito junto a Sorolla, Pradilla y Granelo, y La vanguardia afianzada, con Picasso, Parra, Domínguez, Torres García y Benjamín Palencia, entre otros.