Proyectan cambiar los bolardos móviles por cámaras que multan

I. Elices / Burgos
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Para ahorrar. Estos dispositivos sufrieron 256 averías en 2015 y su arreglo, junto al mantenimiento, cuesta casi 60.000 euros al año

Los bolardos móviles que regulan el acceso a las zonas peatonales del centro histórico pueden tener las horas contadas. Estos dispositivos han mostrado eficacia a la hora de impedir el paso a vehículos no autorizados -resulta muy difícil que uno se cuele con este sistema- pero presentan más inconvenientes que ventajas, tanto a los usuarios como a la ciudad. Solo en el año 2015 se registraron 256 averías, bien provocadas por actos de vandalismo, bien por fallos del motor que eleva y desciende la pilona o  bien por desajustes en los  interfonos que sirven para dar la matrícula del vehículo. De modo que hay ocasiones en que los conductores se eternizan a la hora de entrar a sus garajes o negocios, por no hablar del riesgo de que un vehículo de emergencias -bomberos o ambulancias- vean demorada su llegada a intervenciones de urgencia. En total, el pasado año el Ayuntamiento se gastó 58.670 euros en el mantenimiento y arreglo de los bolardos, tanto en medios humanos como materiales, según indican en la sección de Tráfico.

Ante este panorama el Consistorio pretende sustituir este sistema de control por otro, que consiste en la utilización de cámaras que graben todos los automóviles que acceden a las zonas peatonales, donde está prohibido circular. El departamento de Tráfico seguirá elaborando un listado de vehículos autorizados, pero su conductor ya no tendría que detenerse ante un bolardo retráctil. Éstos desaparecerían y el camino estaría expedito, con lo que cualquier coche podría colarse. Para eso están entonces los dispositivos de grabación. Si la matrícula se encuentra en la relación de vehículos con permiso, no hay ningún problema. Pero si no está habilitado el dueño será multado y la prueba será más que obvia, las imágenes captadas que llegarán a la Policía Local con el fin de que emita el boletín de denuncia.

Este sistema es «utilizado ya en la mayoría de las ciudades del entorno», explica la concejal de Seguridad Ciudadana y Tráfico, Gema Conde. Pero es que en Burgos ya existe un espacio restringido al tráfico que está vigilado por cámaras. Se trata del tramo peatonal del Paseo Sierra de Atapuerca, frente al Museo de la Evolución Humana (MEH) y el Fórum. Los dispositivos de grabación fueron instalados en el año 2012 después de que la Policía Local apreciara que no eran pocos los conductores que, para ganar tiempo, cruzaban por la zona peatonal, desde el principio de la calle Doctor Fléming hasta la Plaza Conde de Castro, frente a Correos. El trayecto que se ahorraban los coches para tomar el puente de San Pablo era importante.

Por tanto «está comprobado que el sistema funciona», explica la edil del PP. Ahora bien Conde supedita la realización de este proyecto a la consecución de los denominados fondos  europeos para el programa de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (DUSI). La ciudad de Burgos ha concurrido a esta convocatoria planteando una inversión de 19,8 millones de euros pero compite por las ayudas con otras 10 ciudades de Castilla y León. Los proyectos se encuentran actualmente en fase de revisión en la Dirección General de Fondos Comunitarios del Ministerio de Economía y Hacienda. Se calcula que la convocatoria deberá resolverse durante los próximos meses de mayo o junio a más tardar.

Consenso

 

En el supuesto de conseguir las subvenciones, la concejal también advierte de que el proyecto de sustitución de los bolardos por cámaras habrá de ser sometido al criterio del resto de fuerzas políticas, pues no hay que olvidar que el actual equipo de Gobierno está en minoría y requiere del apoyo de los otros partidos para sacar sus iniciativas adelante. En todo caso, Conde defiende que la idea persigue poner en marcha un sistema «medioamientalmente más sostenible». Pero alude también a beneficios de índole práctica, como el de agilizar el acceso a los vehículos autorizados, así como reducir el riesgo de accidentes.

No son escasos los siniestros que se producen cada año, sobre todo por despistes de los conductores, que tardan demasiado tiempo en arrancar cuando el bolardo ha bajado y, justo cuando pasan, la pilona se eleva y golpea los bajos del coche. En ocasiones los afectados han denunciado al Ayuntamiento, pero ninguna sentencia -por ahora- ha dado la razón a los conductores. Por ese lado, la ciudad no gasta en indemnizaciones.